RECUERDOS Y VIVENCIAS EN LA HOAC ( I I I )
La formación en la HOAC
La
formación en la HOAC.
Durante el año
1.969 y aprovechando algunos fines de semana y en mis vacaciones escolares,
aproveché para hacer los cursillos de la HOAC-ZYX que me fueron posibles.
Entre los
numerosos cursillos que se impartían y después de realizar el Cursillo de “Iniciación a la HOAC”, había uno muy
importante que se titulaba “La fe en el
mundo de hoy” (cursillo organizado por ZYX para promoción de nuestro
pueblo), decía el subtítulo. (6)
Comenzaba la
introducción aclarando el concepto de promoción integral del pueblo. Porque
“promoción es una palabra muy desgastada, que ha perdido por el uso las
aristas, como los cantos de un río”. Palabras que se han convertido en un
tópico.
Promoción es el desarrollo de toda la
persona y de todas las personas. Y ello en el orden económico, social,
político, cultural y religioso. De tal manera que todo hombre desarrolle sus
posibilidades, a imagen de Dios. Es decir, todo lo que sea posible, y ello
durante toda su vida.
Pero vemos que
la situación real en la que vive una gran parte de la humanidad es de
alienación. Porque una persona está alienada cuando no realiza sus
posibilidades y aptitudes: a) porque las ignora, o b) porque no las cultiva, o
c) porque se la expolian.
Para nosotros promoción es plenitud. Y Alienación es
privación. (6)
Y entendemos promoción en un triple sentido:
- Económica porque el hombre es un ser de
necesidades, es un ser esencialmente económico. Por tanto mientras no pueda
satisfacer sus necesidades biológicas fundamentales, no podrá realizarse en
estratos superiores.
- Socio-política porque el hombre es un
ser que vive con otros hombres, nunca podrá desarrollarse a sí mismo
aisladamente, si no lo hace en solidaridad y en colaboración con los demás. Lo
que hace que el hombre sea un ser esencialmente social y político.
- Cultural o ideológica porque el hombre
es un ser inteligente y libre que al mismo tiempo que transforma la realidad
con su trabajo, se pregunta por el sentido de su existencia. Y da respuesta al
sentido de su existencia, cuando se elabora una concepción del mundo coherente
y global, una cosmovisión. Esa es la dimensión ideológica del hombre.
Nosotros,
creyentes, pensamos que el hombre nunca se da a sí mismo una respuesta
absolutamente satisfactoria, si no es en la abertura de todas esas
posibilidades desarrolladas al máximo, hacia lo trascendente. Eso hace de él un ser fundamentalmente religioso.
Es todo el
pueblo el que ha de promocionarse a la vez. Porque el hombre es un ser social,
la promoción no puede ser nunca individual, sino que toda promoción es, al
mismo que personal, comunitaria y colectiva. (6)
Los que no son
creyentes han venido en decir a los creyentes: “vosotros, los cristianos, en tanto que pertenecéis a un grupo social
llamado Iglesia Católica, habéis sido históricamente, y lo seguís siendo, un obstáculo para la promoción del pueblo.
Por tanto ser
cristiano en el mundo de hoy es algo que ha de justificarse. Para la mayoría de
los contemporáneos, el cristianismo ha pasado a ser, un conjunto abigarrado de hábitos sociológicos desprovistos de
contenido, totalmente anacrónicos, y con una fuerte carga de reaccionarismo y
conservadurismo.
En un mundo
que sociológicamente aparecía como
cristiano, hasta la segunda mitad del siglo XX, era el ateo el que tenía que
justificarse. Y lo hacía denunciando los fallos de orden intelectual o vital de
los cristianos.
Los cristianos
por su parte reaccionaban con la apologética,
especialmente en el siglo XIX, pretendiendo demostrar la verdad de la religión
cristiana, y justificar como fuera su trayectoria histórica. (6)
Los tiempos
han cambiado. Nosotros en lugar de tener a los demás como adversarios y como
enemigos, serán compañeros de viaje en
busca de la verdad. Aceptaremos lo que haya de válido en las críticas que
se nos hagan. Nos “tragaremos” su visión y sus críticas, las digeriremos, las
haremos nuestras, y partiendo de esa “encarnación” en el otro, pondremos de
relieve cómo el cristianismo a pesar de todo permanece, y pensamos que puede servir hoy para salvar las insuficiencias del hombre
moderno. (Recordemos que estamos hablando según lo que pensábamos en el año
1.969).
Tenemos que
hacer que los ateos, así como nosotros lo hacemos con ellos aceptando su
visión, comprendan que es natural y
posible, que siendo hombres de nuestro tiempo, podamos ser sin embargo, cristianos.
No se trata
pues de imponer nuestra visión de las cosas, sino de dar razón de nuestras esperanzas,
y de los motivos que tenemos para creer de manera que el no creyente pueda ver
honradamente que es razonable que nosotros seamos cristianos, y desde ese plano
establecer un diálogo y un contacto. No se trata de vivir frente a los otros,
sino de vivir con los otros.
Justificándonos,
obligamos a los otros a que a la vez se justifiquen. Porque en última instancia
creer o no creer será una opción de la
libertad, que no estará condicionada ni por el desarrollo científico, ni
por el talante histórico. (6)
Pero a pesar
de la actividad que había en la HOAC-ZYX, y quizás precisamente por eso, la
presión por parte del Cardenal de Madrid Casimiro Morcillo González, (pensamos
que a su vez era presionado por el Régimen de Franco), era muy fuerte. De tal
manera que en la primavera del 69 intentaron clausurar los locales de la HOAC
de C/. Alfonso XI, 4. Madrid-14. Los teléfonos de alarma entre nosotros
funcionaron a tope. De toda España acudimos militantes para encerrarnos en
nuestros locales.
Lo que yo
estaba descubriendo sobre la postura del arzobispo Morcillo no lo podía creer.
Morcillo, que en Zaragoza había sido el gran aperturista del Seminario con
mirada clara y generosa hacia Hispanoamérica, y hacia todo el mundo, con
aquella campaña de adobes para construir complejos parroquiales en los entonces
barrios más humildes de Zaragoza, ahora se me presentaba como “El Gran
Inquisidor”. Todavía siento en mi rostro el beso cálido de Morcillo en el día
de mi ordenación sacerdotal en el Seminario de Zaragoza.
(Ver en Subpórtica: El Dios de mi
pequeña historia de L.M.G.:
A Morcillo me
lo habían cambiado. Los aires de Madrid procedentes del Pardo no le sentaron
nada de bien.
Permanecimos
encerrados hasta que hubo capitulación con el Arzobispado de Madrid. Por el
momento quedó superada la situación. Aunque el fondo del problema permanecía.
Permítaseme simplificar de esta manera el problema con esta frase: “Franco Sí,
Vaticano II No”.
Pero sigamos con nuestra formación
¿Por qué
somos cristianos?
Si tenemos
presente la historia de la religión de los pueblos, descubriremos que a lo
largo de los siglos, el hombre ha sido religioso.
Pero el modo
de ser religioso ha estado en relación con las condiciones de desarrollo del
hombre.
Fundamentalmente
se pueden descubrir dos etapas:
1ª.- Religiones primitivas: es en realidad
la mayor parte de la vida de la humanidad. Pero podemos preguntarnos: en el
principio el hombre ¿era realmente hombre?
La
religiosidad de este hombre estaba motivada por el temor ante los fenómenos de
la Naturaleza. Y fueron surgiendo el Espiritismo, Animismo, el Culto a los
muertos, la dicotomía entre los Espíritus malos y buenos, el Politeísmo con sus
ofrendas de víctimas, sortilegios, ritos mágicos. El Monoteísmo: “un Dios que
se impone a los demás”.
2ª.- Religiosidad campesina: al hombre
cazador y pescador sigue el hombre agricultor. Con la agricultura la vida será
más desahogada. Fue el invento de la mujer: el huerto familiar. Pero esta mayor
facilidad de la vida, al descubrir las posibilidades que el cultivo de la
tierra ofrecía, da lugar al mismo tiempo a un endurecimiento en las relaciones
humanas. Aparece la lucha por apoderarse de lo del otro. Aparece la explotación
y la tiranía. Es la civilización agrícola. También aparecen hombres
inconformistas que luchan por mayor cuota de justicia: Buda, Zoroastro y los
Profetas de Israel. Más tarde aparece el hombre del comercio: y al concentrarse
la agricultura da lugar a los Imperios Antiguos. Por otro parte el Comercio
concentrado dará lugar a la concentración del Capital en unas pocas manos
originando el imperialismo económico.
Esta
religiosidad campesina ha predominado en amplios sectores de la sociedad. Es
una religiosidad adicta al misterio
y a la autoridad. Autoridad respaldada
por la divinidad. Es el imperio de la teocracia. Su clero se presenta como una
clase privilegiada. En Grecia, Roma, Egipto, la religión se imponía.
Y aparece la mentalidad idealista que es escasamente
crítica, falta de espíritu objetivo y reflexivo. Se da una propensión a la
fácil credulidad: santos y brujos.
Hay una
tendencia a valorar ideas de una
época que exaltaba a los nobles y a los intocables. PATRIA, HONOR Y FAMA.
Valores caballerescos y aristocráticos. “De una civilización de hambrientos de
pan y de cultura hemos recibido el legado de inmensas Catedrales, Palacios y
Castillos”, decía T. Malagón.
Aparece el individualismo a partir del
Renacimiento. Si había una propiedad individual, había una moral individual
como ascética. El Alma y su Dios se presentaban frente al mundo como su
enemigo. “Salvar el alma era lo principal”. Ello lleva a la aparición del
Capitalismo Liberal.
Y lógico es
que apareciera una mentalidad conservadora:
“La autoridad viene de Dios”, era una doctrina incuestionable. Es una
mentalidad estática, conformista.
En este
escenario social el cristianismo ha
producido:
Unos hábitos
metafísicos de razonamiento que consisten en:
-
Partir en su pensamiento de Primeros Principios,
Eternos e Inmutables.
-
Tener una visión estática del mundo.
-
Y valorar excesiva y primordialmente lo Racional y lo
Abstracto.
“El trabajo
manual se considera servil”. “Ser cristiano según este talante repugna a
una mentalidad técnica,
industrial, dinámica, y progresista”. El hombre moderno piensa que el
cristianismo (de mentalidad agraria) es una cosa superada y fruto de una época
pasada”.
Por otra parte
se nos acusa de que “los mediocres son los que se quedan en la religión de sus
antepasados, por carecer de sentido crítico y vivir conforme a unas estructuras
que se derrumban”.
Y nos hacíamos
la pregunta ¿por qué muchas personas a
nuestro alrededor han dejado de ser cristianas o de ser creyentes?
Era evidente
que se estaba dando un divorcio entre la fe y la vida.
En esta época
de mentalidad técnica se daban unas características concretas consistentes en:
(6)
Mentalidad crítica: El hombre técnico
cree que podrá resolver progresivamente todos los problemas que la vida y el
mundo le plantean.
De esta forma
los conceptos de Patria, Estado, Familia, Honor, Moral, Dios, se van
derrumbando.
No hay nada
seguro, todo es hipótesis de trabajo.
El mundo
obrero y el mundo universitario se apartan de la antigua visión. Solo
“permanecen” la burguesía, la clase media, y el mundo campesino, que se
encuentran y se sienten a gusto.
Mentalidad pragmática: Solo vale lo que
sirve para la vida humana.
Los valores de
hoy son: Democracia, Solidaridad, Cultura para todos, Bienestar y Confort.
La Filosofía
ya no se concibe tanto como Metafísica, sino como Disciplina Técnica al
servicio de un mejor conocimiento del hombre y de la sociedad.
Mentalidad social: Recordemos el “Mayo
del 68”,
el movimiento de antiglobalización: quieren un mundo socializado. Se condena el
individualismo capitalista, el colonialismo, la dictadura, el dirigismo, el
autoritarismo, el paternalismo.
Se quiere una
democracia cada vez más radical. “Son injustos los privilegios de clase”. El
magisterio se cuestiona.
Mentalidad revolucionaria frente al
estatismo y conservadurismo de la sociedad campesina, Bossuet decía: “cambias,
luego no eres la verdad”.
El hombre
moderno dice: “no cambias, luego no sirves”. “Cuanto menos evoluciona el hombre
más retrasado se queda”.
Mentalidad dialéctica y no metafísica, dinámica y no estática, existencial y fenomenológica, y no
esencialista.
El hombre de
hoy no parte ya de primeros principios eternos e inmutables, sino de hechos, a
lo sumo parte de hipótesis de trabajo.
Se atiende más
al “fenómeno”, a lo que aparece, que al “noúmeno”, a lo “esencial”.
De aquí que
para ser hoy “inteligente el hombre” y para ser actual, parece ser que ha de
renunciar a la Creencia en un mundo Trascendente. Muchos dejan la religión
precisamente porque la han estudiado.
(En una entrevista
que el periodista Fernando Gutierrez hizo a Wirberto Delso Díez ante los hechos
denominados como “El Caso Fabara”, y publicada en el libro “Curas represaliados en el franquismo”, ponía en su portada la
frase siguiente: “Soy seglar. Y muy alejado de la Iglesia. Mucho. Estudié a fondo las
antiguas religiones. Cristo me sorprendió. Un fuera de serie. Un hombre
excepcional. Estudié a fondo la historia de la iglesia. Sentí vértigo. Me
acerqué a estos sacerdotes y no pude menos de exclamar: ¡Qué buenos vasallos si
hubieran tenido buen señor”! (Fernado Gutierrez). Ver en Subpórtica:
No es extraño
que de esta mentalidad moderna se desprendan actitudes de:
Indiferencia religiosa
Materialismo dialéctico
Ateismo científico
Ateismo psicoanalista
Ateismo ético
Ateismo existencialista
Ateismo práctico o vulgar
Ateismo neopositivista
Agnosticismo existencialista. (6)
Y la vida
seguía desarrollándose en semiclandestinidad en Zaragoza, como en toda España.
En este año de
1.969 viajé muchas veces a Segovia, ciudad donde la ZYX tenía su centro de
formación para militantes de la HOAC. El primer viaje lo hice en tren hasta
Madrid y desde allí a Segovia. Cuando pasaba a la altura de los Ángeles de San
Rafael, dos viajeros que iban a mi lado comentaban: “mira el hotel que
construyó Jesús Gil y que se derrumbó muriendo unas cuantas personas”.
Cuando se
desarrollaban los acontecimientos de la corrupción en el Ayuntamiento de
Marbella, me acordaba siempre de los Ángeles de San Rafael y de aquel viaje a
Segovia.
(El Acueducto de Segovia)
El siguiente
viaje a Segovia lo hice en la furgoneta que el delegado de la ZYX, el compañero
Damián, tenía para desarrollar mejor su trabajo por los pueblos de Aragón. Era
una furgoneta Citroen 2 CV Azul, de segunda, o quizás de tercera mano, lenta
pero segura como no había otra. Era “fiel a su amo”. El itinerario fue el
siguiente: Zaragoza, Medinaceli, Almazán, Soria, Calatañazor, El Burgo de Osma,
San Esteban de Gormaz, Ayllón, Riaza, Pedraza y Segovia. Si recuerdo esto es
porque para mí eran viajes inolvidables. Comenzaba a experimentar aquello de
“ancha es Castilla”. Y era un verdadero placer descender en paralelo a
Somosierra por Cerezo de Abajo, Prádena, Navafría, hasta llegar a Segovia.
Una de las
primeras observaciones que me hizo un compañero fue: “mira la Sierra, ¿ves la
Mujer Muerta formada por la cresta de la montaña”? Efectivamente se ve en la
montaña la silueta de una mujer yacente, especialmente a la salida del sol.
Además del
Acueducto, me impresionó el Alcázar, la Catedral, la Casa de los Picos, que nos
recuerda la Casa de las Conchas de Salamanca, y en general todas sus calles que
nos transportan a tiempos en que los artesanos medievales desarrollaban una
actividad extraordinaria.
Beber su agua
fresca, comer su pan macerado, y degustar el famoso cochinillo asado era un
auténtico placer, además de los dulces postres que se mostraban en los
escaparates de las tiendas.
(El Alcázar de Segovia).
En Zaragoza desarrollábamos un
trabajo callado y comprometido en los Equipos de Formación y Revisión de Vida
con su Plan Cíclico ideado y preparado por Rovirosa y Malagón. (7)
El palacio de
Fuenclara en el casco viejo de la ciudad, donde además estaba el económico cine
Fuenclara refugio de soldados y muchachas sirvientas de hogar, tenía su sede la
Hermandad Obrera de Acción Católica.
Reuniones de
todo tipo, clandestinas y legales, se daban en nuestros locales. Locales que
olían a viejo y a rancio, pero las ideas que se manejaban eran las más
avanzadas de la época. A imitación de los antiguos Ateneos Anarquistas,
organizábamos los nuestros. Acudían simultáneamente tanto trabajadores, como
estudiantes. La Universidad Laboral en el barrio de Santa Isabel aportaba muchachas
hambrientas de cultura al margen de la formación oficial. Especialmente eran
asiduas las muchachas vascas estudiantes en Zaragoza. Del Seminario de
Casablanca acudían varios seminaristas. Era un hervidero de gentes. En aquellos
ateneos participaron personas como Ángel Chueca, Catedrático de Derecho
Internacional en Zaragoza y Julián Casanova Ruiz, Catedrático de Historia
Contemporánea, también en Zaragoza. Y muchos militantes que pasarían a engrosar
los partidos políticos una vez legalizados.
Carlos Marx y "Jesús de Nazaret".
Marxismo
y Cristianismo.
¿Es
conciliable la crítica marxista de la religión?, ¿es conciliable la concepción
dialéctica de la materia y de la historia con el mensaje cristiano?
Lo que
normalmente han hecho los teólogos cristianos ha sido empezar la crítica al
marxismo partiendo de la base de que la materia no es eterna. Ello era debido a
una concepción estática de la naturaleza. Por tanto la materia debía ser creada
por un motor inmóvil. Era un pensamiento que nos llegaba de la visión que sobre
el mundo tenía Aristóteles.
Solamente
algunos filósofos como Demócrito en la antigüedad se preocuparon del mundo como
de algo en movimiento continuo.
Es decir:
- “El mundo no es algo estático, sino que
está en continuo movimiento”.
Con Darwin
comienza a hablarse de la evolución de las especies desde la biología.
Einstein ha
demostrado que la materia, en último término, no es, sino que acontece.
La materia es vibración, es energía.
- “La materia no es, sino que acontece: es
vibración, energía”.
El átomo es
desintegrable en cargas y descargas que vibran en un campo ondulatorio.
La materia no
es una sustancia, sino un accidente, dicho en lenguaje escolástico. Ahora bien,
¿puede haber un accidente sin sustancia?, comentaba Malagón.
Y seguía, “la
materia es acción, pero sin un sujeto de esa acción, no puede existir”. “Por
otra parte el sujeto no puede ser también temporal, pues también sería
acontecimiento”. “Ha de ser un ser que esté fuera del tiempo, y que realice
esta acción intemporalmente, y que podríamos decir es la sustancia del mundo”.
Su visión, la
de Carlos Marx, es materialista, aunque en plena ebullición, en continuo
cambio, en continua perfección.
Su humanismo
por tanto es ateo. “Dios no es necesario para explicar este mundo”. Y decía
Malagón:
- “La acción es el mismo sujeto en cuanto
que actúa”.
La materia y
todo su proceso dialéctico es lo que llamamos creación. La materia activamente
considerada es Dios mismo. Él mismo es la materia del mundo.
Esto no es
panteísmo, puesto que pasivamente considerada la materia no se identifica con
Dios, como el andar no se identifica con el caminante, ni las huellas son el
pie, ni la vibración con el que lo hace vibrar. El que anda trasciende su
andar, aunque no se pueda separar su andar de la persona que anda, ni el pensar
de la persona que piensa, pero la persona que piensa es más que su pensamiento.
La materia no
es Dios, pero sí que es la huella que Dios deja y que de alguna manera no se
puede separar de Él, aunque la trasciende. Dios no se agota en la creación.
(Malagón).
(“En Dios estamos, nos movemos y somos”. Vivimos en una COMUNICACIÓN constante con Dios. Porque
Él lo llena todo. El apóstol San Pablo, al anunciar el Evangelio en Atenas lo
sabia, proclamaba desde el Areópago que en
Dios vivimos, nos movemos y existimos. Dios nos rodea de tal modo que
nos es un imposible salirnos de Él. Más que el pez en el agua, estamos nosotros
metidos en Dios (Hechos 17,28).
Y seguía
argumentando Tomás Malagón: (6)
- “Dios no existe, sino que preexiste”. La
materia sería una infraexistencia, y Dios sería la existencia.
Por tanto:
- “Dios no puede ser dialéctico”, sino
que trasciende lo dialéctico. Por lo que no hay inconveniente en admitir la
hipótesis de que la materia es eterna. Se puede aceptar la tesis marxista de la
materia y de la dialéctica de la historia, sin dejar por eso de ser creyente.
(Malagón).
Pensamos que
Marx se equivoca al negar a Dios, si esto lo hace dialécticamente. Porque lo
más que puede llegar dialécticamente es a lo que hoy llamamos el “Bing Bang”
del Universo.
Su Cosmovisión
es materialista, pero su creencia en el No-Dios, es un acto de fe de él, es
extradialéctico.
Lo mismo que
el cristiano hace un acto de fe en el Sí-Dios extradialécticamente,
extracientíficamente.
Si Marx no
hace un dogma de su No-Dios y el cristiano no hace un dogma de su Sí-Dios,
queriéndolo imponer a los demás, será posible que ambos trabajen por
perfeccionar este mundo. (Malagón).
El marxismo
establece un a priori, Dios no existe,
pero no puede probarlo, y además no entra dentro del contenido de la
dialéctica. Para decir “Dios no existe” tiene que hacerlo porque quiere, desde
un acto de su fe, no porque se desprenda de la dialéctica.
Podemos
aceptar lo que el marxismo tiene de
científico, pero rechazamos lo que tiene de apriorístico extracientífico.
- “La lucha de clases”: puede ser
aceptada por el cristianismo a condición de que no esté inspirada por el odio.
La Iglesia condena el odio, pero no la lucha por la justicia, ni la legítima
defensa, aunque incluso ésta lleve a la violencia. Eliminar el odio de la lucha
de clases es purificar esta lucha sin quitarle nada de su realismo ni de su
pasión. Es una aportación que el cristiano puede hacer a este mundo desde el
Evangelio. (Malagón). (6)
Desde esta
visión podemos comprender mejor la opción que tomaron nuestros compañeros de
Seminario, Domingo Laín, Manolo Pérez y José Antonio Jiménez Comín al
enrollarse en la guerrilla colombiana. Desde el sufrimiento de los pobres de
Colombia en el que estaban instalados los tres como Sacerdotes al servicio del
Evangelio, no les quedó otro remedio que tomar la opción que tomaron. ¿Alguien
se atrevería a decir que ellos odiaban al “enemigo”? Los que los conocimos
podemos decir que ellos amaban al hombre, y por amor al hombre defendieron a
los débiles frente al egoísmo de los fuertes.
- “La doctrina del Estado”. El marxismo
concibe un Estado totalitario que trata de eliminar a todos los explotadores.
De ahí su control de los bienes de producción, y control a través del Partido
de toda la actividad social y política de todos los ciudadanos. (6)
Ahora bien el
cristiano debe aportar siempre el respeto a la persona y a las iniciativas de
quienes directamente producen los bienes del país y respetando al Estado cuando
planifica inteligentemente, o por el contrario impida una degeneración de estas
iniciativas hacia formas de nuevos capitalistas o individualistas. El Estado
debe realizar una labor subsidiaria. (Malagón).
- ¿“La propiedad privada o la colectiva”?
La colectiva
no está en desacuerdo con el Evangelio, sino que favorece condiciones de vida
más cristianas. Cristianismo y Socialismo casan perfectamente.
- “El alma y el espíritu”:
No hay
inconveniente en aceptar la materia como una realidad base en la que está
implicado el espíritu al modo de las “rationes saeminales” de las que habla San
Agustín.
Teilhard de
Chardín concibe una evolución dialéctica, y pone el espíritu como aparecido en
un momento cumbre (aparición de la conciencia) del proceso evolutivo de la
materia.
- “Concepción marxista de la realidad”:
No lesiona la
auténtica concepción cristiana de la providencia y del orden social. Siempre
que se acepte que todo el proceso dialéctico esté regido por, y encuentre, su
consumación en un orden sobrenatural. (6)
Creo que queda
clara la actitud, el talante, de Rovirosa, Malagón, y de los militantes
hoacistas de entonces.
Personalmente
me sentí fortalecido en mi pensamiento y en mis sentimientos. Me sentí
orgulloso de ser cristiano y de ser trabajador. Y siempre he mantenido este
sentimiento de orgullo.
Distingo entre
sentirse cristiano por convicción y sentirse católico por condición social.
Hice todavía
otros muchos cursillos para militantes y para sacerdotes. Lo iremos viendo.
He de decir
que a partir de mi visión de izquierdas y cristiana, comencé a ser yo. Se me
fueron todos los complejos y me dio fuerzas para codearme con la visión de
todos los militantes de los partidos políticos de izquierdas.
Me sentí uno
entre muchos. El cambio profundo en mi se había realizado.
Laureano
Molina Gómez
Zaragoza, 1º
de junio de 2.009.
BIBLIOGRAFÍA:
(1)
“Guía Urbana de
Madrid”. Primera Edición, 1.968. Editor José Pamias Ruiz. C/. Isaac Peral, 54.
Madrid – 3.
(2)
“El
Proletariado”, del Padre Ricardo Alberdi. Apuntes del Instituto Social “León
XIII”. Madrid, octubre de 1.968.
(3)
“Marxismo y
Comunismo”, de Tomás Malagón. Apuntes del Cursillo en Segovia. 1.969.
(4)
“Catálogo de
libros ZIX-ZERO”. Edita Zero, S. A. Enero 1.974. C/. Máximo Aguirre, 5. Bilbao.
(5)
“Aproximación a
la Historia de la HOAC 1.946-1.981”,
de Basilisa López García. HOAC Madrid 1.995.
(6)
“La Fe en el
mundo de hoy”. Apuntes ciclostilados del cursillo organizado por ZYX “para
promoción de nuestro pueblo”. Madrid. Bibliografía parcial aportada en Anexo de
los apuntes del cursillo:
-
“¿Es todavía
posible la Fe?”. Estela, 2ª parte, Cap. I y V.
-
“IIIª Semana de
Teología de Deusto. Dios-ateismo”. Editorial Mensajero.
-
“IV Semana de
Teología de Deusto: ¿Qué aporta el cristianismo al mundo de hoy?”. Ediciones
Mensajero.
-
“Literatura del
Siglo XX y Cristianismo”, de Charles Moeller. (5 tomos). Edit. Gredos.
-
“El científico de
la naturaleza ante el problema religioso”, de Pascual Jordán.
-
“El drama del
humanismo ateo”, de Henri de Lubac. Editorial Espasa.
-
“La idea de creación
y sus repercusiones en la Filosofía”. Sertillanges.
-
“Dios y
nosotros”. Jean Danielou. Prisma – Taurus.
(7)
“Guiones para círculos de estudios”. Publicaciones HOAC, C/. Alfonso XI,
4, 3º.Madrid- 14. Año 1.963.
(8) “Noticias Obreras”. Edita HOAC, nº 886/7 del
16 Agosto-15 Septiembre-1.984.
(9) Citas Bíblicas. “Nueva Biblia
Española. Traducción de los textos originales dirigida por Luis Alonso Schökel y Juán Mateos. Ediciones Cristiandad. C/. Huesca,
30-32. Madrid 1.975.
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