martes, 20 de mayo de 2025

¿”POR QUÉ FUI  SECRETARIO DE DURRUTI”?

Es el título del libro narrado y escrito en primera persona sobre las experiencias que el autor, mosén Jesús Arnal Pena, natural de “Candasnos” y párroco del pueblo Aguinaliu/Graus (HU), vivió, y ayudó, al líder anarquista en la Guerra Civil Española. (1936-1939).

Jesús Arnal Pena.

“Cuando los milicianos entraron en el pueblo de Candasnos –situado en la Carretera Nacional II entre Zaragoza y Lérida, y más en concreto entre Bujaraloz y Fraga- el Jefe del Comité Local Revolucionario y de Defensa de Candasnos Timoteo Callén, cuando fue preguntado a quien había que fusilar en el pueblo, contestó sin vacilar: “aquí no hay nadie que tenga que ser fusilado”.   

- Y ¿el Cura, donde está el Cura?

- El Cura se ha ido a Zaragoza, fue la respuesta.

En Candasnos no se fusiló a nadie.

Pero todavía hay más:

Hijo de Candasnos había un sacerdote, Jesús Arnal Pena, que estaba de cura en un pueblecito cerca de Graus, en plena montaña, que se llamaba Aguinalíu de la provincia de Huesca. Cuando los milicianos fueron por allí buscando al cura, él se había refugiado ya en la montaña. Desde el pueblo se domina todo el valle y se puede observar quien se acerca por la carretera. Mosén Jesús conocía bien la montaña porque acostumbraba a ir de caza con los vecinos de su parroquia. Allí estuvo refugiado durante mucho tiempo en una de las cuevas inaccesibles e invisibles por la maleza del entorno. Alguien del pueblo le subía de vez en cuando víveres suficientes para subsistir.

Cuando se cansó de estar escondido se decidió a bajar a monte través, siempre caminando por la noche y descansando escondido por el día, con la idea de llegar hasta su pueblo, Candasnos, y refugiarse en su casa. Y Así fue.

 

Candasnos.

Estuvo escondido en su casa hasta que un día se acercó su paisano y amigo Timoteo Callén que le dijo:

“Mira Jesús, aquí no estás seguro porque ya empieza a correr el rumor de que estás en el pueblo. Por lo que te propongo que esta noche con dos más de tu confianza te llevemos hasta Bujaraloz donde Durruti tiene su Cuartel General y está al mando de su columna, la “Columna Durruti”. Es amigo mío y veremos qué podemos hacer...”

Durruti lo miró de arriba a bajo y dijo: “Timoteo si este cura es tu amigo, es mi amigo”. Y dirigiéndose al cura, que naturalmente no llevaba sotana, le espetó: “Jesús, tienes dos opciones: o marcharte y, tarde o temprano, caerás en manos de algún grupo de milicianos, con lo que no te aseguro tu supervivencia, o quedarte conmigo y hacer de secretario. Yo necesito uno que me lleve la relación de todos mis hombres y se encargue de dar los permisos que se requieran para que se ausenten del frente, visiten a sus familias en Barcelona y controle su retorno”.

 

Todo esto y más lo cuenta el propio Jesús Arnal en el libro de sus memorias “Por qué fui secretario de Durruti”, que escribió cuando volvió a ejercer de sacerdote, una vez terminada la guerra en la Parroquia de Ballobar (HU).

 

(Cuando en invierno de 2007. terminé de leer el libro que me dejaron, Carmen Angás de Candasnos, y su marido Pepe Bada de Favara, anoté en mi agenda: “Libro curioso y sincero”. “Podría servir de síntesis para actitudes que unieran a los dos bandos de la Guerra Civil Española”. “Jesús fue humano con los rojos, y por eso Durruti lo preservó aun después de su muerte, pues los de su Columna, por respeto a su Jefe, lo siguieron protegiendo. 

 

Recordemos que Durruti cayó herido el 19 de Noviembre de 1936 en el Frente de Madrid donde el Gobierno Republicano exigió su presencia con  parte de su Columna. Murió el día 20, el mismo día que José Antonio Primo de Rivera fue fusilado. Y fue enterrado en Barcelona el día 21 con todos los honores.

Buenaventura Durruti (1896-1936).

Jesús siguió con el resto de la Columna Durruti hasta que Bujaraloz fue tomado por los Nacionales. Se retiró con sus compañeros de la Columna a Barcelona, y después marchó a Francia con los mismos compañeros. Una vez en Francia, y como otros muchos hicieron, se desplazó hasta Hendaya, y por Irún entró nuevamente a España. Del campo de Concentración en Pamplona fue rescatado por sus familiares y llevado a Candasnos. Muchos intercedieron por él hasta que quedó libre plenamente y fue admitido como sacerdote por el Obispado de Lérida.

“Y Jesús Arnal siguió siendo humano y comprensivo con todos bajo el mando de los Nacionales”. “Y por eso siguió ejerciendo de sacerdote”. “En su relato sobre la guerra, y visto desde su realidad, fue amigo de sus amigos anarquistas, y amigo con sus nuevos feligreses durante el mandato de Franco. No es necesario decir que durante “su jefatura” o su influencia en la Columna, salvó a muchos, y también después como sacerdote intercedió por otros muchos.


Zaragoza, 24 de Mayo de 2007.

Laureano Molina Gómez.

 

La Balsa Buena. Candasnos.
 

Subida a la Nevera. Candasnos.


 
Bujaraloz

Bujarloz 
 
Bujarloz.
 





 

 

 

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