Carácter
y temperamento.
Alcalá nos explicaba la división empírica que
del temperamento hacía Heymans, (Fröbes, pag. 324). Cornelio Heymans,
nació en Gante (Bélgica), 1892, y murió en Knokke, 1968. Premio Nóbel en 1938
por sus investigaciones sobre la respiración. Describió el mecanismo de la
hypertensión después de treinta años experimentando con perros y algunas
personas voluntarias. (D.E.A. Espasa-Calpe, S.A. madrid 1957).
Por un lado el carácter, hace
referencia a lo “característico”, a lo peculiar del sujeto; es la dirección
predominante de la voluntad del hombre: sus disposiciones y sus hábitos de su
voluntad; y en este sentido tanto puede ser constante como variable; es un
grado extraordinario de la propiedad o cualidad de su voluntad: entendimiento,
corazón, etc., cuando posee esas propiedades en un grado extraordinario. Así se
dice: tiene carácter, cuando se quiere indicar que obra según principios fijos,
con constancia; o falto de carácter cuando se deja influir fácilmente, es
inseguro y oscilante. También se toma la palabra “Carácter” para significar el
carácter no sólo formalmente bueno, sino moralmente bueno. Nosotros haremos hincapié
en lo que supone la dirección predominante de la voluntad del hombre.
El temperamento es algo que depende ya del organismo. Hipócrates se expresaba ya en este sentido: son cuatro los humores (sangre, flema o pituita, hiel, hiel negra o atrábilis), que relacionó con las cuatro cualidades físicas fundamentales (líquido, seco, caliente, frío). Una buena mezcla de ellas constituye lo sano. Cualquiera que predomine da lugar al temperamento sanguíneo, flemático, colérico, melancólico. Con el tiempo se basaría cada vez más en la explicación psicológica. Así por ejemplo Kant dice que el sanguíneo es despreocupado, esperanzado; a todo da mucho valor por el momento, ayuda con generosidad a los otros, es alegre. Pero no es su fuerte la perseverancia, etc.
El temperamento es algo que depende ya del organismo. Hipócrates se expresaba ya en este sentido: son cuatro los humores (sangre, flema o pituita, hiel, hiel negra o atrábilis), que relacionó con las cuatro cualidades físicas fundamentales (líquido, seco, caliente, frío). Una buena mezcla de ellas constituye lo sano. Cualquiera que predomine da lugar al temperamento sanguíneo, flemático, colérico, melancólico. Con el tiempo se basaría cada vez más en la explicación psicológica. Así por ejemplo Kant dice que el sanguíneo es despreocupado, esperanzado; a todo da mucho valor por el momento, ayuda con generosidad a los otros, es alegre. Pero no es su fuerte la perseverancia, etc.
Heymans habla de las propiedades
fundamentales:
1.- La emotividad (E) <> No
emotividad (E´).
2.- La actividad (A) <> No actividad (A´).
3.- La función secundaria (S) <> No
secundaria, sino primaria (P).
De la unión de las tres propiedades fundamentales
resultan los ocho tipos siguientes:
Nerviosos, EA´P. Son impulsivos,
tímidos, fácilmente excitables y poco constantes; frecuente cambio de humor;
lucha entre el pensar y el obrar, muy fuerte. Son malos observadores y
conocedores de los hombres, superficiales en el juicio, no prácticos; son
ingeniosos y aficionados a la música. Gozan con los manjares, tendencia a la
incontinencia, al egoísmo, a la vanidad, a la prodigalidad; no se guían por la
conciencia, ni son fidedignos, carecen de interés religioso, no son puntuales y
son distraídos (muchos poetas, pocos científicos).
Sentimentales, EA´S. Participan en gran
parte de los nerviosos pero teniendo en cuenta que no son primarios sino que
son secundarios (se lo piensan más). Más afecto que entendimiento. Disposición
a las matemáticas y a las lenguas.; son violentos, impulsivos, algo excitables;
cerrados; melancólicos; serios, honestos, fidedignos, extremistas en religión y
política; controlan los placeres materiales; no son ambiciosos, sino parcos, benignos,
se autoanalizan; poca observación y conocimiento de los hombres (poetas).
Sanguíneos, E´AP. Se dedican
constantemente al trabajo, pero poco constantes y profundos; más reflexivos que
impulsivos; son fríos y objetivos; alegres; idealizan más que critican; buenos
compañeros; fáciles en la reconciliación; prácticos y observadores; no son
eróticos, pero sí egoístas; libres y no siempre honestos; indiferentes en
religión; amantes del deporte; sus obras y sus teorías se contradicen a menudo;
opuestos a los flemáticos, son impacientes, superficiales, vanidosos, menos
reservados.
Flemáticos, E´AS. No son violentos, ni
excitables; son laboriosos; reflexivos, constantes, pacientes, ecuánimes, dicen
lo que piensan y piensan lo que dicen,; tolerantes, independientes,
ahorradores, puntuales, fidedignos, y naturales. El erotismo y la vanidad están
bien controlados, lo mismo que la ambición. Son compasivos, bondadosos. Apenas
se les notan pasiones extraordinarias; el interés por la hermosura de la
naturaleza y de la música es poco. Sus intereses son generalmente
intelectuales: estudio, especulación, matemáticas. No comprenden facilmente,
pero son altamente prudentes, los mejores conocedores de los hombres;
previsores, rara vez distraídos. En cuanto a la fantasía quedan retrasados
(investigadores científicos y escritores; pero no son poetas.
Coléricos, EAP. Son constantes e
impulsivos, impacientes, poco tolerantes, pero de fácil reconciliación, alegres
y propensos a la risa. Tienden al trabajo regular y se engolfan en el mismo;
comprenden con facilidad, pero son ligeros en el juicio; prácticos y no
distraídos; juicio decidido. Aman los buenos manjares. Desarrollados en el
sentido de la familia y de la amistad, son naturales; deporte, campo, pero no
tertulias de salón; aman la libertad; elocuentes máximos (hombres de Estado,
médicos y literatos se dan entre ellos); tienden a la vida real más que a los
libros, las artes y las ciencias.
Apasionados, EAS. En la actividad se
parecen a los coléricos, pero son menos movidos y más profundos en el trabajo
(son secundarios). Son diligentes, perseverantes, fácil comprensión, sentido
práctico, don de observación e independencia. Son violentos, nada ambiciosos,
aman la vida del campo. Son críticos y desconfiados. Son de gran seriedad y conciencia,
de vida religiosa y moral. Indiferentes a los goces sensoriales, al deporte y a
la música. Son compasivos, bondadosos con los súbditos, poco progresivos,
ahorradores, naturales y honrados, fidedignos diligentes (hombres de Estado,
naturalistas y poetas).
Amorfos, E´A´P. Intelectualmente son
débiles, superficiales, no prácticos, nada conocedores de los hombres
(personas), malos observadores, leen poco, de inclinaciones sensoriales y
egoístas (a la comida, a la incontinencia); son mentirosos. Tienen talento para
la música y las narraciones; son vanidosos, faltos de amor a la patria y de
religiosidad. Son fríos, tolerantes, de humor alegre.
Apáticos, E´A´S. Son intolerantes,
tímidos, difíciles de reconciliar, muestran firmes opiniones; son limitados,
faltos de sentido práctico, de don de observación; son deficientes en fantasía
y memoria. Tiene débiles inclinaciones, egoístas y sensuales; son fidedignos y
veraces, ahorradores distraídos; poco exactos, sin fortaleza de ánimo. Muestran
poco interés por la especulación, por la religión y por la política.
Pero la tipología que más nos “entretuvo” fue
la de Erns Kretschmer, psiquiatra alemán; nació en Wüstenroth
(1888), y murió en Tubinga (1964). En su famosa obra “Estructura corporal y
carácter” clasificó a los seres humanos según unos tipos a los que
pertenecen la mayoría de las personas; evidentemente existen, además, otros
mixtos. Los más importantes son: El tipo Asténico, con escaso
desarrollo de la musculatura; delgado, tirando a flaco, serio, con cara de
pocos amigos, aunque el amigo que hace lo es para toda la vida, “cara de
pájaro”, taciturno, muy inteligente,“es el realmente inteligente”, dedicado al
estudio concienzudo y callado, introvertido, pero muy sensible y observador.
El tipo Atlético, de buena
musculatura, alto, de espalda ancha, de muy buena presencia. Es el que ostenta
casi siempre la representación de los demás. Es el líder, tiene muchos amigos.
Se busca el asténico para recibir de él su inteligencia y su estudio. Se
complementa con el asténico.
El tipo Pícnico, es el obeso,
de figura pequeña y ancha. Desarrolla a tope la sociabilidad, la alegría, es
fuente de felicidad para los demás; amigo de todos. De buena mesa. Es feliz
haciendo felices a los demás. Es el que le pone la “salsa” a la seriedad del
asténico, y el de los chistes
espontáneos ante el “un tanto solsera” del atlético. Es el que no debe faltar
en las reuniones de relax y de descanso. Enseña a vivir a los demás.
Y a partir de aquí venía lo más curioso, y
que nos divertía siempre. Era el juego de los “casamientos”. Porque el Asténico
casa (tiende a emparejarse) con el atlético y con el pícnico. No es fácil que
se empareje con una asténica. El Atlético casa con otro/a atlético/a, y
también con el asténico/a, rara vez con un pícnico. El Pícnico casa muy
bien con el asténico, porque le da sociabilidad a su vida. Adivinar el gusto
por la mujer preferida era un juego divertido. Parece una tontería, pero
realmente la gente, sin saberlo, tiende a buscarse su pareja, según estas
tendencias. Si se observa bien las parejas se vera que, en general y en el
fondo, buscamos todos a la persona que nos complemente a nosotros mismos y
además en todos los sentidos. La descripción de las diversas anatomías que con
conllevan estos tipos, venía posteriormente. Incluso el complemento se suele
dar hasta en las relaciones más íntimas entre hombre y mujer.
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