lunes, 30 de mayo de 2016

ABRIL 2012

Ved de cuán poco valor son las cosas tras que andamos y corremos, que, en este mundo traidor, aun primero que muramos las perdemos.
Dellas desfaze la edad, dellas casos desastrados que acaescen, dellas, por su calidad, en los más altos estados desfallecen

ABRIL, 2012

1 de abril

Con la fiesta de hoy, Domingo de Ramos, se abre el pórtico de la Semana Santa. Los ensayos de los toques de bombos, tambores y cornetas, que han envuelto en ruido a la ciudad durante muchos fines de semana, tendrán su representación, si el tiempo lluvioso no lo impide, por las estrechas calles del Casco Histórico. Más de treinta cofradías, algunas de ellas centenarias, mostrarán sus Pasos a un público expectante que lo observa, emocionado o indiferente, pero siempre sorprendido para el que lo ve por vez primera. Qué amarga impresión se llevaron los pioneros americanos que se instalaron en la Base Aérea de Zaragoza, cuando vieron desfilar una procesión cuyos cofrades tapaban su cara y cabeza con largos capirotes. Asustados huyeron del lugar creyendo que eran un grupo perteneciente al peligroso Ku Klus Klan.
Desde mi balcón, en el barrio de Las Delicias, no podré contemplar este espectáculo; sin embargo sí que veo frecuentemente mujeres vestidas con hábitos que cubren todo su cuerpo con la elegancia y naturalidad del que lo lleva cada día, dando al barrio un colorido cosmopolita. Son las inmigrantes de origen africano que en ocasiones portan a sus bebés cargados a sus espaldas. ¿Habrán oído ellas la historia del hombre que llevó una cruz en la que sería crucificado? ¡Cuántos pasos no habrán dado en ocasiones para buscar agua potable que saciase la sed de toda la familia! ¡Y cuántas pateras se han quedado en el camino volcando su mercancía humana al misterioso mar! Para ellos esa es su auténtica Semana Santa.

6 de abril
El viajero llegó a la capital en la mañana de Viernes Santo, día trágico pero esperanzador en la larga historia del cristianismo. Su periplo vacacional tenía como objetivo reencontrarse con aquellos lugares en donde vivió su adolescencia de estudiante. Como buen aragonés, lo primero que hizo fue visitar el río Ebro y sus alrededores; al contemplar su raquítico caudal meditó sobre el polémico trasvase a tierras levantinas. Paseó tranquilamente por la plaza del Pilar y entró en la basílica; tras recorrerla pausadamente se atrevió a subir a una de sus torres en un ascensor moderno que intimidaba. Desde aquella altura pudo observar lo mucho que la ciudad se había extendido. Esta panorámica visión, que por primera vez contemplaba, le emocionó profundamente.
Luego, caminando por estrechas calles llegó a una recoleta plaza en donde multitud de personas esperaban la salida de una cofradía del interior de una iglesia. Al verlas vestidas con gran variedad de túnicas que ocultaban sus caras, le vinieron a su mente imágenes olvidadas de lejanas Semanas Santas que él vivió con emociones contradictorias. Por curiosidad, y también por un escondido sentimiento religioso, decidió entrar al templo cuya fachada barroca parecía estar recientemente restaurada. Sus ojos se quedaron asombrados ante el espectáculo que en su interior se exhibía: alineados y elegantemente adornados en majestuosas carrozas, se hallaban todos los Pasos de la imaginería procesional del Santo Entierro que al atardecer recorrerían las principales calles de la ciudad. La imaginería religiosa de los más variados Cristos y Vírgenes rivalizaban por conmover a los sorprendidos visitantes que con respeto las contemplan, aunque los numerosos destellos de las máquinas fotográficas rompían el hechizo que el recinto encerraba.
Terminada la visión de todo lo expuesto el viajero volvió a la calle. Los cofrades, todavía más numerosos, esperaban impacientes la salida de una carroza especial: la del Cristo en la cruz pronunciando sus últimas palabras. Un atronador ruido de bombos, tambores y trompetas dio la señal del comienzo de la procesión. La gente miraba con devoción la fuerza expresiva de un Jesús agónico, pero Él, desde su atalaya, reprimiéndose el dolor, parecía sonreír a los que le miraban. Nuestro viajero se mostró indiferente ante aquella actuación de los cofrades que le pareció algo fingida, más cercana a una representación teatral. Él buscaba al Cristo vivo entre los vivos y no al
que murió hace más de dos mil años. Cuando la plaza se quedó vacía de tanta multitud, descubre a un hombre de edad indefinida sentado en el portal de un antiguo palacio renacentista. Por su aspecto desaliñado, y por su actitud de desamparo, parecía necesitar ayuda. Atraído por su mirada se le acerca y saludándole le pregunta si le había gustado el desfile. "Cada vez me agrada menos -le respondió con voz misteriosa y profunda-. Lo contemplo todos los años y al final siempre ocurre lo mismo: dentro de dos horas volverá la comitiva, dejarán las carrozas en la iglesia y cada uno se irá gozoso a su casa a gozar de una sabrosa comida; las palabras de amor y fraternidad que el sacerdote predica se quedarán atrapadas bajo las bóvedas del templo esperando que alguien las saque de nuevo".
-¿Vive usted por aquí - le preguntó el viajero un tanto desconcertado.
-No tengo residencia fija. Ahora lo hago en una casa abandonada, y allí estaré hasta que me echen. ¿Le gustaría venir conmigo? Estar acompañado me satisface y alegra.
El viajero, hipnotizado por su mirada y por sus palabras, lo siguió como un cordero amaestrado. No tuvieron que andar mucho para entrar en lo que el desconocido llamaba su territorio. Por el camino iban encontrando personas mayores, muchas de ellas discapacitadas por el reúma y la artrosis; ancianos solitarios deseosos de ternura buscando los tibios rayos de sol que calentara sus huesos; emigrantes ansiosos y descentrados por haber perdido su empleo; enfermos drogadictos paseando su desarraigo, dolor y miseria a escondidas. Y todo ellos residían en edificios semiabandonados, en casas a medio caer en donde la única chispa de esperanza la ponía el verdor de alguna maceta en el balcón junto a la ropa puesta a secar.
-Pero no crea -le siguió hablando el desconocido- que lloramos por nuestra situación. No queremos la caridad con foto. Pedimos justicia social. Si existimos los pobres es debido a que hay muchos ricos. La religión que la mayoría de ellos profesan, queda encerrada en las paredes de la iglesia ayudando a enmascarar la hipocresía de muchos de sus fieles, olvidándose de su verdadera esencia: el amor, que si es auténtico, elimina las barreras entre amo y esclavo. Con las personas que aquí me rodean me siento más feliz y querido, más acompañado. Nadie me echa en falta mis defectos y debilidades; todos somos partícipes de las alegrías y las desgracias; todos gozamos de nuestros sentimientos.
El viajero, pasmado por el largo monólogo que había escuchado, miraba al desconocido como si fuera una persona de otros tiempos. Había en sus palabras, y en el tono de su voz, pensamientos lejanos que le eran conocidos pero más actualizados. ¿No eran esas las ideas que un hombre pregonó hace más de dos mil años y por eso lo crucificaron? Al viajero se le ensanchó el corazón. Esa persona tenía que ser el Cristo que estaba buscando: atrevido, desafiante, desprendido, humano, y sobre todo feliz. Y lo había encontrado en la calle, fuera del templo; lejos de la burbuja del ritual. ¡Viviendo junto a los que sufren!
El viajero quiso sincerarse con el desconocido cuando notó que el cielo, inesperadamente, comenzó a oscurecerse. Sorprendido, miró a su alrededor y comprobó que su acompañante había desaparecido. Con preocupación vio que la oscuridad iba aumentando. El Sol quería tragarse a la Tierra. Y en ese momento angustioso, mirando a la oscuridad de las alturas, oyó una voz lejana que decía: "Padre perdónalos porque no saben lo que hacen". Las campanas del reloj de la iglesia de San Pablo daban con dolor las tres de la tarde. La tragedia se había consumado.


12 de abril
Desde el instante que supe iba a ser abuelo, todo lo relacionado con el mundo de los neonatos y nasciturus me atrae de una forma especial. Hace unos días leí detenidamente la noticia sobre la operación quirúrgica realizada a un feto de cuatro meses al detectarle una anomalía pulmonar que le iba a causar la muerte. Los especialistas cirujanos lograron solucionar el problema y hoy, esa niña, que ya tiene año y medio, corretea y sonríe ajena a lo que fue su complicada gestación en el vientre de su valiente madre. A veces los milagros existen porque hay personas que piensan que queda mucho por descubrir, que la ciencia está ahí escondida esperando que alguien saque a la luz los escondidos misterios.
Con el mismo interés leí en un periódico local la noticia relacionada con la prueba de la amniocentesis que se realiza a las futuras mamás cuando el embarazo cumple los tres meses y medio. Extraer liquido amniótico por medio de una jeringuilla que atraviesa la placenta, puede ser peligroso si se daña al feto, pero su extracción sirve para conocer si el futuro bebé padece alguna anomalía cromosómica, circunstancia que obliga al ginecólogo a investigar con más precisión y alertar a la madre del suceso. Este pinchazo y posterior extracción amniótica ya no es necesario hoy día. Realizando unespecial análisis de sangre a la madre se detecta los niveles de dos hormonas que son las que indican si existe alguna anormalidad. ¡Cuánto avanza la ciencia! A los que fuimos padres, cuando estas pruebas eran una utopía, al acercarse la hora del nacimiento siempre pensábamos si el nuevo hijo nacería con algún defecto. Por eso, nunca olvidaré la expresión que la abuela Paca exclamó al ver nacer a su nieta cuando la comadrona la recogió en sus manos: "¡Qué guapa es, y está toda enterita!". A Arantxa ya le han realizado ese análisis especial y todo estaba correcto, al igual que la ecografía. Esperemos que la navegación de mi nieta en su particular piscina no sufra inclemencia alguna. Más de siete décadas nos separan en el camino que ella inicia; son muchas las historias vividas que acurrucada en mis brazos querría contarle. No sé si mis torpes manos y mi voz temblorosa sabrán transmitirle todo el amor que antes de nacer ya me despierta. Cuando ya creía que la cadena de mi historia quedaba rota, este inesperado eslabón que la alarga me engarza al eco de la esperanza. Adriana, estoy seguro que tu mirada eclipsará las penas de los que te rodeamos, pero también pienso cuando en tu jardín, ahora lleno de flores bellas, le broten abrojos espinosos. Entonces, tu abuelo, que ya se habrá marchado, hará lo posible desde la lejanía para que la sonrisa vuelva a tu camino.

14 de abril
Otra fecha conmemorativa pero que muy poca gente la recuerda. Hoy se cumplen 81 años de la llegada a nuestro país de la II República. Fue el 14 de abril de 1931 cuando España dejó de ser monárquica, obligando al rey Alfonso XIII a abandonar España. La Constitución que ella nos dio fue la más democrática que ha tenido nuestro país al otorgar el poder de votar a la mujer por primera vez y admitir al matrimonio civil y el divorcio. En mi infancia y adolescencia, bajo el Régimen de Franco, nunca nos explicaron en la casa familiar, ni en los libros de texto, ese corto periodo republicano que tantas ilusiones creó en la mayoría de los españoles. Sin embargo mi suegro celebraba este día por todo lo grande aunque sus sentimientos no pudiera manifestarlos públicamente. Cuando llegaba el 14 de abril sacaba de una caja guardada en su despacho una banderita republicana y la colocaba en sitio visible de la casa para que toda la familia la viéramos. Ese día la comida era especial; a sus nietos les daba propina y a veces hasta se atrevía a cantar La Internacional. Pero mi suegro era un republicano enamorado de Rusia; su creencia total en el comunismo como Régimen ideal, le ofuscaba de tal forma que no supo ver en vida que en la Unión Soviética, en la Cuba de
Fidel o en la China de Mao, el totalitarismo existente era semejante al que Franco le obligó a vivir. Murió como había vivido, siendo fiel a unas ideas que él creía las mejores.
En Zaragoza, la fecha de hoy es celebrada únicamente por la Asociación de Vecinos del barrio de Torrero -barrio que siempre ha comulgado con ideas republicanas- y por algunos simpatizantes de partidos de Izquierdas. Y paradoja de la vida, a la misma hora de esta celebración, el Rey de España era operado de la rotura de su cadera izquierda producida en un safari cinegético por tierras sudafricanas. La fragilidad de su huesos, que con tanta facilidad se rompen, puede ser el anuncio de la llegada de la III República.

16 de abril
A estas fechas de abril todavía no han aparecido las golondrinas, sin embargo el cierzo ha vuelto con fuerza de vendaval poniendo silbidos de frío en los cuerpos y en las casas. Y a la pareja de urracas, que todos los años ponían sus huevos en el nido que ellas construyeron en el ciprés de la avenida, no se les ha visto repararlo. ¿Se habrán olvidado de este barrio? El primer año que nidificaron se cayó un polluelo del árbol cuando todavía no volaba con seguridad. Lo recogió el portero de mi vivienda acurrucado en un portal y lo depositó en la primera rama del ciprés; sus padres no tardaron en arroparlo. Al año siguiente volvieron a anidar, y así hasta cinco veces, pero este primavera presiento que su marcha es definitiva. Espero que las golondrinas no hagan lo mismo.

19 de abril
¡Alegría! Las esperadas golondrinas han vuelto. Esta mañana, nada más abrir la ventana de mi dormitorio, todavía con los ojos somnolientos, he visto cruzar el espacio aéreo de la avenida una pareja de golondrinas. Han dado dos vueltas y una de ellas ha rozado en su vuelo los viejos nidos que hay en la casa de enfrente como queriendo auscultar olores y vivencias del pasado. Ellas, tan agudas y perspicaces, se habrán dado cuenta que falta un nido; lo deshizo con una escoba la dueña de la casa, tal vez al comprobar que bajo él, en la pared de la fachada, se había acumulado suciedad. En toda la mañana las he vuelto a ver. Espero que esta primera visita de cortesía sea la antesala de nuevas llegadas con intención de quedarse. Contemplar sus acrobáticos vuelos y
admirar la evolución de sus vidas a lo largo del verano, es un espectáculo gratuito que me lleva a la infancia cuando bajo los aleros de las casas solariegas de la calle Mayor de mi pueblo, las idas y venidas de estas blanquinegras aves era un espectáculo fascinante.
Esta alegría matinal que me han hecho sentir las golondrinas, se ha convertido en preocupación con los nuevas medidas marcadas por el Gobierno. A las subidas que nos ha anunciado el Ayuntamiento del billete del autobús, del impuesto de Bienes e Inmuebles, el agua y las basuras, la luz y el gas, se destapa la ministra de Sanidad con una medida que hasta hace unos días había negado: un copago por las recetas médicas. Nos echan en cara que consumimos demasiadas medicinas, que en muchas casas existe un botiquín con medicaciones que luego terminan en la basura. Pero ¿quién receta los medicamentos, señora ministra? Por desgracia soy un enfermo crónico que tomo doce pastillas diferentes al día, Y lo hago porque dos especialistas me las han pautado. No lo hago por mi gusto, que bien pronto las desecharía porque ocasionalmente me causan problemas digestivos. Si la esperanza de prolongar la vida a las personas mayores es lo que tanto preocupa a los ministros de Economía y Hacienda, reduzcan los gastos en otras actividades pero no jueguen con la salud.

23 de abril
La agenda me recuerda que hoy es San Jorge, día festivo en Aragón. Las autoridades políticas lo eligieron como patrón de la Comunidad al mismo tiempo que la Iglesia católica lo eliminaba de su santoral. En casa lo hemos celebrado homenajeando a mi hijo menor que lleva su nombre y hemos brindado por su salud y sus proyectos musicales. El "lanzón" del mártir guerrero de leyendas cuantiosas, es el postre que la moderna pastelería ha creado. Su adorno con la bandera de la Aragón y el cachirulo le da un toque muy regionalista. Esta fecha, que otras veces se aprovechaba para reivindicar derechos autonómicos, se ha convertido en un día meramente festivo. Los puestos de ventas de libros en el paseo Independencia le dan ese toque intelectual que tanto necesitamos. Uno de mis hijos me ha comprado el último libro, Caja de lava, de mi amigo el gran poeta Ángel Guinda en el que me ha puesto esta impagable dedicatoria: Magmáticamente, desde el volcán de mi corazón de cristal -¿como el tuyo?- esta Caja de lava es para mi queridísimo y admirado Santiago Sancho, de las manos generosas de tu hijo Santiago y tu nuera Arantxa. ¡Fuerza, hermano!
Sin embargo, por la noche, como en otras ocasiones, el insomnio me visitó traidoramente poniéndome una montaña difícil de escalar. Pensamientos oscuros, dudas existenciales, enfermedades imaginarias, catástrofes y desgracias buscan refugio en el cerebro queriéndolo conquistar. Das vueltas y más vueltas, intentas relajarte pero el maligno se ríe de ti. En ocasiones, para esquivarlo y conseguir que el sueño me tranquilice, hago como que no lo veo y me refugio en el juego infantil de repasar conocimientos adquiridos en la época escolar; tiempos cuando todo que se memorizaba quedaba atornillado para siempre. Así lo hice la noche pasada con la geografía de España. Recordé sus mares con los cabos y golfos que se asientan a lo largo de sus costas. Comencé en la vasca con el cabo Machichaco; pasé por Ajo, Ortegal y Finisterre para bajar a Tarifa y La Nao y terminar en la costa catalana de Creus. En este viaje aéreo es curioso como la memoria, al mismo tiempo que los nombres, te trae el color azul del agua y los peces que en el viejo y arrugado mapa escolar se dibujaban. Luego, he continuado con la variada orografía que como capas superpuestas se adentran desde el mar hasta el centro peninsular; cordilleras montañosas que desde su privilegiada atalaya ven pasar los fenómenos meteorológicos que tanto marcan nuestras vidas. Y encajados entre ellas los valles que los ríos fueron modelando poco a poco a través de los siglos. ¡Cuánta grandeza y cuánta variedad! Concluido el repaso de la geografía física he continuado con la humana, pero aquí el hombre ha ido modificándola según sus gustos y apetencias y mis recuerdos no coinciden con lo correctamente político de hoy día. A las antiguas regiones se les llama comunidades, repartiéndose las provincias según intereses económicos; algunas han preferido caminar en solitario prefiriendo ser cabeza de ratón en lugar de cola de león. Y hasta dentro de ellas se han formado comarcas y mancomunidades que rivalizan su poder con las Diputaciones Provinciales. ¡Cuánto despilfarro acumulado! Aquí debería llegar el recorte suprimiendo cargos duplicados que en coche oficial recorren pequeñas distancias alardeando de su temporal poder.
Otras noches intento distraer el insomnio con la Literatura. Y aquellas versos aprendidos en la Preceptiva Literaria para distinguir las diferentes estrofas, los verbalizo con la misma facilidad que hace 60 años. Del pareado, el más sencillo, pasando por el terceto, el cuarteto o el serventesio o la lira, llego a la estrofa perfecta de catorce versos endecasílabos: el soneto. Me aprendí varios, pero fueron dos los que no he olvidado ; el                                                                                                                                                                                                                                             que  Quevedo le dedicó burlonamente a un narigudo, y el del gran Lope de Vega con el que explica cómo se construye un soneto.


28 de abril
¿A dónde vamos a llegar? ¿A qué cima nos quieren subir, paso a paso, para que luego la caída al precipicio sea mortal? Un ciudadano griego, jubilado, angustiado por su negro futuro se quitó la vida hace unos días. La noticia encendió las alarmas y puso clavos en muchas conciencias. Antes de tomar la trágica decisión dejó escrito, para vergüenza de algunos, estas sencillas palabras: "Soy jubilado. No puedo vivir en estas condiciones extremas. Me niego a buscar comida en la basura".
Su suicidio me recordó la idea de sus antepasados cuando en la Grecia clásica no siempre el quitarse la vida era considerado como un final deshonroso, sino una salida digna ante el infortunio. Y para confirmar esta angustia a la que nos empujan, solo faltaban las declaraciones de un oscuro personaje -el director de el Fondo Monetario Internacional- al manifestar que hay que recortar todavía más las pensiones porque la longevidad sigue aumentando y sus costes no se pueden pagar. Y qué pensar de la solución que un empresario farmacéutico da para que los parados consigan algo más de dinero: vender semanalmente el plasma de su sangre a los laboratorios y conseguir 70 euros al mes. ¡Qué desvergüenza! No me extrañaría que los suicidios aumenten.
Como un animal carroñero que hurga en los despojos, como un perro que lame sus heridas, como la planta que ante la sequía siente su muerte, así obligan a vivir a millones de personas los caciques eternos que pasean su arrogancia y su poder. A veces presumen de benefactores, de modélicos subvencionadores que esperan el halago de los que le rodean. Sus altivos rostros disimulan con cortesía la agresividad que sus conciencias encierran. Y en la comodidad de un retiro halagüeño le contarán a su almohada el recorrido feliz de una vida para ellos plena. Como si nada hubiera ocurrido esperan orgullosamente recibir la eterna recompensa. Y aquí, a nuestro lado, nos siguen martirizando con una guerra de recortes y recriminaciones que nos obliga a llorar por los rincones, a reconocer con dolor que las mejoras sociales que tanto nos costó conseguir se conviertan en una utopía para nuestros hijos y nietos. Adriana, nieta querida y esperada. Aún no has nacido pero me pregunto qué futuro te espera.

30 de abril
Nervioso, como siempre que acudo al médico, he recogido el resultado de los análisis cerrados en un sobre para entregárselo al doctor. Al entrar en su consulta observo que está muy atareado escribiendo en el ordenador. Al verme me sonríe y me dice "Usted es un muestrario de enfermedades. Estoy digitalizando su historial y esto parece un catálogo". Me he reído y paso a paso me ha ido recordando todas las señales que mi cuerpo ha ido almacenando:
"A los diez año le realizaron una apendicetomía. A los veinte tuvo una pulmonía doble que le dejó la marca de unas travéculas fibrosas en el pulmón derecho. A los veintiséis se fracturó una costilla. A los cuarenta fue operado de una fístula anal. A los 53 se le operó de un Dupuytren en la mano izquierda. A los 63 se le realizó un autoinjerto de cresta iliaca para aliviar dos hernias discales en la zona cervical. A los 68 sufre una cardiopatía isquémica con severa estenosis implantándosele dos stens; un año después se le instalan otros dos. Otras enfermedades: múltiples divertículos en sigma y en zona distal del colon izquierdo descendente con espasticidad; pequeños quistes en ambos riñones; condrocalcinosis en las rodillas; psoriasis en codos y piernas; lesión laberíntica oído izquierdo de probable origen vascular. Pero ahora le veo muy bien".
Salimos de la consulta. En la calle, un taxista despreocupado recogió mis dudas Sobre el asiento desgastado de su coche dejé suspiros de un pecho que se deshincha. A través de los cristales descubrí inconscientemente el verdor primerizo de una extraña primavera.

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