PREGÓN
para las fiestas patronales de Paniza.
(Septiembre de 2016)
Queridos paisanos y amigos. Me siento
orgulloso de poder inaugurar con mi
pregón, aunque sea desde la distancia, las fiestas patronales de mi pueblo. En
primer lugar quiero agradecer al señor alcalde, a los concejales, y a la Comisión
de festejos, que pensaran en mí para tal acto. Y no me olvido de todos los
paniceros y paniceras: niños, jóvenes, adultos, solteros, casados, ancianos,
viudos y
las diferentes asociaciones - Del
Muro, Ildefonsos, Ampas, Cazadores, Jubilados ...- que tanto hacen
para que el pueblo tenga vida, así como a todos aquellos que os visitan en estos días.
La palabra fiesta, según nos dice en
su Diccionario de Uso nuestra
paisana María Moliner, consiste en... reunirse
gente para divertirse o pasar agradablemente el tiempo unos con otros. Efectivamente, siempre es bueno olvidarnos de los exigentes trabajos de cada
día, y de los momentos complicados que la sociedad española está pasando, para gozar
de unos días de jolgorio, alegría y diversión con todos aquellos que nos
rodean.
Paniza siempre ha llevado fama de ser
un pueblo acogedor, que recibe con los brazos abiertos a todos que lo visitan
en son de paz. Y aunque ahora se dan casos extraños de robos, cuando yo era
niño las puertas de las casas siempre estaban abiertas para compartir con el
visitante la conversación, comer alguna magdalena que el ama de casa
elaboraba, o el trago de vino en porrón
que siempre estaba dispuesto encima de la mesa. Tiempos lejanos aquellos que con cierta nostalgia recordamos los
que estamos en la línea roja de la vida. ¡Cuánto ha cambiado todo!: el
vestir, el comer, el trabajar, la forma de divertirse, la posibilidad de
estudiar, y sobre todo el gran salto dado por la mujer igualando y superando al
hombre en muchos aspectos. Y no digamos de los numerosos móviles y smartphones
que en este mundo globalizado esclaviza a muchas personas. Pero hoy estamos aquí para anunciar que
las fiestas van a comenzar, y en ellas, presidiendo los numerosos actos estarán las reinas que habéis
elegido -guapas, alegres y elegantes- representado a la juventud en la que el
pueblo confía para que siga progresando.
Deseo que estos días festivos
disfrutéis con las charangas, las orquestas, las vaquillas -sin
maltratarlas- las peñas, y las
especiales comidas y bebidas; aunque no olvidéis lo que don Quijote le dijo a
su escudero Sancho: "Come con
moderación que la salud del cuerpo se fragua en la oficina del estómago. Y sé
templado en el beber porque el que bebe demasiado, ni sabe guardar secreto ni
cumplir palabra".
Como sabéis, me gusta escribir; y en
los diez libros que he publicado, siempre ha estado presente Paniza. En el que
titulé "Siempre en el corazón" escribí una frase que quiero recordar.
"Tu pueblo, mi pueblo, todos
iguales y distintos; afortunado el que tiene un pueblo con el que soñar". Ese
ha sido mi caso, llevar al pueblo en el corazón y recordarlo constantemente.
Y para concluir este pregón, comentar
que en todas las fiestas se suele homenajear a algún santo, santa o virgen.
Paniza está protegida en sus entradas por dos vírgenes, Monserrat y Quiteria, y
por un santo, San Gregorio. Y
arriba, en el monte lejano y altivo, por la protección de la Virgen del Águila
en cuyo nombre se conmemoran estas fiestas.
Por todo ello, queridos paisanos y amigos, antes de que el cohete
anunciador suba al espacio, llevando en su vuelo todas las ilusiones y
esperanzas que vuestros corazones almacenan, voy a terminar con dos vivas que
quiero que repitáis conmigo:
¡Viva Paniza y sus gentes!
-¡Viva....!.
-¡Viva la Virgen del Águila!
-¡Viva...!
Santiago Sancho Vallestín
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