POR UN MUNDO MAS JUSTO
“Mis recuerdos".
Laureano Molina.
ÍNDICE:
"Los movimientos católicos
especializados". (1).
"Sindicalismo y política" (2).
"Por un mundo más justo". (3).
"Estudio del Marxismo y del Comunismo de la mano de Tomàs Malagon". (4).
• "Subvertores de conciencias". (5).
• "Buscando la Libertad para construir un mundo más justo". (6).
"La formación en la HOAC". (7).
• "¿Porqué somos cristianos?" (8).
• "El Materialismo Dialéctico". (9).
• "Marxismo y Cristianismo". (10)
LOS MOVIMIENTOS CATÓLICOS ESPECIALIZADOS. (N* 1).
La HOAC y la ZYX constituyeron mi plataforma de lanzamiento para mi campo de
trabajo apostólico. Venta de libros ZYX, después ZERO, por las parroquias,
pueblos, librerías, fábricas (a la salida de los trabajadores), reuniones,
ateneos, charlas, Universidad, venta directa en las calles, e incluso por
ejemplo en la Feria de San Miguel de Lléida y en la Feria del Libro de
Zaragoza. Todo lo hacía acompañando al Delegado de la ZYX en Aragón, el joven
trabajador Damián Velázquez Vaos. La Colección “Lee y Discute” de los folletos
ZYX ejercía un gran interés sobre todos, y especialmente sobre los jóvenes. El
interés de la gente por conocer “la verdad de la situación” era enorme.
En la HOAC hice muchos cursillos en la Casa de Ejercicios Espirituales de
Segovia que dirigía el amigo Félix. El Obispo Palenzuela, en Segovia, era
comprensivo con aquel movimiento de concienciación cristiana y humana.
Cursillos para comprender mejor la situación real y prepararse para
trasformarla. El lema de la HOAC venía a ser: “Jesús de Nazaret y el hombre
necesitado”. La espiritualidad era intensa y “a ras de tierra”..
Además me siento agradecido con todos los que conocí y conviví y de todos
aprendí.
Al mismo tiempo y por un compromiso de Equipo de Formación y Revisión de Vida
me dediqué durante tres años a convivir con los camioneros en Aragón. Con ellos
me reunía y con ellos compartía todo lo que me era posible. Viajé por toda
España y llegamos a plantear reivindicaciones muy específicas: Tacómetro, Asesoría
Laboral, incipiente organización de ayuda mutua. Todo para paliar la dureza de
la vida de los camioneros. De todo ello habría mucho que decir. El sacerdote
José Medina, primero en Somosierra, Kilómetro 103 de la N. II, después, y
siempre en Legazpi de Madrid sabe mucho de ello.
En la HOAC y en la ZYX, Tomás Malagón, José Domínguez, Luis Capilla, Fernando
Egea, Antonio de Andrés, Félix Díaz, Juan José Rodríguez Ugarte, Antonio
Martín, todos ellos sacerdotes; y Francisco Mera, Miguel Jordá, Juan Fernández
Domínguez, presidentes de la HOAC; y los inolvidables Julián Gómez del
Castillo, Teófilo Pérez Rey, Jacinto Martín, Norberto Moreno, Máximo Mata,
entre otros muchos, fueron mis maestros. A los que recuerdo con agradecimiento
y cariño. ¡Cuántos cursillos, cuánta formación, cuánta austeridad, cuánta
seriedad, había en todos los planteamientos!
La HOAC como movimiento apostólico especializado dedicado al mundo obrero, y la
ZYX como movimiento socio cultural cristiano, constituían para mí dos entidades
que me venían como “anillo al dedo”, como sacerdote que era, y como hijo de
anarquista exiliado en Francia. El historiador Manuel Tuñón de Lara calificaba
a la ZYX, su componente ideológico, como “anarquismo de base cristiana”.
La HOAC nació en 1946 con Guillermo Rovirosa al frente, y la ZYX apareció como
Editorial de Libros y Cursos de Formación en 1963, como “brazo alargado” para
actuar en el campo del mundo del trabajo y universitario. Ambas eran
constantemente “instigadas” por el Régimen de Franco, secundado por el
Arzobispo Morcillo y su Obispo Auxiliar Sr. Guerra Campos. Suprimida como
Entidad la ZYX por el Régimen, continuó su actividad bajo el nombre de ZERO.
SINDICALISMO Y POLÍTICA. (Nº 2).
En el aspecto sindical, la USO (Unión Sindical Obrera) fue mi campo de
actuación. La mayoría proveníamos de la HOAC y de la JOC. Mi casa de Cura
Obrero fue centro clandestino de muchas reuniones en el Barrio de Las Fuentes
de Zaragoza.
La historia de este sindicato arranca del llamado «grupo de Rentería», cuyos
primeros panfletos datan de 1958. Se constituyó en 1960, a partir de un grupo
de obreros de la JOC y de la HOAC ante la falta de representatividad de los
trabajadores en las empresas. En sus inicios fue de ideología socialista
autogestionaria. En 1974 volvió a relanzarse donde no existía).
Primero nos fuimos metiendo intensamente en la CNS, Sindicato Vertical del
Régimen de Franco, hasta que quedó disuelto y fue sustituido por las actuales
Centrales Sindicales.
Negocié Convenios, asistí a reuniones nacionales, en alguna ocasión tuve que
esconderme como medida de precaución. Pasé libros desde Francia, muy útiles
para nosotros, especialmente los de Ruedo Ibérico.
Desde USO, y en Zaragoza, pusimos en marcha Reconstrucción Socialista, (R. S.)
integrándonos después en el Partido Socialista de Aragón (PSA) que dirigía el
abogado y poeta Emilio Gastón. Al principio en la clandestinidad.
Posteriormente vendrían los tiempos públicos del PSOE, PCE, Izquierda Unida
(I.U.), sin olvidar el Socialismo de Enrique Tierno Galván.
( Reconstrucción Socialista surge a finales de 1974, “a partir de unos grupos
de acción y de reflexión que aceptan como documento inicial para el debate las
tesis políticas de USO, formuladas en diez puntos para ser debatidas en la
Federación, y que son recogidas por Enrique Barón en su libro “Federación de
Partidos Socialistas. Barcelona y Madrid, Avance-Mañana Editores, 1976, pp.
155-157, y en los que entre otras cosas se propone como modelo de sociedad una
democracia socialista de autogestión sin menoscabo de las libertades
democráticas y como instrumento de una organización política de amplia base
obrera y de estructura federal”. En 1976 forma con otros partidos socialistas
regionalistas la Federación de Partidos Socialistas (FSP) cuyo principal partido
es el Partido Socialista Popular. Se presentan a las elecciones constituyentes
de 1976 con el nombre de Unidad Socialista. En 1978, aprobada la Constitución
Española muchos se integran en el PSOE. Otros terminan en el PCE). R. S. se une
al PSA en Noviembre de 1976. Después de las Elecciones Constituyentes y una vez
aprobada la Constitución Española del 78, el PSA se disuelve entre el PSOE y el
PCE).
El movimiento de Comunidades Cristianas de Base era un hecho enriquecedor de
parroquias, barrios, ciudades y pueblos. El Movimiento Vecinal creo que tiene
mucho que agradecerle a las hoy llamadas Comunidades Cristianas Populares. No
puede quedar en el olvido el movimiento de “Cristianos para el Socialismo.
(REDES CRISTIANAS. 150 comunidades, movimientos y medios de comunicación
cristianos han constituido en 2006 esta coordinadora. Su objetivo es colaborar
con otros colectivos sociales para responder a los grandes problemas que hay
planteados en la sociedad desde una opción de justicia y de igualdad en favor
de los excluidos siguiendo las pautas del Evangelio).
Después cada vez los compromisos políticos y sindicales eran más fuertes y más
intensos.
POR UN MUNDO MÁS JUSTO. (3º).
A las nueve de la mañana del lunes estábamos ya tres compañeros en el IAPLA
(Instituto de Adaptación Pastoral Latinoamericano) para recibir nuestras clases
de preparación para nuestros destinos como sacerdotes misioneros. Los del
colegio “Migrans”, teníamos en común las clases por la mañana con los del
IAPLA. Las tardes las dedicábamos a lo específico nuestro según nuestros
destinos. Hispanoamérica los unos, y Europa los otros.
Si el impacto de la movida madrileña de entonces fue grande en nosotros, más
grande fue la movida intelectual y académica que recibíamos en el IAPLA. Recordemos
que estamos en Otoño de 1.968.
Profesores progresistas. Libros multicopiados y traídos clandestinamente a
España (durante la Dictadura de Franco, los libros publicados en el resto de
Europa entraban a España con cuentagotas). Nuevas ideas que al escucharlas te
“quemaban”, pero que al mismo tiempo te daban luz y vida. Todo el mundo
occidental era un hervidero. El Concilio Vaticano II había terminado. Sus
conclusiones impactaron en todo el orbe católico. El Mayo del 68 francés
extendía su sombra, mejor su luz, por Europa y América. La “miseria” en la que
había quedado Europa por el desastre de la guerra se estaba superando
ampliamente. Los curas obreros cada vez eran más numerosos. Las Comunidades
Cristianas de Base florecían por todas partes debido a la apertura de par en
par de las ventanas de la Iglesia por aquel abuelo, el papa Juan XXIII.
Gregorio Ciria, José Mª Gracia Ochoa y yo, compañeros de curso en el seminario
desde niños, vivíamos intensamente aquel ambiente intelectual. Nuestro trabajo
como curas de pueblo era ampliamente recompensado con aquel baño de doctrina
humanista y cristiana que abría caminos insospechados para todo el mundo.
Éramos felices y no perdíamos el tiempo.
La Teología oficial era ampliamente superada. De la Teología Dogmática se
pasaba a hacer hincapié en la Teología Política. En Hispanoamérica comenzaba la
Teología de la Liberación. Y los de la HOAC con Tomás Malagón construían la
Teología Social. Teología hecha desde abajo, desde las bases cristianas, desde
el esfuerzo y desde el sufrimiento por el trabajo arduo y mal recompensado de
la clase trabajadora; trabajo realizado con el sudor de sus frentes, y desde su
fe que se veía zarandeada por el maremoto ideológico del entorno. No era una
teología elaborada desde los despachos oficiales. Ni tampoco por los que
habitualmente estaban instalados en un trabajo realizado con el sudor del de
enfrente.
Pocos sábados volveríamos a juntarnos en las calles tras la Puerta del Sol. No
teníamos tiempo. Yo procuraba acercarme cada vez más a la HOAC y a la ZYX.
Cursillo de fin de semana que se organizaba en Segovia, cursillo que no me
perdía.
La ZYX tenía alquilada la Casa de Ejercicios Espirituales del obispado de
Segovia que dirigía el amigo Félix Díaz, donde se realizaban casi todas las actividades
formativas para los militantes de la HOAC y seguidores de la ZYX.
En el IAPLA hicimos cursillos sobre Iniciación al Marxismo y Comunismo con el
sacerdote y profesor Ricardo Alberdi.
Especialmente intenso fue el Cursillo de El Proletariado del P. Ricardo Alberdi
del Instituto Social “León XIII”, Madrid, octubre de 1.968. Estos cursillos
fueron impactantes. A través de mis ojos abiertos como platos, se abría también
mi entendimiento. Un escenario insospechado se mostraba ante mí. Comenzaba a
hacerme intelectualmente “adulto”. Emocionalmente quedaban atrás mis niñerías,
como dijo en su día el mismo San Pablo al describirse como hombre cristiano.
(1ª Carta a los Corintios, 13, 11-13). (2)
La visión del proletariado de Alberdi era extensa y completa. Sin cortapisas.
Sin límites. La forma de presentar este tema, como los demás temas de tipo
teológico, antropológico y social que se impartían en el Centro de Estudios,
era totalmente distinta a la impartida en el Seminario. No había barreras
religiosas en la inmersión y en el estudio de todos los temas. No había
adversarios a los planteamientos que se hacían, sino compañeros de camino en
busca de la verdad. El mundo al que nos íbamos a enfrentar exigía estar bien
preparados.
En todo caso, Alberdi, se limitaba al final de todo su trabajo a hacer algunas
observaciones sobre las “ideas cristianas de las que proveníamos”. Y así lo
hacían los demás profesores. La postura venía a ser más o menos ésta: “hay que
conocer todo lo más posible la realidad del mundo y de su historia, pero
teniendo cuidado con no traspasar la barreras de nuestros Dogmas”.
ESTUDIO DEL MARXISMO Y DEL COMUNISMO DE LA MANO DE TOMÁS MALAGÓN. (Nº
4).
El estudio del Marxismo y del Comunismo de la mano de Tomás Malagón, sacerdote
y teólogo, fundador con Guillermo Rovirosa de la HOAC y de la ZYX, después
ZERO, era otra cosa. (3) (6).
Quiero dejar clara la diferencia en el tratamiento y estudio de estos temas
sociales.
Con Malagón, no estudiábamos solo el Marxismo, es que nos hacíamos marxistas sin
ninguna cortapisa, sin ninguna pega, sin ningún límite, sin ninguna crítica a
Carlos Marx, al menos en la aceptación del esfuerzo que hizo Carlos Marx para
comprender el mundo y su historia.
Si nos queríamos meter de lleno en el “mundo proletario” en el que vivían las
clases trabajadoras de entonces, “teníamos que hacernos marxistas”. Así, sin
más. A imagen y semejanza como decíamos en teología que Dios se hizo Hombre y
se encarnó en Jesús de Nazaret. Nosotros nos hacíamos marxistas. Marxistas,
anarquistas, socialistas, existencialistas, e incluso ateos. Ateos, al menos,
metidos en su visión, y haciendo esfuerzo por comprenderles, aceptando sus
críticas a la religión, aceptándolos tal como eran, y desde ellos buscando una
salida común, para ellos humanista, para nosotros humanista y cristiana.
A partir de nuestro bautismo marxista, el esfuerzo lo hacíamos para
compaginarlo con nuestra fe en el Mensaje de Jesús de Nazaret. Para ello
estudiábamos la Historia de la Iglesia y de los Dogmas Católicos dialécticamente
(con el método dialéctico marxista ahondando en el análisis que Marx hacía
descubriendo los niveles en los que la sociedad está estructurada: el nivel de
lo económico, de lo social, de lo político, de lo cultural y de lo religioso)
afinando las definiciones dogmáticas, y entresacando qué es lo que se quiso
decir con ésta o la otra formulación dogmática en los tiempos en los que se
hicieron y el por qué se hicieron, hasta encontrar un equilibrio entre nuestra
fe y nuestra visión marxista. En el fondo, todo lo que procede del hombre puede
confraternizarse mediante un diálogo serio, riguroso y sin prepotencias.
Entre la postura intelectual de Tomás Malagón, la nuestra como militantes de la
HOAC-ZYX, y la expresión de otros estudiosos de estos temas hay una diferencia
de tratamiento esencial, es la “encarnacion” en la postura del otro. Así lo
planteaba Malagon.
Toda la Naturaleza es Dialéctica. Por tanto el hombre y su historia son
dialécticos. La Sociedad es dialéctica. Las relaciones entre los hombres son
dialécticas. Nos guste o no nos guste. Es algo que es así. Dios, la idea que
tenemos sobre El, también es Dialéctica (recordemos el misterio de la Santísma
Trinidad). Pero volveremos sobre el tema.
A medida que yo me iba empapando de la visión sobre el mundo que se tenía en la
HOAC-ZYX, me despegaba de la posible influencia en mí de la visión del mundo
que se tenía en el Opus Dei por ejemplo. Partíamos desde abajo, desde “nuestra
encarnacion”, no desde una visión supuestamente superior.
Eran visiones totalmente diferentes, y aun opuestas. La HOAC tenía una fe, una
teología y un método que partía desde abajo, desde el trabajador, encarnados en
ellos, hechos una misma cosa con ellos. Era una fe en la Encarnación de Dios en
Jesús. Una teología que arrancaba desde la experiencia y vivencia de la fe de
los trabajadores cristianos. Un método que se creía, y se sigue creyendo, como
más justo y eficaz para trasformar la sociedad, y ello según el Evangelio.
Trasformar la sociedad desde ellos, con ellos, y para ellos.
Yo me sentía feliz porque había encontrado mi camino como sacerdote, pero sobre
todo como hombre. Tenía por tanto una gran ilusión por desempeñar mi labor
sacerdotal en la tierra que había acogido a mi padre en su exilio como
refugiado por causa de la Guerra Civil Española. Era un deber para mí ofrecer
mi vida al servicio especialmente de los trabajadores españoles en Francia. En
ese tiempo mi padre había trasladado ya su residencia a España. Pasó de
desempeñar una labor de viticultor en Burdeos a un trabajo de peón de albañil
en Zaragoza.
El alimento espiritual e intelectual que recibía de la HOAC, así como el
arropamiento humano por parte de sus militantes, me llenaba plenamente y daba
seguridad e ilusión a mi vida.
SUVERTORES DE CONCIENCIA. (Nº 5).
“Guillermo Rovirosa nació en un pueblo costero, Vilanova i Geltrú situado al
sur de Cataluña. Aunque amó a esta tierra, fue un hombre universal: en el
corazón le cabía el mundo entero. Desde joven recibió una gran influencia de su
madre, quien quedó paralítica a los pocos meses de nacer Guillermo. De ella
heredó su capacidad de sacrificio y la alegría profunda en el dolor. El dolor
callado de su madre significaría mucho en su Futura conversión.
De su padre heredó un radical amor a la verdad. Estas dos cosas marcarían la
vida de Rovirosa hasta el final. (1.897-1.964) (http://www.guillermorovirosa.com/noticias110.htm).
- Los libros sobre: “formación social”, “historia”, “temas de actualidad”,
“literatura y arte”, y en especial la “colección lee y discute”, “promoción del
pueblo”, “se hace camino al andar”, y “pueblo de Dios”, nos los quitaban de las
manos por el interés que despertaban los temas y por lo asequibles que eran sus
precios.
La gente tenía ganas de “comer pan blanco”; es decir, de leer libros sin pasar
por la censura previa.
Por otra parte empezaban a entrar en España clandestinamente los libros de
Ruedo Ibérico.
(RUEDO IBÉRICO. Editorial fundada en 1961 en París por cinco refugiados
españoles de horizontes políticos diversos con clara orientación
antifranquista. Publicó libros de historia, economía, sociología y política
prohibidos por la censura en España. En 1977 se trasladó a España y en 1982
cerró. Publicó también la revista Cuadernos Ruedo Ibérico (1965-1979) en la que
colaboraron:
J. Goytisolo, Joaquín Leguina, Jorge Semprún, Pasqual Maragall, F. Claudín y
otros).
- Veamos algunos primeros títulos de las diversas colecciones de la ZYX a modo
de ejemplo:
>¿De quién es la empresa?G.Rovirosa
>”PabloIglesias, de su vida y de su obra”, Julián de Zugazagoitia;
>”Fugger, banquero del emperador” J.Ruiz Carnal;
>”El primer traidor cristiano, Judas el Apóstol”, G.Rovirosa;
>”Personalismo obrero”, Carlos Díaz; >La miseria de los zapatos”,H.G.Wells.
>El mercado”, E.Bellamy;
>El Apocalipsis”J.Gómez Casas;
>Las dos vías de la teología”, B.Lambert.
Aquel movimiento sociocultural de “anarquistas de corte cristiano”, como diría
en su día el historiador Manuel Tuñón de Lara, era calificado por el ministerio
de la Gobernación de Franco como “subvertores de conciencias”.
Para nosotros era el mejor piropo que nos podían echar.
Jesús de Nazaret llamaba a la gente a ser “levadura en la masa” (Lucas, 13,
21), “fermento”, “semilla de mostaza que es chiquita cuando se siembra pero que
después viene a ser un árbol grande”, “grano de trigo oculto bajo tierra que
después dará mucho fruto”, etc.
Llegó un momento que el Gobierno de la Nación, Manuel Fraga Irinarne al frente
de Informacion y Turismo (1962-1969), se cargó la Editorial ZYX para cortar
“aquella mancha de aceite que se iba extendiendo”. Al día siguiente aparecía la
Editorial ZERO, cuya documentación legal, y con nombres nuevos, permanecía
archivada en un cajón por “si algún día hacía falta”. ZERO era hija de la
anterior, y ZYX quedaba como distribuidora en exclusiva de todos sus libros. Si
la primera tenía su sede en Madrid, la segunda la tendría en Bilbao. Pero todo
era lo mismo. Todo continuaba igual. Seguimos distribuyendo los libros en todo
tiempo y lugar.
Con los libros ZYX-ZERO nos pateábamos todo Aragón. Los barrios, las fábricas y
la universidad, eran nuestro campo de trabajo preferido en Zaragoza.
Las reuniones de los equipos de revisión de vida y acción, tanto de la HOAC
como de la JOC, nos empujaban constantemente. Aquel “ver, juzgar y actuar” era
un cocedero de militantes cristianos. Había apoyo humano, reflexión constante,
corrección fraterna, iluminación de las propias ideas con las ideas de los
demás y todo visto a la luz del Evangelio.
Eran personas como:
El Consilisrio de la HOAC-Aragon, Gregorio Fornies;
Angel Liso y su esposa María; Antonio Sofin y Pili; Dionisio Santolaria y Tita
Bravo; Fermín Ezpeleta y su mujer Dioni; Enrique Subiza y María; Torrecilla;
Ángel Pelét; Jesús Arcusa; Daniel Aldana; José del barrio de La Paz; Arellano;
las hermanas Montalbán, Agustina, Julia y María José; Marisa Sanjuán; Javier
Bolsa, secretario de la JOC; Vicente Rins, José Luis García Remiro, y José
Bosquet de la Parroquia del Barrio Oliver que les dejaba plena libertad para
actuar en el barrio. Igualmente ocurría en la Parroquia de San Eugenio Papa en
Torrero con los sacerdotes Fermín Sanz, Ignacio Zamboray; en Nuestra Señora de
La Paz con Cesar Royo y Miguel Lozano; en el barrio de las Delicias con Daniel
Ortega; y en el Centro CODEF con José Luis Cuartero; en el Picarral en la
Parroquia de Ntra. Sra. de Belén con los jesuitas Luis Anoro, Carmelo Martínez,
Álvaro Alemany, el Padre Juan Acha; y tanta gente que trabajaba en la sombra, silenciosamente,
calladamente, en el más estricto anonimato, pero no menos eficaces en los
objetivos que nos marcábamos, eran gentes instaladas permanentemente en una
labor de “intendencia” y de apoyo “subversivo”, necesario, fundamental, y
cristiano.
Compromiso cristiano, cultural, político y sindical que desembocaba en una USO
(Unión Sindical Obrera) clandestina, campo directo de trabajo de cara a todos
los trabajadores. El trabajo codo con codo con los partidos clandestinos que
actuaban en Aragón era obligado.
Todos éramos “caminantes haciendo camino al andar”.
Nosotros lo teníamos claro, más que hacer una Iglesia hermosa y fuerte,
deseábamos hacer un mundo más justo, un “mundo mejor” como el predicado por el
Padre Lombardi en las décadas de los años 50 y 60, pero con mayor radicalidad,
pues no solo iba dirigido a la conversión personal del individuo, sino que
denunciaba las estructuras de poder y de abuso de los trabajadores, y causa de
la pobreza en el mundo, el Capitalismo. En definitiva deseábamos trabajar por
la construcción del Reino de Dios y su Justicia, meollo del Evangelio de Jesús
de Nazaret. Deseábamos una sociedad más justa.
BUSCÁBAMOS LA LIBERTAD PARA CONSTRUIR UN MUNDO MÁS JUSTO. (nº 6*).
Este principio era fundamental en la HOAC de Rovirosa.
Tomás Malagón, el sacerdote que creyó en los pobres. (1.917-1.984).
(http://hoaccadizyceuta.blogspot.com/2009/02/25-aniversario-de-la-muerte-de-d-tomas.html).
Tomás Malagón repetiría muchísimas veces que lo importante era la plena
disposición para el seguimiento de Jesús de Nazaret y de su mensaje: “trabajar
por el Reino de Dios y su Justicia que comienza ya en nuestra historia”.
Para ello decía:
“Pobreza, castidad y obediencia para obrar con plena libertad. Y la libertad
para construir ese Reino de Dios y su Justicia para todos los hombres, en
especial para los más pobres”.
Y añadía:
La pobreza en sí misma es una desgracia. La pobreza personal y voluntaria para
ser más libre en el seguimiento de Jesús de Nazaret y cumplir su mensaje
construyendo un mundo más justo, por encima de todo, es la “perla preciosa” de
la que se habla en el Evangelio. (Mateo, 13, 44-52).
La castidad en sí misma es una limitación de las posibilidades del hombre y de
la mujer. Y es además una limitación por ser Eunucos que “propter se
castraverunt”, para satisfacción propia.
La castidad adquiere su pleno sentido cuando es para ser más libre en función
de la construcción del Reino. Entonces la castidad se convierte en un valor
evangélico. (Mateo, 33, 1-2).
La obediencia a las personas suele conducir al borreguismo, a la idolatría, a
“castrarse” al servicio de otro hombre. Es aquello de “estar al sol que más
calienta”. No lo es aquello de: “Nunca más servir a señor que se me pueda
morir”, que decía San Francisco de Borja, (1.510-572).
Si a algo, o alguien, tiene que obedecer el cristiano debe de ser al Mensaje de
Jesús, a ese Reino de Dios y su Justicia que empieza “hic et nunc”, aquí y
ahora. Entonces esa obediencia se convierte en un valor incalculable. (Mateo,
6,24 y Lucas, 16, 13).
En definitiva, ser pobres para ser libres.
Fuera ataduras, fuera impedimentos, fuera excusas. Pobres para ser libres como
“los pájaros del cielo y las flores del campo” según decía el Nazareno. (Mateo,
6, 28).
Ser castos para ser libres. Castos con pureza de alma y limpieza de corazón,
como los niños. Sin ser esclavos de nada ni de nadie. (Mateo, 18 3).
Y siendo pobres y castos ser obedientes, no a persona alguna, sino al Mensaje
de Jesús de Nazaret que fue capaz de jugarse la vida por el Reino que
predicaba, Reino de Justicia y de Paz.
En una oportunidad, y ante el peligro de ser condenados por el poderoso
Sanedrín, los Apóstoles respondieron a la insistencia de aquellos señores:
“Pedro, junto a los Apóstoles, respondió:
“Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres ha
resucitado a Jesús, al que ustedes hicieron morir suspendiéndolo del patíbulo”.
(Hechos 5, 29-30).
“Es una entrega total y solidaria en mejorar el mundo a favor de los más
oprimidos”. (Tomás Malagón).
(En el sentido indicado, es decir obediencia al mensaje y no a personas, es muy
interesante leer un libro muy enjundioso del Centre d´Estudis Cristianisme i
Justícia, titulado Idolatrías de Occidente, de José I. González Faus, Xavier
Alegre, Joan Carrera, Albert Florensa, Alfons Banda, Jordi Armadans, Dolors
Oller, y F. Javier Vitoria Cormenzana. Barcelona, octubre, 2.004).
LA FORMACION EN LA HOAC. ((Continuación. (7*).
“Durante el año 1.969 y aprovechando algunos fines de semana, y en mis
vacaciones escolares, aproveché para hacer los cursillos de la HOAC-ZYX que me
fueron posibles.
Entre los numerosos cursillos que se impartían, y después de realizar el
Cursillo de “Iniciación a la HOAC”, había uno muy importante que se titulaba
“La fe en el mundo de hoy” (cursillo organizado por ZYX para promoción de
nuestro pueblo), decía el subtítulo.
Comenzaba la introducción aclarando el concepto de promoción integral del
pueblo. Porque “promoción es una palabra muy desgastada, que ha perdido por el
uso las aristas, como los cantos de un río”. Palabras que se han convertido en
un tópico.
Promoción es el desarrollo de toda la persona y de todas las personas. Y ello
en el orden económico, social, político, cultural y religioso. De tal manera
que todo hombre desarrolle sus posibilidades, a imagen de Dios. Es decir, todo
lo que sea posible, y ello durante toda su vida.
Pero vemos que la situación real en la que vive una gran parte de la humanidad
es de alienación. Porque una persona está alienada cuando no realiza sus
posibilidades y aptitudes:
a) porque las ignora, o b) porque no las cultiva, o
c) porque se la expolian.
Para nosotros promoción es plenitud. Y Alienación es privación.
Y entendemos promoción en un triple sentido:
- Económica porque el hombre es un ser de necesidades, es un ser esencialmente
económico. Por tanto mientras no pueda satisfacer sus necesidades biológicas
fundamentales, no podrá realizarse en estratos superiores.
- Socio-política porque el hombre es un ser que vive con otros hombres, nunca
podrá desarrollarse a sí mismo aisladamente, si no lo hace en solidaridad y en
colaboración con los demás. Lo que hace que el hombre sea un ser esencialmente
social y político.
- Cultural o ideológica porque el hombre es un ser inteligente y libre que al
mismo tiempo que transforma la realidad con su trabajo, se pregunta por el
sentido de su existencia.
Y da respuesta al sentido de su existencia, cuando se elabora una concepción
del mundo coherente y global, una cosmovisión.
Esa es la dimensión ideológica del hombre.
Nosotros, creyentes, pensamos que el hombre nunca se da a sí mismo una
respuesta absolutamente satisfactoria, si no es en la abertura de todas esas
posibilidades desarrolladas al máximo, hacia lo trascendente. Eso hace de él un
ser fundamentalmente religioso.
Es todo el pueblo el que ha de promocionarse a la vez. Porque el hombre es un
ser social, la promoción no puede ser nunca individual, sino que toda promoción
es, al mismo que personal, comunitaria y colectiva.
Los que no son creyentes han venido en decir a los creyentes: “vosotros, los
cristianos, en tanto que pertenecéis a un grupo social llamado Iglesia
Católica, habéis sido históricamente, y lo seguís siendo, un obstáculo para la
promoción del pueblo.
Por tanto ser cristiano en el mundo de hoy es algo que ha de justificarse.
Para la mayoría de los contemporáneos, el cristianismo ha pasado a ser, un
conjunto abigarrado de hábitos sociológicos desprovistos de contenido,
totalmente anacrónicos, y con una fuerte carga de reaccionarismo y
conservadurismo.
En un mundo que sociológicamente aparecía como cristiano, hasta la segunda
mitad del siglo XX, era el ateo el que tenía que justificarse. Y lo hacía
denunciando los fallos de orden intelectual o vital de los cristianos.
Los cristianos por su parte reaccionaban con la apologética, especialmente en
el siglo XIX, pretendiendo demostrar la verdad de la religión cristiana, y
justificar como fuera su trayectoria histórica.
Los tiempos han cambiado.
Nosotros en lugar de tener a los demás como adversarios y como enemigos, serán
compañeros de viaje en busca de la verdad. Aceptaremos lo que haya de válido en
las críticas que se nos hagan. Nos “tragaremos” su visión y sus críticas, las
digeriremos, las haremos nuestras, y partiendo de esa “encarnación” en el otro,
pondremos de relieve cómo el cristianismo a pesar de todo permanece, y pensamos
que puede servir hoy para salvar las insuficiencias del hombre moderno.
(Recordemos que estamos hablando según lo que pensábamos en el año 1.969).
Tenemos que hacer que los ateos, así como nosotros lo hacemos con ellos
aceptando su visión, comprendan que es natural y posible, que siendo hombres de
nuestro tiempo, podamos ser sin embargo, cristianos.
No se trata pues de imponer nuestra visión de las cosas, sino de dar razón de
nuestras esperanzas, y de los motivos que tenemos para creer de manera que el
no creyente pueda ver honradamente que es razonable que nosotros seamos
cristianos, y desde ese plano establecer un diálogo y un contacto. No se trata
de vivir frente a los otros, sino de vivir con los otros.
Justificándonos, obligamos a los otros a que a la vez se justifiquen. Porque en
última instancia creer o no creer será una opción de la libertad, que no estará
condicionada ni por el desarrollo científico, ni por el talante histórico.
Pero a pesar de la actividad que había en la HOAC-ZYX, y quizás precisamente
por eso, la presión por parte del Cardenal de Madrid Casimiro Morcillo
González, (pensamos que a su vez era presionado por el Régimen de Franco), era
muy fuerte. De tal manera que en la primavera del 69 intentaron clausurar los
locales de la HOAC de C/. Alfonso XI, 4. Madrid-14. Los teléfonos de alarma
entre nosotros funcionaron a tope. De toda España acudimos militantes para
encerrarnos en nuestros locales.
Lo que yo estaba descubriendo sobre la postura del arzobispo Morcillo no lo
podía creer. Morcillo, que en Zaragoza había sido el gran aperturista del
Seminario con mirada clara y generosa hacia Hispanoamérica, y hacia todo el
mundo, con aquella campaña de adobes para construir complejos parroquiales en
los entonces barrios más humildes de Zaragoza, ahora se me presentaba como “El
Gran Inquisidor”. (Todavía siento en mi rostro el beso cálido de Morcillo que
me dio en el día de mi ordenación sacerdotal en el Seminario de Zaragoza.
A Morcillo me lo habían cambiado. Los aires de Madrid procedentes del Pardo no
le sentaron nada de bien.
Permanecimos encerrados hasta que hubo capitulación con el Arzobispado de
Madrid. Por el momento quedó superada la situación. Aunque el fondo del
problema permanecía. Permítaseme simplificar de esta manera el problema con
esta frase: “Franco Sí, Vaticano II No”.
¿POR QUÉ SOMOS
CRISTIANOS? ((Continuación. (8*).
Si tenemos presente la historia de la
religión de los pueblos, descubriremos que a lo largo de los siglos, el hombre
ha sido religioso.
Pero el modo de ser religioso ha estado en relación con las condiciones de desarrollo
del hombre. (6).
Fundamentalmente se pueden descubrir dos etapas:
1ª.- Religiones primitivas: es en realidad la mayor parte de la vida de la
humanidad. Pero podemos preguntarnos: en el principio el hombre ¿era realmente
hombre?
La religiosidad de este hombre estaba motivada por el temor ante los fenómenos
de la Naturaleza. Y fueron surgiendo el Espiritismo, Animismo, el Culto a los
muertos, la dicotomía entre los Espíritus malos y buenos, el Politeísmo con sus
ofrendas de víctimas, sortilegios, ritos mágicos. El Monoteísmo: “un Dios que
se impone a los demás”.
2ª.- Religiosidad campesina: al hombre cazador y pescador sigue el hombre
agricultor. Con la agricultura la vida será más desahogada. Fue el invento de
la mujer: el huerto familiar. Pero esta mayor facilidad de la vida, al
descubrir las posibilidades que el cultivo de la tierra ofrecía, da lugar al
mismo tiempo a un endurecimiento en las relaciones humanas. Aparece la lucha
por apoderarse de lo del otro. Aparece la explotación y la tiranía. Es la
civilización agrícola. También aparecen hombres inconformistas que luchan por
mayor cuota de justicia: Buda, Zoroastro y los Profetas de Israel. Más tarde
aparece el hombre del comercio: y al concentrarse la agricultura da lugar a los
Imperios Antiguos. Por otro parte el Comercio concentrado dará lugar a la
concentración del Capital en unas pocas manos originando el imperialismo
económico.
Esta religiosidad campesina ha predominado en amplios sectores de la sociedad.
Es una religiosidad adicta al misterio y a la autoridad. Autoridad respaldada
por la divinidad. Es el imperio de la teocracia. Su clero se presenta como una
clase privilegiada. En Grecia, Roma, Egipto, la religión se imponía.
Y aparece la mentalidad idealista que es escasamente crítica, falta de espíritu
objetivo y reflexivo. Se da una propensión a la fácil credulidad: santos y
brujos.
Hay una tendencia a valorar ideas de una época que exaltaba a los nobles y a
los intocables. PATRIA, HONOR Y FAMA. Valores caballerescos y aristocráticos. “De
una civilización de hambrientos de pan y de cultura hemos recibido el legado de
inmensas Catedrales, Palacios y Castillos”, decía T. Malagón.
Aparece el individualismo a partir del Renacimiento. Si había una propiedad
individual, había una moral individual como ascética. El Alma y su Dios se
presentaban frente al mundo como su enemigo. “Salvar el alma era lo principal”.
Ello lleva a la aparición del Capitalismo Liberal.
Y lógico es que apareciera una mentalidad conservadora: “La autoridad viene de
Dios”, era una doctrina incuestionable. Es una mentalidad estática,
conformista.
En este escenario social el cristianismo ha producido:
- Unos hábitos metafísicos de razonamiento que consisten en:
- Partir en su pensamiento de Primeros Principios, Eternos e Inmutables.
- Tener una visión estática del mundo.
- Y valorar excesiva y primordialmente lo Racional y lo Abstracto.
“El trabajo manual se considera servil”. “Ser cristiano según este talante
repugna a una mentalidad técnica, industrial, dinámica, y progresista”. El
hombre moderno piensa que el cristianismo (de mentalidad agraria) es una cosa
superada y fruto de una época pasada”.
Por otra parte se nos acusa de que “los mediocres son los que se quedan en la
religión de sus antepasados, por carecer de sentido crítico y vivir conforme a
unas estructuras que se derrumban”.
Y nos hacíamos la pregunta, ¿por qué muchas personas a nuestro alrededor han
dejado de ser cristianas o de ser creyentes?
Era evidente que se estaba dando un divorcio entre la fe y la vida.
En esta época de mentalidad técnica se daban unas características concretas
consistentes en:
- Mentalidad crítica: El hombre técnico cree que podrá resolver progresivamente
todos los problemas que la vida y el mundo le plantean.
De esta forma los conceptos de Patria, Estado, Familia, Honor, Moral, Dios, se
van derrumbando.
No hay nada seguro, todo es hipótesis de trabajo.
El mundo obrero y el mundo universitario se apartan de la antigua visión. Solo
“permanecen” la burguesía, la clase media, y el mundo campesino, que se
encuentran y se sienten a gusto.
- Mentalidad pragmática: Solo vale lo que sirve para la vida humana.
Los valores de hoy son: Democracia, Solidaridad, Cultura para todos, Bienestar
y Confort.
La Filosofía ya no se concibe tanto como Metafísica, sino como Disciplina
Técnica al servicio de un mejor conocimiento del hombre y de la sociedad.
- Mentalidad social: Recordemos el “Mayo del 68”, el movimiento de
antiglobalización: quieren un mundo socializado. Se condena el individualismo
capitalista, el colonialismo, la dictadura, el dirigismo, el autoritarismo, el
paternalismo.
Se quiere una democracia cada vez más radical. “Son injustos los privilegios de
clase”. El magisterio se cuestiona.
- Mentalidad revolucionaria frente al estatismo y conservadurismo de la
sociedad campesina, Bossuet decía: “cambias, luego no eres la verdad”.
El hombre moderno dice: “no cambias, luego no sirves”. “Cuanto menos evoluciona
el hombre más retrasado se queda”.
- Mentalidad dialéctica y no metafísica, dinámica y no estática, existencial y
fenomenológica, y no esencialista.
El hombre de hoy no parte ya de primeros principios eternos e inmutables, sino
de hechos, a lo sumo parte de hipótesis de trabajo.
Se atiende más al “fenómeno”, a lo que aparece, que al “noúmeno”, a lo
“esencial”.
De aquí que para ser hoy “inteligente el hombre” y para ser actual, parece ser
que ha de renunciar a la Creencia en un mundo Trascendente. Muchos dejan la
religión precisamente porque la han estudiado.
No es extraño que de esta mentalidad moderna se desprendan actitudes de:
- Indiferencia religiosa
- Materialismo dialéctico
- Ateismo científico
- Ateismo psicoanalista
- Ateismo ético
- Ateismo existencialista
- Ateismo práctico o vulgar
- Ateismo neopositivista
- Agnosticismo existencialista.
En Zaragoza desarrollábamos un trabajo callado y comprometido en los Equipos de
Formación y Revisión de Vida con su Plan Cíclico ideado y preparado por
Rovirosa y Malagón.
El palacio de Fuenclara en el casco viejo de la ciudad, donde además estaba el
económico cine Fuenclara refugio de soldados y muchachas sirvientas de hogar,
tenía su sede la Hermandad Obrera de Acción Católica.
Reuniones de todo tipo, clandestinas y legales, se daban en nuestros locales.
Locales que olían a viejo y a rancio, pero las ideas que se manejaban eran las
más avanzadas de la época. A imitación de los antiguos Ateneos Anarquistas,
organizábamos los nuestros.
Acudían simultáneamente tanto trabajadores, como estudiantes.
La Universidad Laboral en el barrio de Santa Isabel aportaba muchachas
hambrientas de cultura al margen de la formación oficial. Especialmente eran
asiduas las muchachas vascas estudiantes en Zaragoza.
Del Seminario de Casablanca acudían varios seminaristas. Era un hervidero de
gentes.
Y muchos militantes que pasarían a engrosar los partidos políticos una vez
legalizados.
EL MATERIALISMO DIALÉCTICO. (Continuación. (9*).
“Estudiaremos brevemente hoy estas actitudes, insistimos, no con el ánimo de
derrotar a un adversario, sino de asumir todo lo que estas críticas tengan de
válido. Solamente después de haber incorporado a nuestra condición de
cristianos esta riqueza de la crítica del pensamiento contemporáneo a la
religión, saldrá nuestra fe purificada y robustecida”.
Así comenzaba Tomás Malagón aquella mañana del 69 su exposición sobre las
distintas actitudes que se desprendían de la mentalidad moderna y que se han
enumerado antes.
Yo era uno de los muchos militantes y sacerdotes, que estábamos haciendo el
Cursillo de “La fe en el mundo de hoy” en Segovia.
Malagón era hombre sencillo, humilde, extraordinariamente sensible, y un
intelectual de los pies a la cabeza. Vestía modestamente y siempre llevaba el
alzacuello blanco de sacerdote católico que entonces, y a raíz del Concilio
Vaticano II, sustituía al traje talar (sotana negra desde el cuello hasta los
pies). Un trajechaqueta oscuro de paño económico, pero de porte digno, según
sus circunstancias personales. Vivía austeramente, pero rodeado de libros. Su
tono de voz era suave, pausado, pero constante, insinuante y convincente. Su
léxico y su método expositivo era de un rabioso escolasticismo. Casi siempre
hablaba mirando a la gente, siempre de pie, y de memoria. No llevaba ningún
guión escrito, pero su método de análisis era sistemático, disciplinado y
contundente. Decía lo que estaba pensando en ese momento. Y lo tenía muy bien
pensado.
Para mí, Malagón era uno de los intelectuales más interesantes de la época.
Bajo aquella apariencia retrógrada de hombre trasnochado, había una
cosmovisión, unos planteamientos intelectuales salidos de la realidad de los
militantes cristianos y de su propia experiencia, que no tenían límite alguno.
En su análisis económico, social y teológico no había impedimento alguno para
seguir adelante. Su visión intelectual no tenía barreras. Llegaba hasta donde
hiciera falta llegar y hasta donde la ciencia había ido abriendo camino. Y
siempre su pensamiento estaba abierto a “ese algo más” al que el hombre debe
aspirar. No era un empollón. Era un intelectual. Vivía como pensaba, y pensaba
como vivía.
Y continuaba:
“Un sistema tiene siempre de verdad por lo menos lo que tiene de crítica. Se
puede superar a un adversario o por eliminación, (ya sea la eliminación brutal
del asesinato: la Inquisición), o por la eliminación intelectual de los
argumentos aplastantes, o por asumción; es decir, tragándose y asimilando todo
lo que es aceptable de su ideología.
De este modo nos habituamos a un talante dialéctico que aspira a una síntesis
superadora de la antítesis y tesis. Aceptar, comprender, reconocer y asimilar
es el mejor modo de superar. De ahí salimos con nuestra riqueza propia
purificada de adherencias históricas y con la riqueza ajena que nos permita ser
hombres de nuestro tiempo sin dejar de ser creyentes. Así lo hizo Santo Tomás con
Aristóteles”.
La crítica del pensamiento contemporáneo no solo se hacía al cristianismo
oficial o tradicional, sino que también se hacía sobre la teología del
postconcilio, y de las posturas que pretendían ser más avanzadas.
Entre los teólogos de la época hay también lagunas notables.
Por ejemplo:
Kurl Rhaner quien ha asimilado muy bien el existencialismo de Heidegger,
ignora, sin embargo, el pensamiento dialéctico marxista.
Yves Calvez que ha estudiado a fondo el marxismo, no lo asume ni lo incorpora
al pensamiento cristiano, sino que lo analiza y lo juzga desde fuera.
Lo mismo ocurre con los teólogos de la secularidad y de la muerte de Dios
respecto al talante ateo contemporáneo: más que síntesis enriquecedoras hay
meras concesiones que empobrecen la propia fe y no dan cuenta suficiente de las
críticas que se hacen a la fe cristiana. Si bien es cierto que lo que se
critica del cristianismo es fundamentalmente lo que tiene de residuo histórico.
Muchos hombres rompen sin traumatismos ni sufrimientos con la religión. Es algo
que ha perdido valor y sentido y se abandona como un traje que se ha quedado
pequeño. Esta actitud está cada vez más extendida. Es fruto de una sociedad de
consumo, de una sociedad opulenta que tiene por dios el bienestar y el hedonismo.
Esto podemos calificarlo de indeferencia religiosa.
Sin embargo el ateismo se preocupa por el problema religioso. Al ateo le
preocupa la condición del hombre, su destino y el sentido de su existencia;
solo que resuelve estos enigmas negativamente.
Marx no se conforma con la sociedad que tiene delante de sí, (ricos-pobres,
opulencia-miseria; cultura de entretenimiento-analfabetismo; unos se dan la
gran vida y otros viven en la miseria), se revela y quiere cambiarlo.
Carlos Marx hace una apuesta personal con su vida: en vez de vivir como
profesor, empieza a vivir como trabajador. Opta por la clase trabajadora. Y
pone a su servicio su formación intelectual.
Pero el indiferente no se preocupa. Su actitud en el fondo es más frívola que
crítica. Los problemas que más atención merecen del hombre, los margina. Esta
es la actitud más difundida entre nuestros contemporáneos.
Ante esta actitud no queda otra postura para el cristiano que la de incordiar,
despertar inquietud, empujar a los hombres de su tiempo hacia un callejón sin
salida para que reaccionen. El indiferente religioso lo es para todos los
problemas graves que agobian a sus semejantes.
Bajo ese “mirar hacia otra parte” se permiten muchas injusticias y muchos
atropellos especialmente con los más débiles.
Marx observa las falsas soluciones dadas a los problemas de los hombres habidas
hasta el momento en que vive.
Por ejemplo, los filósofos se han entretenido en buscar soluciones ideológicas
pero no reales; y han creado una cultura para los que tenían el estómago lleno,
pero que en nada servía a los pobres. Y en todo caso esa cultura estaba alejada
de los miserables. Por lo que critica un idealismo que es evasión y critica un
materialismo que es sin remisión, sin posibilidad de cambiar.
Los políticos han hecho otro tanto: han creado un estado para los fuertes, pero
no para defensa de los débiles.
Las leyes favorecían a los propietarios pero de nada servían a los esclavos. O
a los siervos de la gleba.
Y la Religión crea falsas expectativas en los hombres, porque les infunde
resignación y porque les dice que la felicidad la conseguirán en la otra vida.
El materialismo dialéctico de Marx tiene una actitud muy distinta a la de la
indiferencia religiosa. Al ateo marxista nada humano le es ajeno.
Y de todo lo anteriormente expuesto, piensa Marx, se ha seguido una enajenación
social. “Los pobres malviven y por otra parte los ricos no se sienten seguros”.
Por eso tienen que crear instrumentos de control de los esclavos, de los
siervos y de los proletarios.
Marx desea una sociedad sin clases, donde el hombre se realice plenamente en
comunión con la naturaleza y con los demás hombres.
Según nosotros, sería aquello de la Biblia que dice: (Isaías 11,6) “Serán
vecinos el lobo y el cordero, y el leopardo se echará con el cabrito, el
novillo y el cachorro pacerán juntos, y un niño pequeño los conducirá”.
Hablamos del materialismo como de un sistema de pensamiento a la base y origen
de toda realidad.
La Cosmovisión desarrollada por Marx y Engels recogiendo el legado de Hegel
establece científicamente la TESIS, ANTÍTESIS, y SÍNTESIS de la materia.
Marx viene a ser la síntesis de Hegel y de Feuerbach.
Acepta la dialéctica idealista pero la materializa, aplicándola al estudio de
la Naturaleza y del Hombre.
La Historia se desenvolverá mediante ciclos dialécticos. Afirmación, negación
de esa afirmación, y síntesis de las dos.
Es decir que se acepta algo de las dos, pero se crea algo nuevo. Todo se
desarrolla dialécticamente en la Naturaleza, en el Individuo y en la Historia.
Así avanzarán las ciencias, a base de intentar superar el presente, y creyendo
en la utopía, se descubren nuevas realidades, se crean nuevos acontecimientos.
La Humanidad avanza progresivamente.
Es un sistema de pensamiento que pretende asumir por superación toda filosofía,
toda concepción económica, y toda superestructura religiosa.
Donde Hegel ponía la idea, Marx pone la materia, que es el objeto único del
conocimiento del hombre, y cuyas leyes son:
1ª.- Todo es relativo, contingente e histórico. Nada hay sagrado y absoluto.
Toda concepción metafísica es alienante.
2ª.- La realidad de los seres se hace por unión de contrarios. Por ejemplo, en
la electricidad, polo positivo y polo negativo, protones y neutrones en la
química, etc. De esta unión de contrarios nace el movimiento.
La materia es constitutivamente movimiento, es esencialmente autodinámica.
Dios como motor no es necesario.
La materia es tiempo. Pero esta temporalidad es duración sin origen. “La
materia se transforma, pero no se crea ni se destruye”.
3ª.- Ley de negación que desarrolla indefinidamente su proceso la materia como
única fuerza. Por lo que es innecesaria una inteligencia ordenadora del
universo.
4ª.- Ley de transformación: “un cambio cuantitativo provoca un cambio
cualitativo”.
El espíritu como algo independiente o superior a la materia es eliminado.
El espíritu es producido por la materia, es una operación de desarrollo
cualitativo de la materia.
De estas leyes deduce Marx que Dios es una hipótesis innecesaria. Dios es un mito
inventado por el hombre en su ignorancia y en su miedo a lo desconocido.
Una concepción científica del mundo no necesita a Dios.
El pensamiento es una operación de la materia.
El alma no tiene una base verdaderamente científica.
La conciencia, el espíritu, son productos del cambio.
Y este materialismo dialéctico engendra un materialismo histórico:
“El hombre es naturaleza y las leyes de la naturaleza surgen en el hombre del
proceso de producción, cuyas características son la actividad pensante, el trabajo
y los instrumentos”.
“Las fuerzas productivas son dialécticas, y están en constante cambio. Estos
cambios determinan las relaciones sociales”.
Inicialmente la dialéctica surge en forma de tiranía y esclavitud.
Una carencia de planificación produce la ley “de la oferta y de la demanda”.
Los bienes producidos por el capital saturan el mercado, que termina estando
concentrado en unas pocas manos.
De ahí surge la competencia y la propaganda.
Cuando unos se enriquecen, otros entran en crisis económicas. Por lo que las
relaciones sociales quedan alteradas.
El cambio cualitativo de las relaciones sociales produce burguesía y
proletariado.
Hay un momento en la historia del hombre en el que aparece la esclavitud como
una situación totalmente lógica. Y en otro momento produce la burguesía y el
proletariado.
Es el sistema económico el que determina las formas de sociedad. Las fuerzas
producidas y las relaciones sociales constituyen la infraestructura, y
determinan las condiciones materiales y las clases sociales.
Estas condiciones, a su vez, determinan la forma del Estado que no es otra cosa
que la estructura política.
La agrupación de todas las estructuras constituyen la realidad social, que a su
vez determina las ideologías y la conciencia social en el proletariado.
Es pues la realidad la que da el ser social, y la que determina la conciencia
social.
Pero para ello desencadena una lucha feroz (lucha de clases), y poniendo como
objetivo la Dictadura del Proletariado.
Dictadura que llevó acabo Lenin y la culminó Stalin.
Por otra parte vemos que la religión está sobre todas las ideologías como una
superestructura. “Por eso el cristianismo es el reflejo producido en la
conciencia de una sociedad burguesa y mercantil”.
“La religión nos distancia de nosotros mismos y nos aparta también del mundo y
de los otros hombres. La religión es una droga. Incluso nos impulsa a odiar a
nuestro cuerpo, que es el único cimiento de que disponemos para el progreso.
Nos enemista con nuestra propia conciencia porque nos dice que el hombre es un
miserable.
Es el opio del pueblo, al dejar en manos de un dios inventado la solución de
una empresa que solo el hombre tiene el derecho y el deber de realizar”.
“En una sociedad de esclavos es una droga que mitiga la tristeza con la ilusión
de un más allá, fomenta la paciencia, la resignación y calma los nervios.
Paraliza la actividad creadora y hace del hombre un ser pasivo ante una
naturaleza fatal e irreversible”.
“Por esto es la religión el opio del pueblo y el origen de todas las otras
alienaciones”. Constitutivamente se pondrá a favor de los poderosos, lo mismo
que el derecho y la moral.
Cuando el hombre despierta con conciencia crítica ante la falacia de esta
superestructura, surge la lucha de clases. La historia no es sino una lucha de
clases.
(¿”Habrá que dejar de creer en Dios, para poder creer en el hombre”? Es una
pregunta que mucha gente se está haciendo en la actualidad en el año de 2.009.
En todo este proceso el hombre es a la vez víctima de sucesivas alienaciones, y
el “Prometeo” que las va superando, y liberándose de ellas.
Este es el entramado del materialismo histórico.
En resumen: “El Marxismo implica una negación de Dios, una negación del
espíritu como sustancia, y una crítica de la religión como alienación del hombre;
una exclusión de la providencia de todo el orden natural en la historia humana,
y supone una lucha de clases presidida por el odio.
(Tomás Malagón Almodóvar nació en Valenzuela de Calatrava (Ciudad Real) en
1.917. Ingresa en el Seminario de Ciudad Real en 1.929. En 1.933 continua sus
estudios eclesiásticos en la universidad Pontificia de Comillas (Santander).
Durante la guerra civil combate como soldado de transmisiones en el frente de
las Alpujarras. Se especializa en Meteorología y da clases a los oficiales del
Ejército Republicano).
José Domínguez recuerda en Noticias Obreras, nº 886-887, julio-agosto de 1.984:
“Hay una circunstancia especial en la vida de Tomás Malagón. Cuando tenía 19
años, recién terminada la filosofía en la Universidad de Comillas, fue
movilizado por el ejército republicano. Destinado al frente entre las
provincias de Granada y Almería. Pasó los tres años de la guerra, salvo una
breve estancia en Madrid, en Berja (Almería), donde radicaba el estado mayor
del General Galán, en Ujijar y en la Rábita (Granada). Fue enviado a Madrid
para hacer unos cursos especiales y volvió al frente como profesor de oficiales
y suboficiales y como jefe de transmisiones. En el frente conoció a numerosos
militantes anarquistas, socialistas y marxistas. Eso le llevó a interesarse por
esas corrientes del pensamiento obrero.
En aquellos años tuvo su primer contacto con el marxismo, leyendo las obras
originales o las exposiciones resumidas de Marx, Engels y Lenin que circulaban
entre los militantes. Entre los papeles que ha dejado figura su carnet de
afiliado al partido comunista durante la guerra civil.
El General Galán le presionó, para que aceptara ser dirigente de las juventudes
socialistas. En ese clima se planteó por primera vez el problema de las relaciones
entre fe cristiana y militancia obrera. Estando en el frente de operaciones
entre Motril y la Rábita, en su puesto central de transmisiones, durante un
ataque sorpresa y un intenso bombardeo del ejécito nacional, prometió a Dios
que, si escapaba con vida de la guerra, se haría sacerdote y se dedicaría a los
obreros. La luz había brillado en su interior. En ese momento empezaba a
superar la contradicción “fe cristiana, militancia obrera”, y empezaba a surgir
su síntesis personal entre experiencia cristiana y militancia obrera.
Este compromiso se tradujo años más tarde en la fundación de una Hermandad
Obrera Ferroviaria en Ciudad Real (1.944) y en su posterior dedicación plena a
la HOAC a partir del año 1.946.
Malagón se lo contó detalladamente a Domínguez allá por el año 1.964.
(Personalmente y en términos generales yo se lo escuché a lo largo de los
muchos cursillos que hice con Tomás Malagón en los años que van del 68-72).
Y sigue diciendo Domínguez: “Por distintos caminos, había llegado a la misma conclusión
que Rovirosa: la experiencia mística cristiana y la militancia obrera, que
hasta entonces habían sido contrarias y antagónicas, podían caminar juntas; la
mística cristiana podía potenciar la militancia obrera y la militancia obrera
podía restituir al cristianismo su pureza originaria.
El encuentro de Malagón y Rovirosa determinó el carácter fundamental del
pensamiento teológico de Malagón”.
Fueron íntimos amigos hasta la muerte de Rovirosa el 27 de Febrero de 1.964.
Exactamente 20 años después y en el mismo día moriría Tomás Malagón.
Malagón se ordenó sacerdote en julio de 1.943.
(Para más información ver Noticias Obreras nº 876, del 16 al 31 de marzo de
1.984. Y nº 1.476 del 16 al 31 de marzo de 2.009. Además el libro de Alfonso
Fernández Casamayor “Teología, fe y crencias en Tomás Malagón, Ediciones HOAC.
Madrid 1.988. Y “Aproximación a la historia de la HOAC, 1.946-1.981 de Basilisa
López García. Edicioenes HOAC. Madrid 1.995).
MARIXISMO Y CRISTIANISMO. ((Continuación). Y, (10).
¿Es conciliable la crítica marxista de la religión?, ¿es conciliable la
concepción dialéctica de la materia y de la historia con el mensaje cristiano?
(6).
Lo que normalmente han hecho los teólogos cristianos ha sido empezar la crítica
al marxismo partiendo de la base de que la materia no es eterna. Ello era
debido a una concepción estática de la naturaleza. Por tanto la materia debía
ser creada por un motor inmóvil. Era un pensamiento que nos llegaba de la
visión que sobre el mundo tenía Aristóteles.
Solamente algunos filósofos como Demócrito en la antigüedad se preocuparon del
mundo como de algo en movimiento continuo.
Es decir:
- “El mundo no es algo estático, sino que está en continuo movimiento”.
Con Darwin comienza a hablarse de la evolución de las especies desde la
biología.
Einstein ha demostrado que la materia, en último término, no es, sino que
acontece. La materia es vibración, es energía.
- “La materia no es, sino que acontece: es vibración, energía”.
El átomo es desintegrable en cargas y descargas que vibran en un campo
ondulatorio.
La materia no es una sustancia, sino un accidente, dicho en lenguaje
escolástico.
Ahora bien, ¿puede haber un accidente sin sustancia?, comentaba Malagón.
Y seguía, “la materia es acción, pero sin un sujeto de esa acción, no puede
existir”. “Por otra parte el sujeto no puede ser también temporal, pues también
sería acontecimiento”. “Ha de ser un ser que esté fuera del tiempo, y que
realice esta acción intemporalmente, y que podríamos decir es la sustancia del
mundo”.
Su visión, la de Carlos Marx, es materialista, aunque en plena ebullición, en
continuo cambio, en continua perfección.
Su humanismo por tanto es ateo. “Dios no es necesario para explicar este
mundo”.
Y decía Malagón:
- “La acción es el mismo sujeto en cuanto que actúa”.
La materia y todo su proceso dialéctico es lo que llamamos creación. La materia
activamente considerada es Dios mismo. Él mismo es la materia del mundo.
Esto no es panteísmo, puesto que pasivamente considerada la materia no se
identifica con Dios, como el andar no se identifica con el caminante, ni las
huellas son el pie, ni la vibración con el que lo hace vibrar. El que anda
trasciende su andar, aunque no se pueda separar su andar de la persona que
anda, ni el pensar de la persona que piensa, pero la persona que piensa es más
que su pensamiento.
La materia no es Dios, pero sí que es la huella que Dios deja y que de alguna
manera no se puede separar de Él, aunque la trasciende. Dios no se agota en la
creación. (Malagón).
(“En Dios estamos, nos movemos y somos”. Vivimos en una COMUNICACIÓN constante
con Dios. Porque Él lo llena todo. El apóstol San Pablo, al anunciar el
Evangelio en Atenas lo sabia, proclamaba desde el Areópago que en Dios vivimos,
nos movemos y existimos. Dios nos rodea de tal modo que nos es un imposible
salirnos de Él. Más que el pez en el agua, estamos nosotros metidos en Dios
(Hechos 17,28).
Y seguía argumentando Tomás Malagón:
- “Dios no existe, sino que preexiste”.
La materia sería una infraexistencia, y Dios sería la existencia.
Por tanto:
- “Dios no puede ser dialéctico”, sino que trasciende lo dialéctico. Por lo que
no hay inconveniente en admitir la hipótesis de que la materia es eterna. Se
puede aceptar la tesis marxista de la materia y de la dialéctica de la
historia, sin dejar por eso de ser creyente. (Malagón).
Pensamos que Marx se equivoca al negar a Dios, si esto lo hace dialécticamente.
Porque lo más que puede llegar dialécticamente es a lo que hoy llamamos el
“Bing Bang” del Universo.
Su Cosmovisión es materialista, pero su creencia en el No-Dios, es un acto de
fe de él, es extradialéctico.
Lo mismo que el cristiano hace un acto de fe en el Sí-Dios
extradialécticamente, extracientíficamente.
Si Marx no hace un dogma de su No-Dios y el cristiano no hace un dogma de su
Sí-Dios, queriéndolo imponer a los demás, será posible que ambos trabajen por
perfeccionar este mundo. (Malagón).
El marxismo establece un a priori, Dios no existe, pero no puede probarlo, y
además no entra dentro del contenido de la dialéctica. Para decir “Dios no
existe” tiene que hacerlo porque quiere, desde un acto de su fe, no porque se
desprenda de la dialéctica.
Podemos aceptar lo que el marxismo tiene de científico, pero rechazamos lo que
tiene de apriorístico extracientífico.
- “La lucha de clases”: puede ser aceptada por el cristianismo a condición de
que no esté inspirada por el odio. La Iglesia condena el odio, pero no la lucha
por la justicia, ni la legítima defensa, aunque incluso ésta lleve a la
violencia. Eliminar el odio de la lucha de clases es purificar esta lucha sin
quitarle nada de su realismo ni de su pasión. Es una aportación que el
cristiano puede hacer a este mundo desde el Evangelio. (Malagón).
(Desde esta visión podemos comprender mejor la opción que tomaron nuestros
compañeros de Seminario, Domingo Laín, Manolo Pérez y José Antonio Jiménez
Comín al enrollarse en la guerrilla colombiana. Desde el sufrimiento de los
pobres de Colombia en el que estaban instalados los tres como Sacerdotes al
servicio del Evangelio, no les quedó otro remedio que tomar la opción que
tomaron. ¿Alguien se atrevería a decir que ellos odiaban al “enemigo”? Los que
los conocimos podemos decir que ellos amaban al hombre, y por amor al hombre
defendieron a los débiles frente al egoísmo de los fuertes).
- “La doctrina del Estado”:
El marxismo concibe un Estado totalitario que trata de eliminar a todos los
explotadores. De ahí su control de los bienes de producción, y control a través
del Partido de toda la actividad social y política de todos los ciudadanos.
Ahora bien el cristiano debe aportar siempre el respeto a la persona y a las
iniciativas de quienes directamente producen los bienes del país y respetando
al Estado cuando planifica inteligentemente, o por el contrario impida una
degeneración de estas iniciativas hacia formas de nuevos capitalistas o
individualistas. El Estado debe realizar una labor subsidiaria. (Malagón).
- ¿“La propiedad privada o la colectiva”?
La colectiva no está en desacuerdo con el Evangelio, sino que favorece
condiciones de vida más cristianas. Cristianismo y Socialismo casan
perfectamente.
- “El alma y el espíritu”:
No hay inconveniente en aceptar la materia como una realidad base en la que
está implicado el espíritu al modo de las “rationes saeminales” de las que
habla San Agustín.
Teilhard de Chardín concibe una evolución dialéctica, y pone el espíritu como
aparecido en un momento cumbre (aparición de la conciencia) del proceso
evolutivo de la materia.
- “Concepción marxista de la realidad”:
No lesiona la auténtica concepción cristiana de la providencia y del orden
social. Siempre que se acepte que todo el proceso dialéctico esté regido por, y
encuentre, su consumación en un orden sobrenatural.
Creo que queda clara la actitud, el talante, de Rovirosa, Malagón, y de los
militantes hoacistas de entonces.
Personalmente me sentí fortalecido en mi pensamiento y en mis sentimientos. Me
sentí orgulloso de ser cristiano y de ser trabajador. Y siempre he mantenido
este sentimiento de orgullo.
(Distingo entre sentirse cristiano por convicción y sentirse católico por
condición social).
Hice todavía otros muchos cursillos para militantes y para sacerdotes. Lo
iremos viendo.
He de decir que a partir de mi visión de izquierdas y cristiana, comencé a ser
yo. Se me fueron todos los complejos y me dio fuerzas para codearme con la
visión de todos los militantes de los partidos políticos de izquierdas.
Me sentí uno entre muchos. El cambio profundo en mi se había realizado.
BIBLIOGRAFÍA:
(1) “Guía Urbana de Madrid”. Primera Edición, 1.968. Editor José Pamias Ruiz.
C/. Isaac Peral, 54. Madrid
(2) “El Proletariado”, del Padre Ricardo Alberdi. Apuntes del Instituto Social
“León XIII”. Madrid, octubre de 1.968.
(3) “Marxismo y Comunismo”, de Tomás Malagón. Apuntes del Cursillo en Segovia.
1.969.
(4) “Catálogo de libros ZIX-ZERO”. Edita Zero, S. A. Enero 1.974. C/. Máximo
Aguirre, 5. Bilbao.
(5) “Aproximación a la Historia de la HOAC 1.946-1.981”, de Basilisa López
García. HOAC Madrid 1.995.
(6) “La Fe en el mundo de hoy”. Apuntes ciclostilados del cursillo organizado
por ZYX “para promoción de nuestro pueblo”. Madrid. Bibliografía parcial
aportada en Anexo de los apuntes del cursillo:
Es todavía posible la Fe?”. Estela, 2ª parte, Cap. I y V.
- “IIIª Semana de Teología de Deusto. Dios-ateismo”. Editorial Mensajero.
- “IV Semana de Teología de Deusto: ¿Qué aporta el cristianismo al mundo de
hoy?”. Ediciones Mensajero.
- “Literatura del Siglo XX y Cristianismo”, de Charles Moeller. (5 tomos).
Edit. Gredos.
- “El científico de la naturaleza ante el problema religioso”, de Pascual
Jordán.
- “El drama del humanismo ateo”, de Henri de Lubac. Editorial Espasa.
- “La idea de creación y sus repercusiones en la Filosofía”. Sertillanges.
- “Dios y nosotros”. Jean Danielou. Prisma – Taurus.
(7) “Guiones para círculos de estudios”. Publicaciones HOAC, C/. Alfonso XI, 4,
3º.Madrid- 14. Año 1.963.
(8) “NoticiasObreras”. Edita HOAC, nº 886/7 del 16 Agosto-15 Septiembre-1.984
(9) Citas Bíblicas. “Nueva Biblia Española. Traducción de los textos originales
dirigida por Luis Alonso Schökel y Juán Mateos. Ediciones Cristiandad.
C/. Huesca, 30-32. Madrid.
NOTAS:
Son textos sacados del Blog “Los vecinos de mi calle”, en su segunda parte “El Dios de mi pequeña historia”. Laureano Molina Gómez.
Intervienen además:
Santiago Sancho Vallespín, - José Maria Alcober Brenchat, - Angel Calvo Cortes,- Ángel Delgado Pérez con Joaquín Sanmartin Monaj, - Eliseo Bayo Poblador,- Santiago Villanueva Lloro, - Jesús Gil García. Indirectamente, Wirberto Delso Díez, - los tres curas aragoneses en la guerrilla colombiana, Domingo Laín Sanz, de Paniza, José Antonio Jiménez Comín , de Ariño, y Manuel Pérez Martínez, de Alfamén.