MUERTE
INOCENTE POR LA REPÚBLICA
Había
concluido la clase particular “de repaso” que el maestro jubilado D. Román
García Gárate nos daba en su casa, en la calle San Bartolomé de Albalate del
Arzobispo.
El compañero
Lucio, era hijo del hojalatero, y apodado por nosotros “el orejas ratonadas”,
por tener las aristas de ambas orejas como mordisqueadas por los sabañones que
se le producían por el frío de los inviernos que padecíamos. Corría el año
1949. Yo tenía 12 años.
Lucio nos
juntó en un rincón de la calle y nos contó lo que había escuchado en el taller
de su padre, artesano de cántaros de cinc, pozales, sartenes, ollas, pucheros,
vasos, jarras, aceiteras y demás utensilios de menaje; todos confeccionados y
moldeados con fina chapa metálica. Él había oído a los clientes de su padre
algo que ocurrió, al parecer, durante la Guerra Civil Española en el
Monte Calvario de Albalate.
Me quedé
impresionado pero quizás, por aquello de los resortes que toda persona humana
desarrolla para seguir subsistiendo y para poder superar las penas y
sufrimientos que la vida nos depara, lo olvidé completamente.
Nunca más
llegué a oír hablar de ello.
Cuando me
jubilé comencé a reflexionar sobre mi pueblo y sobre los acontecimientos
ocurridos en tiempos lejanos. Fue entonces cuando volvió a mi memoria el
recuerdo de aquello que nos había contado el compañero de clase, Lucio.
La gente mayor
va desapareciendo de la escena activa del pueblo, y en especial de las
vivencias de aquellos tiempos. No quería que las personas que podrían confirmar
los hechos dejaran de existir. Por eso
comencé a preguntar sobre aquel hecho aterrador acaecido a partir del 13 de
Marzo de 1938.
He podido
lograr confirmarlo a través de varias personas, nueve testimonios sobre los
hechos que lo ratifican, o de los hijos que se lo oyeron contar a sus padres.
Fueron vecinos de los barrios aledaños al monte donde están ubicadas la capilla
del Santo Sepulcro y las Estaciones del Vía Crucis. Son los barrios de “Las
Cantarerías”, de “Muniesa”, y de “La
Morera”. Barrios alejados del centro de la Villa donde solían vivir los
albalatinos de menor poder adquisitivo. Posiblemente los más pobres, pero
quizás los más solidarios.
Visión del pueblo desde el Calvario próximo al lugar
de los hechos que se narran. Foto de Teodoro Félix Lasmarías.
Visión desde “El Palomar”.
Años cuarenta. A la izquierda superior de la foto la mitad norte del Monte
Calvario.
Muchos habían
sido fusilados en Albalate a partir del Alzamiento Nacional del General
Francisco Franco Bahamonde el 18 de Julio de 1936 contra la República Española.
En total, 37 fusilados por los milicianos
venidos de Barcelona según se dijo en su día y recogido en nuestras historias.
Antes y después de esas fechas hubo también
otros fusilamientos por parte de uno y de otro bando. Fueron crímenes horrendos
que nunca más se deberían repetir.
Siempre recordaré lo que el abuelo Remigio y
el tío Francisco me decían: “si nadie hubiera señalado a nadie con el dedo
seguramente no se hubieran producido tantos muertos”.
Y es que en el
período de la Guerra
Civil, Albalate vivió unos años traumáticos y sangrientos,
debido a que el pueblo cayó en manos de un bando y del otro en sucesivas
ocasiones.
“La madrugada
del 21 de Julio de 1936 comenzaba la guerra en el pueblo. Al caer la tarde el
pueblo estaba a merced de los sublevados. Pero “el 30 de Julio la presión de la
2ª Columna anarcosindicalista mandada por Antonio Ortiz consigue que Albalate
vuelva a ser dirigido por los republicanos. Fue el período de las Colectividades
en el Bajo Aragón. Mas “el 13 de Marzo de 1938, Albalate era ocupado
definitivamente por las fuerzas franquistas”. (José
Manuel Pinar Piquer, 2001, “DE ILUSIONES Y TRAGEDIAS. Historia de Albalate del
Arzobispo”, Edit. Ayuntamiento de Albalate del Arzobispo).
La avanzadilla
del Movimiento Nacional del General Franco conquistó definitivamente el control
de la Villa de
Albalate. La represalia que se desató contra los que habían sido seguidores de la República, y en especial
contra los que más destacaron en el Municipio, fue espantosa. La Guardia Mora de
Franco saqueó algunas casas y violó a varias mujeres del pueblo. Los
falangistas cortaron el pelo al raso a las mujeres republicanas, y les obligaron a tomar aceite de ricino,
especialmente a las que se habían quedado solas por estar sus hombres en el
Frente Republicano.
Era una forma
de vencer más a los vencidos, humillándoles ante todo el pueblo.
En ese
ambiente de júbilo para unos y de terror para otros, hubo un muchacho
discapacitado intelectual, entonces se le tenía como “el tonto del pueblo”, que
siguió gritando por las calles ¡Viva la República!
Se llamaba
José Ayuda Sotomayor. Le decían “El Pepa”.
Actualmente su
nombre no me consta que esté reflejado en ningún documento, ni aparece inscrito
en ninguna tumba del cementerio de Albalate del Arzobispo. Por eso escribo este
relato para que su identidad no se pierda, y como homenaje a un muchacho,
“inocente total”, debido a su discapacidad intelectual. ¡José, tu recuerdo
permanecerá entre nosotros!
Un día hartos
de oírle escuchar aquellos gritos algunos falangistas lo apresaron y lo
subieron hasta el Monte Calvario, y allí en una pequeña explanada jugaron con
el chico a simular una corrida de toros. La sangre se fue calentando y después
de darle unos cuantos capotazos, le pincharon con banderillas, y le hirieron
con la espada. El chico gritaba desesperadamente ahogados sus gritos por las
risas eufóricas de sus verdugos.
Estando ya
malherido le cogieron y le colgaron cabeza abajo por unas “rochas” que caían
hacia “La Espartosa”,
lugar colindante con el monte del Calvario.
Posiblemente
el muchacho en un último momento tubo algo de lucidez antes de morir, cerró los
ojos y se preguntó, ¿Pero qué he hecho mal esta vez?
Después de un
rato teniéndole colgado sobre el precipicio, cortaron la cuerda que le sujetaba
y se precipitó hacia el vacío.
Murió casi al
instante malherido como estaba.
Los vecinos
más próximos al lugar de los hechos, los del barrio de “Las Cantarerías”, de
“Muniesa”, y de la “Morera” lo recogieron, lo envolvieron en una manta y le
dieron sepultura.
Un silencio
total se impuso en todo el vecindario. Todos callaron y no hubo más comentarios
que los que se hacían en la intimidad de sus hogares.
Los
“sobresalientes toreros” de aquella corrida especial de toros, tuvieron como
toro a un ser humano, su prisionero. Del Monte Calvario posiblemente bajaron
cantando aquello de:
Prietas las filas,
recias, marciales,
nuestra escuadras van
cara al mañana
que nos promete
Patria, Justicia y Paz.
recias, marciales,
nuestra escuadras van
cara al mañana
que nos promete
Patria, Justicia y Paz.
Mis camaradas fueron a luchar,
el gesto alegre y firme el ademán;
la vida a España dieron al morir,
hoy Grande y Libre nace para mí.
el gesto alegre y firme el ademán;
la vida a España dieron al morir,
hoy Grande y Libre nace para mí.
Lánzate al cielo, flecha de España,
que un blanco has de encontrar;
busca el Imperio, que ha de llevarte
por cielo, tierra y mar.
que un blanco has de encontrar;
busca el Imperio, que ha de llevarte
por cielo, tierra y mar.
Ya las banderas
cantan victoria
al paso de la paz;
y han florecido,
rojas y frescas,
las rosas en mi haz
cantan victoria
al paso de la paz;
y han florecido,
rojas y frescas,
las rosas en mi haz
Seguramente se
sentían orgullosos trayendo a sus mentes aquella otra canción que decía:
La
herencia que me dejaron
mis hermanos al caer,
son las consignas de lucha
por el nuevo amanecer.
mis hermanos al caer,
son las consignas de lucha
por el nuevo amanecer.
Todo el pueblo
ahogó el recuerdo de aquel hecho infame y vergonzante por el martirio de un
inocente que gritaba lo que le habían enseñado sus mayores y que con alegría él
reproducía con su grito de ¡Viva la República!
La República era un sueño
que quedó frustrado especialmente para la mayoría de los vecinos, los más
pobres. “Murió la Utopía
de los pobres”. Murió la IIª
República Española.
Al día
siguiente “los vencedores” y en las arengas que solían producirse en la Plaza de la Villa corearían al unísono:
¡Por el imperio
hacia Dios, viva Franco, Arriba España!
Zaragoza 1º de
Mayo de 2013
Laureano
Molina Gómez
Ex Educador de Discapacitados Intelectuales.
NOTA DE ACTUALIDAD: 5-5-22.
Desaparecidos y represaliados durante la Guerra Civil y la posguerra
Fuente de
datos: El pasado oculto (Julián Casanova)
Ayuda Sotomayor, José
Muerto/a
Nombre: José
Apellidos: Ayuda Sotomayor
Nacido
y/o domiciliado en Albalate del Arzobispo (Teruel)
Fallecido
en 30 de mayo de 1939
Profesión:
Jornalero
Biografía:
29 años, causa de la muerte fracturas de bóveda y cráneo
Fuente: El pasado oculto (Julián Casanova)
Nombre:
Apellidos:
Apodo:
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detención:
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