miércoles, 16 de marzo de 2016

AIRE FRESCO



Aire fresco.
Corrían los años 1958-59 en continua inquietud y zozobra juvenil, manifestando consciente o inconscientemente el problema existencial de cada uno, cuando recibimos el regalo intelectual, y aún diría paternal, del Profesor Carlos Castro Cubells. La asignatura que iba a intentar transmitirnos y hacernos sentir era la Historia de la Filosofía. Nada menos que la historia del ser humano vista desde su interior intelectual, psicológico y moral. El talante, la preparación minuciosa y profunda era totalmente diferente a lo que habíamos recibido hasta entonces. Experimentamos una auténtica “común-unión” entre él y nosotros, entre lo que nos explicaba, sus ideas y las nuestras: nos ayudó a hacernos hombres, y hombres reflexivos. Creo que interpreto el sentir de todos mis compañeros al decir que fue esencial para nosotros, que nunca dejaremos de agradecérselo.
El libro de texto oficial era la Historia de la Filosofía de Franco Amerio, Profesor del Pontificio Ateneo Salesiano de Turín,- Sociedad Editora Ibérica, Madrid 1954. Pero seguíamos los apuntes que Castro nos daba y que nosotros los ciclostilábamos para todos. El título que le pusimos fue: Hª de la Filosofía y de Oriente también. De entrada, ilustraban los apuntes un dibujo que ocupaba toda la página en el que se veía junto a una mesa al profesor, nada convencional según el ambiente oficial, a un “acongojado” estudiante, a cuyo lado sobre un palo con travesaño, a modo de T, un loro que simbolizaba su “inspiración”. Sobre la mesa, sentado, en la forma que les caracteriza, un personaje oriental con turbante incluido. Cada uno tiene su texto correspondiente para su propia consulta y exposición.
“¿Qué es la Historia? “Podemos considerarla en dos sentidos diferentes: 1º) como sucesión de hechos, y 2º) como conocimiento de esa sucesión. Según este último ¿qué es el sentido histórico? Ello nos plantea dos cuestiones: el Tiempo y la Vida. El Tiempo es el que posibilita la Historia. Pero la experiencia del tiempo sólo es posible donde hay vida humana. Sólo el hombre tiene conciencia del tiempo y por tanto conciencia de la histórica”.
“La vida humana se da en el tiempo, de donde nace la biografía, que es diferente de la narración. La Historia es biografía. La vida humana se desarrolla en el ámbito de la libertad, movida por la voluntad, la inteligencia y el bien. El hombre vive en el tiempo y en el espacio (geografía e historia). Es importante el espacio, porque aunque las cosas sean las mismas en su esencia, sin embargo cambian según dónde sucedan (época y lugar). Dentro de la vida ocupa un lugar preeminente el saber. La historia de la filosofía es principalmente el saber”.
“La Sabiduría Griega pretende conocer la esencia de las cosas. Lo que son y el por qué son. La finalidad de esta filosofía, que nace del admirarse es el puro contemplar del ser. Pero termina allí. No es completa, aun con todas sus grandes consecuencias.
“La Sabiduría Oriental va más allá. Busca algo que pueda transformar la vida del hombre. Lo esencial para ella es la vida, la vida humana. La contemplación es solo medio para transformar esa vida: así es la sabiduría de la Biblia, la Egipcia, la Hindú, y la China.
“Pero ambas sabidurías se han influido mutuamente. Así, tanto Platón por un lado, como los místicos por otro, van buscando la transformación del hombre.
“La Hª de la Filosofía se nos aparece como el estudio de las conexiones, de las génesis de todos los hechos de la vida del espíritu. La Hª de la Filosofía es también Filosofía, pues con el contacto, con el pensamiento de otros, vamos poniéndonos en condiciones de hacer nuestro pensamiento. Es la Filosofía de la Vida, en la Vida, y para la Vida del hombre, de todos los hombres, de todos los tiempos y lugares. Es lo que origina la Cultura Universal.
“Sin embargo no hay realmente separación entre oriente y occidente. El mediterráneo siempre ha estado unido a Oriente. Hay elementos comunes entre unos y otros. Y desde esta perspectiva comenzábamos un largo viaje por Anatolia y Siria, por Tracia, Macedonia, y Frigia. En Egipto florece el “Libro de la Sabiduría”, en Mesopotamia el “Libro de los Proverbios”. En lengua aramea existe el “Libro de la Sabiduría de Ahyqar”, de origen asirio.
“Es una sabiduría profana. Pretende orientar el destino del hombre, pero es un saber práctico, un arte de vivir”.
“En Israel, en la Biblia, vemos cómo la sabiduría de Salomón sobrepasa a la de todos los sabios conocidos. El “Libro de Tobías”; el “Libro de los Proverbios”. Donde el hombre sabio es equiparado al hombre justo, y el hombre injusto es precisamente el hombre loco”. Justicia y Cordura caminan de la mano.
“El Profeta es el hombre que habla en lugar de Dios, y que dice sólo lo que Dios le encarga. No es el adivino. Es un ser histórico, influido por el ambiente, pero llamado por Dios a una misión especial: “decir a sus contemporáneos, y a veces contra ellos, la voluntad de Dios”. La voluntad de Dios aunque duela, aunque haga sufrir. El profeta es un hombre desgarrado, sufriente, angustiado como ningún otro hombre, nadando contra-corriente. Es un hombre limitado, pero imparable, incontrolable, subvertor de conciencias, “enzurizador”, incordiador, infatigable, un tipo raro, pero un tipo muy especial, y sobre todo un tipo muy necesario en todos los tiempos y lugares”.
Nos sumergíamos en la Civilización Egipcia, Sumeria, Índica, Hindú, China, Mesopotamia. Tratábamos de comprender la Civilización Asiria. Nos metíamos en Irán. Recorríamos la India. Descubríamos lo sagrado del ser humano. Era un baño en aguas desconocidas, pero frescas, purificadoras del lastre de nuestras vidas, de nuestras pequeñas historias, de los prejuicios asfixiantes de la época. Era un baño liberador.
Naturalmente y a propósito, no quiero hacer mención al estudio de la Filosofía Occidental que por supuesto estudiamos en toda la profundidad que nos fué posible. Y no quiero hacer mención por varias razones: porque es la más conocida por nosotros, porque el estudio de la Fª. Oriental era algo nuevo y diferente que nos cautivó, y porque en el momento que estoy escribiendo esto, Abril del año 2004, estamos en plena “guerra” contra el “terrorismo internacional”. Y a su vez, vemos, que el terrorismo internacional nace de la pobreza, de la injusticia, de la usurpación de sus bienes naturales por parte del Imperio Neoliberal de Occidente; por ser despreciados, e infravalorados, porque no son tenidos como auténticos constructores de su historia, porque queremos imponerles nuestra cultura y nuestras formas de actuar. Les ignoramos pero les robamos sus recursos naturales, y encima les vendemos nuestras armas, que se vuelven contra nosotros. ¡Es una locura! La Cultura del Bush (EEUU), la del “revolver y la pena de muerte”, la de la “Ley del Talión”, “ojo por ojo y diente por diente”, de Sharon (Israel), contra la “Cultura de lo natural, de lo inmediato, de las pequeñas cosas, de la vida para vivirla”. En definitiva, la cultura de los sentidos. Es una guerra estúpida, suicida, injusta, desestabilizante, esquizofrénica, “preventiva”, desatada por democracias propias de películas de terror, “humanistas de día y sangrientas de noche”. Es nuestra “democracia” que queremos imponerles. Es el auto-endiosamiento (de los poderosos) del sistema que permite actuar con violencia sin dejar apenas lugar a la crítica. Es la guerra del dogma contra el dogma.-Y dijo Bush, tras el 11-S- 2001: “en la guerra contra el terrorismo internacional, el que no está con nosotros, está contra nosotros”. (El terrorismo islámico golpeó con fuerza contra las Torres Gemelas del “Dios Mercado” en Nueva York)-. El terrorismo islámico ha vuelto a golpear en Madrid el pasado 11-M (Marzo 2004), causando 192 víctimas en la Estación de Atocha. Porque los “olvidos de hoy, son guerras de mañana”.
Por esto quiero hacer hincapié en el esfuerzo por comprender lo que siempre tuvo que ser comprendido. Carlos Castro nos empujó a ello. Es de la única forma, asumiendo la pluriculturalidad, como podremos construir “la fraternidad universal, que no es “uniformidad universal”.- ¿Fue el Profesor Castro el que se anticipó en 1959 en la actitud que deberíamos tener para el Oriente en el futuro, y que al no haberla tenido, se han originado los acontecimientos convulsivos de estos tiempos de comienzos del Siglo XXI ?.

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