domingo, 6 de marzo de 2016

¿DONDE ESTÁ LO EVIDENTE?



Zaragoza, 16-10-2.004.



Un antiguo compañero de Seminario, defendía y razonaba su postura atea sobre la vida y la religión. Otro, desde su creencia religiosa intentaba convencerle. Y un tercero veía la cuestión religiosa, desde su fe, como algo tan evidente que no merecía la pena entrar en discusión alguna. Ante lo cual yo reflexionaba y recordaba cual había sido siempre por muchísimos Teólogos, incluido Santo Tomás de Aquino, la postura más correcta, y recopilé lo que sigue:
   
¿DÓNDE ESTÁ "LO EVIDENTE"? 

- En relación con la verdad, el hombre puede tener diversas clases de certidumbres:  
1ª.- La Evidencia: Es el más alto grado de certeza. Son muy pocas las cosas evidentes. Quizás lo único evidente es la propia existencia. "Dudo, luego existo", Descartes.  
2ª.- La certeza empírica: Es la que nos proporciona todo lo que entra en el campo de nuestra comprobación experimental. Esta certeza admite negadores: los que aún no han hecho la experiencia o los que temen ser engañados por sus propios sentidos.  
3ª.- La certeza matemática: Tiene menos fuerza. Responde a la actitud de la mente como fruto de una conclusión correcta a los problemas matemáticos, pero cabe siempre un error en el proceso que lleva a la conclusión. Los números son precisos y exactos, pero el hombre puede tergiversar su proceso al combinarlos. (El relativismo de Einstein y de Niels Bhor).  
4ª.- La certeza racional: Es la que experimenta el hombre en la conclusión de un razonamiento de caracter filosófico o conceptual. Es una certeza cada vez más puesta en cuestión, pues los conceptos son menos rigurosos y precisos que los números. Los conceptos se expresan en palabras, y éstas tienen alcances, a menudo, diversos según quien los maneja. Aquí se plantea todo el problema del lenguaje y su comunicación. Bertrand Russell sólo habla de certeza empírica y matemática.  
5ª.- La certeza moral:  Es un acto de fidelidad y de confianza en otra persona. Lo que no hemos verificado lo aceptamos por el testimonio del otro del cual tenemos motivos para fiarnos. La aceptación de ésta prueba moral dependerá del valor que cada uno dé a la autoridad del testimonio. (Es por ejemplo, la certeza histórica).  
6ª.- La probabilidad: Ya no entra en el campo de las convicciones. El que se rige por un cáculo de probabilidad admite la posibilidad de equivocarse, con más o menos fundamento, según sean las razones que pueda tener para la duda o la inseguridad.  
-        La Fé religiosa, por su misma naturaleza, no entra en el campo de la evidencia, ni de la certeza emprírica, ni de la certeza matemática. A lo sumo el creyente podrá hablar de una certeza racional en lo que repecta a la existencia de Dios. Creyente y Ateo están en las mismas condiciones de certeza. El hombre ha de hacer un acto de fé en la creencia o en la increencia, o en la duda. Pero nadie está legitimado a imponer a los demás esa creencia-increencia-duda. (Desde ésta actitud podremos comprobar lo que está pasando a nuestro alrededor. Y desde aquí es de donde podrá nacer la humildad para aceptar a todos y "amarlos como Cristo nos amó").



Castillo e Iglesia. Albalate del Arzobispo.

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