Zaragoza,
14-09-2006.
Recuerdos del Seminario.
LOS OLIVOS DEL SEMINARIO
Al norte del campo de
fútbol, había un espacio tan grande como el mismo campo, en el que malvivían
unos cuantos olivos, por falta de riego y de cuidados en la tierra. Sus olivas
eran chiquitinas y duras de comer, duras y difíciles de comer porque en
realidad no eran mas que huesos con un poco de revestimiento carnoso. Ni
siquiera daban sombra, porque los olivos eran pequeños y esqueléticos.
Y un día a alguien se le
ocurrió que deberíamos arrancarlos y aprovechar el terreno para hacer otro campo
de fútbol. D. Luis Mª. Iradiel, empujado por nosotros, consiguió el permiso del
Rector D. Teodoro del Arroyo y con su bendición nos pusimos manos a la obra.
Cavábamos al rededor,
intentábamos cortar las raíces con los picos, pero a pesar de ser unos olivos
esqueléticos, las tenían bien puestas. Por lo que pasamos a la fase de la
fuerza concentrada. Atábamos unas cuerdas al tronco y a tirar. Era un auténtico
campeonato. Uno tras otro fueron cayendo bajo la voluntad decidida de los
"equipos en liza".
Recogidos los despojos,
limpiadas de malas hierbas las tierras, quedó una superficie digna de ser
empleada para el deporte más popular entonces.
Pero no era suficiente con
lo que hicimos, porque el terreno quedaba muy a desnivel del verdadero campo de
fútbol. Había que traer tierra para nivelar todo el terreno,
Fue entonces por lo que
decidimos, con los permisos correspondientes, ir a hablar con el Encargado de
las obras del Campo de Fútbol "La Romareda". Y gran parte
de la tierra extraída para configurar el terreno de juego – pues está bajo el
nivel de las calles que le rodean - vino a parar al seminario y a nuestro nuevo
campo. Quedaron dos campos de fútbol preciosos uno a continuación del otro.
Muchos equipos de colegios
vinieron a jugar a aquellos espléndidos campos.
A partir de ese momento,
las relaciones con Colegios Mayores, Universidad, e incluso con La Academia
General Militar, se estrecharon fuertemente. Y además de las competiciones
deportivas, los actos culturales aumentaron grandemente. Se nos ofreció obras
de teatro mixtas, especialmente las preparadas por el Colegio Mayor Santo Tomás
de Aquino. Nosotros ofrecíamos nuestra especialidad como eran los conciertos de
Corales y sesiones de Canto Gregoriano. Deporte y Cultura fueron en aumento.
Acababa de comenzar lo que vinimos en llamar "la etapa de oro del
Seminario”. Eran los años cincuenta del Siglo XX.
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