Marxismo
y Cristianismo. (6)
¿Es
conciliable la crítica marxista de la religión?, ¿es conciliable la concepción
dialéctica de la materia y de la historia con el mensaje cristiano?
Lo que
normalmente han hecho los teólogos cristianos ha sido empezar la crítica al
marxismo partiendo de la base de que la materia no es eterna. Ello era debido a
una concepción estática de la naturaleza. Por tanto la materia debía ser creada
por un motor inmóvil. Era un pensamiento que nos llegaba de la visión que sobre
el mundo tenía Aristóteles.
Solamente
algunos filósofos como Demócrito en la antigüedad se preocuparon del mundo como
de algo en movimiento continuo.
Es decir:
- “El mundo no es algo estático, sino que
está en continuo movimiento”.
Con Darwin
comienza a hablarse de la evolución de las especies desde la biología.
Einstein ha
demostrado que la materia, en último término, no es, sino que acontece.
La materia es vibración, es energía.
- “La materia no es, sino que acontece: es
vibración, energía”.
El átomo es
desintegrable en cargas y descargas que vibran en un campo ondulatorio.
La materia no
es una sustancia, sino un accidente, dicho en lenguaje escolástico. Ahora bien,
¿puede haber un accidente sin sustancia?, comentaba Malagón.
Y seguía, “la
materia es acción, pero sin un sujeto de esa acción, no puede existir”. “Por
otra parte el sujeto no puede ser también temporal, pues también sería
acontecimiento”. “Ha de ser un ser que esté fuera del tiempo, y que realice
esta acción intemporalmente, y que podríamos decir es la sustancia del mundo”.
Su visión, la
de Carlos Marx, es materialista, aunque en plena ebullición, en continuo
cambio, en continua perfección.
Su humanismo
por tanto es ateo. “Dios no es necesario para explicar este mundo”. Y decía
Malagón:
- “La acción es el mismo sujeto en cuanto
que actúa”.
La materia y
todo su proceso dialéctico es lo que llamamos creación. La materia activamente
considerada es Dios mismo. Él mismo es la materia del mundo.
Esto no es
panteísmo, puesto que pasivamente considerada la materia no se identifica con
Dios, como el andar no se identifica con el caminante, ni las huellas son el
pie, ni la vibración con el que lo hace vibrar. El que anda trasciende su
andar, aunque no se pueda separar su andar de la persona que anda, ni el pensar
de la persona que piensa, pero la persona que piensa es más que su pensamiento.
La materia no
es Dios, pero sí que es la huella que Dios deja y que de alguna manera no se
puede separar de Él, aunque la trasciende. Dios no se agota en la creación.
(Malagón).
(“En Dios estamos, nos movemos y somos”. Vivimos en una COMUNICACIÓN constante con Dios. Porque
Él lo llena todo. El apóstol San Pablo, al anunciar el Evangelio en Atenas lo
sabia, proclamaba desde el Areópago que en
Dios vivimos, nos movemos y existimos. Dios nos rodea de tal modo que
nos es un imposible salirnos de Él. Más que el pez en el agua, estamos nosotros
metidos en Dios (Hechos 17,28).
Y seguía
argumentando Tomás Malagón: (6)
- “Dios no existe, sino que preexiste”. La
materia sería una infraexistencia, y Dios sería la existencia.
Por tanto:
- “Dios no puede ser dialéctico”, sino
que trasciende lo dialéctico. Por lo que no hay inconveniente en admitir la
hipótesis de que la materia es eterna. Se puede aceptar la tesis marxista de la
materia y de la dialéctica de la historia, sin dejar por eso de ser creyente.
(Malagón).
Pensamos que
Marx se equivoca al negar a Dios, si esto lo hace dialécticamente. Porque lo
más que puede llegar dialécticamente es a lo que hoy llamamos el “Bing Bang”
del Universo.
Su Cosmovisión
es materialista, pero su creencia en el No-Dios, es un acto de fe de él, es
extradialéctico.
Lo mismo que
el cristiano hace un acto de fe en el Sí-Dios extradialécticamente,
extracientíficamente.
Si Marx no
hace un dogma de su No-Dios y el cristiano no hace un dogma de su Sí-Dios,
queriéndolo imponer a los demás, será posible que ambos trabajen por
perfeccionar este mundo. (Malagón).
El marxismo
establece un a priori, Dios no existe,
pero no puede probarlo, y además no entra dentro del contenido de la
dialéctica. Para decir “Dios no existe” tiene que hacerlo porque quiere, desde
un acto de su fe, no porque se desprenda de la dialéctica.
Podemos
aceptar lo que el marxismo tiene de
científico, pero rechazamos lo que tiene de apriorístico extracientífico.
- “La lucha de clases”: puede ser
aceptada por el cristianismo a condición de que no esté inspirada por el odio.
La Iglesia condena el odio, pero no la lucha por la justicia, ni la legítima
defensa, aunque incluso ésta lleve a la violencia. Eliminar el odio de la lucha
de clases es purificar esta lucha sin quitarle nada de su realismo ni de su
pasión. Es una aportación que el cristiano puede hacer a este mundo desde el
Evangelio. (Malagón). (6)
Desde esta
visión podemos comprender mejor la opción que tomaron nuestros compañeros de
Seminario, Domingo Laín, Manolo Pérez y José Antonio Jiménez Comín al
enrollarse en la guerrilla colombiana. Desde el sufrimiento de los pobres de
Colombia en el que estaban instalados los tres como Sacerdotes al servicio del
Evangelio, no les quedó otro remedio que tomar la opción que tomaron. ¿Alguien
se atrevería a decir que ellos odiaban al “enemigo”? Los que los conocimos
podemos decir que ellos amaban al hombre, y por amor al hombre defendieron a
los débiles frente al egoísmo de los fuertes.
- “La doctrina del Estado”. El marxismo
concibe un Estado totalitario que trata de eliminar a todos los explotadores.
De ahí su control de los bienes de producción, y control a través del Partido
de toda la actividad social y política de todos los ciudadanos. (6)
Ahora bien el
cristiano debe aportar siempre el respeto a la persona y a las iniciativas de
quienes directamente producen los bienes del país y respetando al Estado cuando
planifica inteligentemente, o por el contrario impida una degeneración de estas
iniciativas hacia formas de nuevos capitalistas o individualistas. El Estado
debe realizar una labor subsidiaria. (Malagón).
- ¿“La propiedad privada o la colectiva”?
La colectiva
no está en desacuerdo con el Evangelio, sino que favorece condiciones de vida
más cristianas. Cristianismo y Socialismo casan perfectamente.
- “El alma y el espíritu”:
No hay
inconveniente en aceptar la materia como una realidad base en la que está
implicado el espíritu al modo de las “rationes saeminales” de las que habla San
Agustín.
Teilhard de
Chardín concibe una evolución dialéctica, y pone el espíritu como aparecido en
un momento cumbre (aparición de la conciencia) del proceso evolutivo de la
materia.
- “Concepción marxista de la realidad”:
No lesiona la
auténtica concepción cristiana de la providencia y del orden social. Siempre
que se acepte que todo el proceso dialéctico esté regido por, y encuentre, su
consumación en un orden sobrenatural. (6)
Creo que queda
clara la actitud, el talante, de Rovirosa, Malagón, y de los militantes
hoacistas de entonces.
Personalmente
me sentí fortalecido en mi pensamiento y en mis sentimientos. Me sentí
orgulloso de ser cristiano y de ser trabajador. Y siempre he mantenido este
sentimiento de orgullo.
Distingo entre
sentirse cristiano por convicción y sentirse católico por condición social.
Hice todavía
otros muchos cursillos para militantes y para sacerdotes. Lo iremos viendo.
He de decir
que a partir de mi visión de izquierdas y cristiana, comencé a ser yo. Se me
fueron todos los complejos y me dio fuerzas para codearme con la visión de
todos los militantes de los partidos políticos de izquierdas.
Me sentí uno
entre muchos. El cambio profundo en mi se había realizado.
Laureano
Molina Gómez
Zaragoza, 1º
de junio de 2.009.
BIBLIOGRAFÍA:
(1)
“Guía Urbana de
Madrid”. Primera Edición, 1.968. Editor José Pamias Ruiz. C/. Isaac Peral, 54.
Madrid – 3.
(2)
“El
Proletariado”, del Padre Ricardo Alberdi. Apuntes del Instituto Social “León
XIII”. Madrid, octubre de 1.968.
(3)
“Marxismo y
Comunismo”, de Tomás Malagón. Apuntes del Cursillo en Segovia. 1.969.
(4)
“Catálogo de
libros ZIX-ZERO”. Edita Zero, S. A. Enero 1.974. C/. Máximo Aguirre, 5. Bilbao.
(5)
“Aproximación a
la Historia de la HOAC 1.946-1.981”,
de Basilisa López García. HOAC Madrid 1.995.
(6)
“La Fe en el
mundo de hoy”. Apuntes ciclostilados del cursillo organizado por ZYX “para
promoción de nuestro pueblo”. Madrid. Bibliografía parcial aportada en Anexo de
los apuntes del cursillo:
-
“¿Es todavía
posible la Fe?”. Estela, 2ª parte, Cap. I y V.
-
“IIIª Semana de
Teología de Deusto. Dios-ateismo”. Editorial Mensajero.
-
“IV Semana de
Teología de Deusto: ¿Qué aporta el cristianismo al mundo de hoy?”. Ediciones
Mensajero.
-
“Literatura del
Siglo XX y Cristianismo”, de Charles Moeller. (5 tomos). Edit. Gredos.
-
“El científico de
la naturaleza ante el problema religioso”, de Pascual Jordán.
-
“El drama del
humanismo ateo”, de Henri de Lubac. Editorial Espasa.
-
“La idea de creación
y sus repercusiones en la Filosofía”. Sertillanges.
-
“Dios y
nosotros”. Jean Danielou. Prisma – Taurus.
(7)
“Guiones para círculos de estudios”. Publicaciones HOAC, C/. Alfonso XI,
4, 3º.Madrid- 14. Año 1.963.
(8) “Noticias Obreras”. Edita HOAC, nº 886/7 del
16 Agosto-15 Septiembre-1.984.
(9) Citas Bíblicas. “Nueva Biblia
Española. Traducción de los textos originales dirigida por
Luis Alonso Schökel y Juán Mateos. Ediciones Cristiandad. C/. Huesca,
30-32. Madrid 1.975.
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