sábado, 19 de marzo de 2016

MARXISMO Y CRISTIANISMO



Marxismo y Cristianismo. (6)

¿Es conciliable la crítica marxista de la religión?, ¿es conciliable la concepción dialéctica de la materia y de la historia con el mensaje cristiano?

Lo que normalmente han hecho los teólogos cristianos ha sido empezar la crítica al marxismo partiendo de la base de que la materia no es eterna. Ello era debido a una concepción estática de la naturaleza. Por tanto la materia debía ser creada por un motor inmóvil. Era un pensamiento que nos llegaba de la visión que sobre el mundo tenía Aristóteles.
Solamente algunos filósofos como Demócrito en la antigüedad se preocuparon del mundo como de algo en movimiento continuo.
Es decir:
- “El mundo no es algo estático, sino que está en continuo movimiento”.
Con Darwin comienza a hablarse de la evolución de las especies desde la biología.
Einstein ha demostrado que la materia, en último término, no es, sino que acontece. La materia es vibración, es energía.
- “La materia no es, sino que acontece: es vibración, energía”.
El átomo es desintegrable en cargas y descargas que vibran en un campo ondulatorio.
La materia no es una sustancia, sino un accidente, dicho en lenguaje escolástico. Ahora bien, ¿puede haber un accidente sin sustancia?, comentaba Malagón.
Y seguía, “la materia es acción, pero sin un sujeto de esa acción, no puede existir”. “Por otra parte el sujeto no puede ser también temporal, pues también sería acontecimiento”. “Ha de ser un ser que esté fuera del tiempo, y que realice esta acción intemporalmente, y que podríamos decir es la sustancia del mundo”.
Su visión, la de Carlos Marx, es materialista, aunque en plena ebullición, en continuo cambio, en continua perfección.
Su humanismo por tanto es ateo. “Dios no es necesario para explicar este mundo”. Y decía Malagón:
- “La acción es el mismo sujeto en cuanto que actúa”.
La materia y todo su proceso dialéctico es lo que llamamos creación. La materia activamente considerada es Dios mismo. Él mismo es la materia del mundo.
Esto no es panteísmo, puesto que pasivamente considerada la materia no se identifica con Dios, como el andar no se identifica con el caminante, ni las huellas son el pie, ni la vibración con el que lo hace vibrar. El que anda trasciende su andar, aunque no se pueda separar su andar de la persona que anda, ni el pensar de la persona que piensa, pero la persona que piensa es más que su pensamiento.
La materia no es Dios, pero sí que es la huella que Dios deja y que de alguna manera no se puede separar de Él, aunque la trasciende. Dios no se agota en la creación. (Malagón).

 (“En Dios estamos, nos movemos y somos”.  Vivimos en una COMUNICACIÓN constante con Dios. Porque Él lo llena todo. El apóstol San Pablo, al anunciar el Evangelio en Atenas lo sabia, proclamaba desde el Areópago que en Dios vivimos, nos movemos y existimos. Dios nos rodea de tal modo que nos es un imposible salirnos de Él. Más que el pez en el agua, estamos nosotros metidos en Dios (Hechos 17,28).

Y seguía argumentando Tomás Malagón: (6)
- “Dios no existe, sino que preexiste”. La materia sería una infraexistencia, y Dios sería la existencia.
Por tanto:
- “Dios no puede ser dialéctico”, sino que trasciende lo dialéctico. Por lo que no hay inconveniente en admitir la hipótesis de que la materia es eterna. Se puede aceptar la tesis marxista de la materia y de la dialéctica de la historia, sin dejar por eso de ser creyente. (Malagón).
Pensamos que Marx se equivoca al negar a Dios, si esto lo hace dialécticamente. Porque lo más que puede llegar dialécticamente es a lo que hoy llamamos el “Bing Bang” del Universo.
Su Cosmovisión es materialista, pero su creencia en el No-Dios, es un acto de fe de él, es extradialéctico.
Lo mismo que el cristiano hace un acto de fe en el Sí-Dios extradialécticamente, extracientíficamente.
Si Marx no hace un dogma de su No-Dios y el cristiano no hace un dogma de su Sí-Dios, queriéndolo imponer a los demás, será posible que ambos trabajen por perfeccionar este mundo. (Malagón).
El marxismo establece un a priori, Dios no existe, pero no puede probarlo, y además no entra dentro del contenido de la dialéctica. Para decir “Dios no existe” tiene que hacerlo porque quiere, desde un acto de su fe, no porque se desprenda de la dialéctica.
Podemos aceptar  lo que el marxismo tiene de científico, pero rechazamos lo que tiene de apriorístico extracientífico.
- “La lucha de clases”: puede ser aceptada por el cristianismo a condición de que no esté inspirada por el odio. La Iglesia condena el odio, pero no la lucha por la justicia, ni la legítima defensa, aunque incluso ésta lleve a la violencia. Eliminar el odio de la lucha de clases es purificar esta lucha sin quitarle nada de su realismo ni de su pasión. Es una aportación que el cristiano puede hacer a este mundo desde el Evangelio. (Malagón). (6)

Desde esta visión podemos comprender mejor la opción que tomaron nuestros compañeros de Seminario, Domingo Laín, Manolo Pérez y José Antonio Jiménez Comín al enrollarse en la guerrilla colombiana. Desde el sufrimiento de los pobres de Colombia en el que estaban instalados los tres como Sacerdotes al servicio del Evangelio, no les quedó otro remedio que tomar la opción que tomaron. ¿Alguien se atrevería a decir que ellos odiaban al “enemigo”? Los que los conocimos podemos decir que ellos amaban al hombre, y por amor al hombre defendieron a los débiles frente al egoísmo de los fuertes.

- “La doctrina del Estado”. El marxismo concibe un Estado totalitario que trata de eliminar a todos los explotadores. De ahí su control de los bienes de producción, y control a través del Partido de toda la actividad social y política de todos los ciudadanos. (6)
Ahora bien el cristiano debe aportar siempre el respeto a la persona y a las iniciativas de quienes directamente producen los bienes del país y respetando al Estado cuando planifica inteligentemente, o por el contrario impida una degeneración de estas iniciativas hacia formas de nuevos capitalistas o individualistas. El Estado debe realizar una labor subsidiaria. (Malagón).
- ¿“La propiedad privada o la colectiva”?
La colectiva no está en desacuerdo con el Evangelio, sino que favorece condiciones de vida más cristianas. Cristianismo y Socialismo casan perfectamente.
- “El alma y el espíritu”:
No hay inconveniente en aceptar la materia como una realidad base en la que está implicado el espíritu al modo de las “rationes saeminales” de las que habla San Agustín.
Teilhard de Chardín concibe una evolución dialéctica, y pone el espíritu como aparecido en un momento cumbre (aparición de la conciencia) del proceso evolutivo de la materia.
- “Concepción marxista de la realidad”:
No lesiona la auténtica concepción cristiana de la providencia y del orden social. Siempre que se acepte que todo el proceso dialéctico esté regido por, y encuentre, su consumación en un orden sobrenatural. (6)
Creo que queda clara la actitud, el talante, de Rovirosa, Malagón, y de los militantes hoacistas de entonces.
Personalmente me sentí fortalecido en mi pensamiento y en mis sentimientos. Me sentí orgulloso de ser cristiano y de ser trabajador. Y siempre he mantenido este sentimiento de orgullo.
Distingo entre sentirse cristiano por convicción y sentirse católico por condición social.
Hice todavía otros muchos cursillos para militantes y para sacerdotes. Lo iremos viendo.
He de decir que a partir de mi visión de izquierdas y cristiana, comencé a ser yo. Se me fueron todos los complejos y me dio fuerzas para codearme con la visión de todos los militantes de los partidos políticos de izquierdas.
Me sentí uno entre muchos. El cambio profundo en mi se había realizado.

Laureano Molina Gómez
Zaragoza, 1º de junio de 2.009.

BIBLIOGRAFÍA:

(1)               “Guía Urbana de Madrid”. Primera Edición, 1.968. Editor José Pamias Ruiz. C/. Isaac Peral, 54. Madrid – 3.
(2)               “El Proletariado”, del Padre Ricardo Alberdi. Apuntes del Instituto Social “León XIII”. Madrid, octubre de 1.968.
(3)               “Marxismo y Comunismo”, de Tomás Malagón. Apuntes del Cursillo en Segovia. 1.969.
(4)               “Catálogo de libros ZIX-ZERO”. Edita Zero, S. A. Enero 1.974. C/. Máximo Aguirre, 5. Bilbao.
(5)               “Aproximación a la Historia de la HOAC 1.946-1.981”, de Basilisa López García. HOAC Madrid 1.995.
(6)               “La Fe en el mundo de hoy”. Apuntes ciclostilados del cursillo organizado por ZYX “para promoción de nuestro pueblo”. Madrid. Bibliografía parcial aportada en Anexo de los apuntes del cursillo:
-        “¿Es todavía posible la Fe?”. Estela, 2ª parte, Cap. I y V.
-        “IIIª Semana de Teología de Deusto. Dios-ateismo”. Editorial Mensajero.
-        “IV Semana de Teología de Deusto: ¿Qué aporta el cristianismo al mundo de hoy?”. Ediciones Mensajero.
-        “Literatura del Siglo XX y Cristianismo”, de Charles Moeller. (5 tomos). Edit. Gredos.
-        “El científico de la naturaleza ante el problema religioso”, de Pascual Jordán.
-        “El drama del humanismo ateo”, de Henri de Lubac. Editorial Espasa.
-        “La idea de creación y sus repercusiones en la Filosofía”. Sertillanges.
-        “Dios y nosotros”. Jean Danielou. Prisma – Taurus.
(7)           “Guiones para círculos de estudios”. Publicaciones HOAC, C/. Alfonso XI, 4, 3º.Madrid-  14.   Año 1.963.

           (8)             “Noticias Obreras”. Edita HOAC, nº 886/7 del 16 Agosto-15 Septiembre-1.984.
            (9)            Citas Bíblicas. “Nueva Biblia Española. Traducción de los textos originales dirigida por                                                               Luis Alonso Schökel y Juán Mateos. Ediciones Cristiandad. C/. Huesca, 30-32. Madrid 1.975. 

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