Nuestras
actividades
Una de las
primeras cosas que hicimos, una vez estuvimos instalados en casa, fue ir a ver
a los dos sacerdotes, PP Paúles, de la parroquia. Nos presentamos, les dijimos
por qué habíamos ido a vivir allí, y qué era lo que pretendíamos, y que por su
puesto nos poníamos a su disposición.
Nos
comprendieron perfectamente. La penuria de los medios con qué contaban las
instalaciones parroquiales, su espíritu de pobreza y entrega, y por nuestra
parte nuestras buenas intenciones, hicieron que aquellos sacerdotes nos
aceptaran inmediatamente. Éramos bienvenidos, y todo lo que tenían lo ponían a
nuestra disposición: una capilla en un local de la antigua tejería, y una
especie de saloncito anexo. El exterior estaba compuesto de un gran terreno de
charcos y de barro cuando llovía, y de polvo cuando el cierzo arreciaba.
Pronto
vendrían las reuniones, la manifestación de problemas, las ansias por
resolverlos, las comisiones que se crearían para solucionarlos, escritos y más
escritos dirigidos a las autoridades, y la insistencia oportuna e
importunamente ante esas autoridades.
Nosotros
disponíamos de dos máquinas de escribir “olivetti”, que muy pronto empezaron a
calentarse por el uso que les dimos. Emilio era un buen mecanógrafo, y Martín y
yo hacíamos lo que podíamos. Fermín y Berta también tuvieron que adiestrarse en
la mecanografía. Los papeles de calco, y los folios llamados de “papel
cebolla”, nos permitían hacer simultáneamente varias copias.
Empezamos a colocar
escritos convocando a reunión en la Parroquia, por las tiendas del barrio: la
tienda de comestibles de la señora Margarita y de su marido Enrique, la
carnicería del señor Vicente, la panadería del barrio, el bar del Manolo, el
Vegé Alimentación, además de la puerta de la Capilla.
La novedad
hizo que acudiera bastante gente. Además se había corrido por el barrio,
pequeño en aquellos tiempos, que unos jóvenes habían venido a vivir allí. No
era una familia normal, sino que estaba compuesta por cuatro hombres y dos
mujeres, y que además estaban en conexión con la Parroquia.
La gente se
arrancó expresando los problemas y carencias del barrio. Se debatían y
concretaban. Se tomaba nota, y se insinuaba hacia qué departamentos del
Ayuntamiento, Gobernación Civil, Educación y Ciencia, etc…, deberían dirigirse
los escritos.
Para cada tema
se creaba una comisión. Cada comisión preparaba los escritos y era quien los
presentaba en los organismos oficiales pertinentes. En la reunión siguiente
daban cuenta de la buena o indiferente acogida del problema presentado. Y así
se insistía una y otra vez.
Como muestra
de las citaciones que se hacían copiamos textualmente la siguiente:
“CONVOCATORIA A LOS VECINOS
PRESIDENTES DE ESCALERA
Al objeto de canalizar gestiones, en pro
de un mejor alumbrado público en el barrio es necesario contar con la
conformidad de los propietarios de Fincas, y locales comerciales, o en su caso
con las comunidades de vecinos, en el sentido de que de verificarse nueva
instalación de puntos de luz, los gastos de la misma, en un 50 %
aproximadamente, serán por cuenta de los antes citados propietarios.
Para esta consulta se requiere la
colaboración de los Presidentes de Comunidades de Vecinos, que harán saber la
necesidad de esta mejora, que conjuntamente con otras a realizar, redunden en
beneficio de vecindario, y particularmente en una natural revalorización de las
fincas.
De la urgencia de esta gestión y de su
resultado positivo, se derivará el obtener en su día, y cuanto antes, la mejora
deseada, cursando la oportuna instancia de solicitud al Excmo. Sr. Alcalde
Presidente.
Se cita a los señores presidentes de
Comunidades de Vecinos por ser totalmente necesario e imprescindible su
presencia, para el próximo jueves día 12 de noviembre a las 8´30 h. de la tarde
en el Salón Parroquial.
Te saludamos cordialmente.
UNOS VECINOS DE CASABLANCA”.
Y en cuanto al
problema de escolarización de los niños, se elaboró casa por casa la siguiente
encuesta, cuyo encabezamiento decía así:
“Adviértase a los padres, que los niños
que se inscriben en Escuelas municipales serán trasladados a los grupos a los
que se les designen, en autobús gratuito, con regreso al barrio. La parada del
autobús se designará en su día.
Este sistema puede ponerse en práctica
en el presente curso escolar, hasta la construcción de los grupos escolares de
la Romareda”.
Calle Nº Piso // Nombre, apellidos // edad // Colegio
al que va // Desea ir al colegio municipal // ultimo grado cursado
De momento el
problema se solucionó, y los niños comenzaron a abrirse a la ciudad.
Una de las
primeras cosas que se consiguió fue que Sanidad organizara inmediatamente una
campaña de desratización. Las casas de la calle Embarcadero eran especialmente
las paganas de aquella plaga de ratas. Entre las casas y el Canal no había más
que los huertos que servían de expansión a las ratas del Canal, y de los
huertos a las casas. También hoy en día se ven ratas en el canal, pero ya no
hay huertos, y el cemento e instalaciones de servicios en el barrio, hace que
las ratas se mantengan dentro de su hábitat, las aguas del Canal Imperial de
Aragón.
Las lámparas
con sus sencillas pantallas de plato, fueron sustituidas por hermosas pantallas
de aluminio y luces de neón. Siendo noche, “parecía que era de día”.
Se remodelaron
las aceras y se asfaltaron las calles. “Daba gusto pasear por ellas”.
Se nos informó
que estaba previsto construir unas escuelas junto al Seminario. Todo estaba
rodeado de huerta, pero en cuanto se decidieron a construir todo quedó inundado
de maquinaria para las obras. Se construirían las Escuelas, hoy llamadas,
“Eliseo Godoy”, “Luis Azua”, “Cesáreo Alierta”, “Cesar Augusto”, complementando
estas escuelas se abrieron los colegios infantiles de “Juan Ramón Jiménez”, y
el “Ninos”. Los “Agustinos Recoletos”
también llegarían a construir un gran colegio. Hoy en día ni Casablanca,
ni la Romareda, son lo que fueron.
Pero los
vecinos de Casablanca sabían bien los sudores que tuvieron que pasar hasta
verse plenamente integrados en la ciudad de Zaragoza. Vía de la Hispanidad o
Ronda de la Hispanidad suponía en aquellos tiempos una barrera entre el campo y
la ciudad, entre Casablanca y Zaragoza.
Algunos jóvenes, y no tan
jóvenes, se acercaban por casa, charlábamos un rato y nos animábamos
mutuamente.
Recuerdo un
día de Noche Vieja que del Cuartel de Sanidad, cuyas tapias posteriores, daban
a la calle de la Vía, algunos soldados que estaban “de guardia” (sus compañeros
estaban de permiso en esos días tan señalados), después de “la Retreta”
saltaron las tapias y se vinieron a casa. ¿“No tenéis miedo de que os
descubran”?, les dijimos. Ellos dijeron que se habían puesto de acuerdo con el
Cabo de Guardia para que hiciera la vista gorda. Despedimos el Viejo Año y nos
felicitamos por el que entraba. Comimos algunos turrones, contábamos chistes y
chascarrillos, ellos se lo pasaron menos mal, y nosotros nos lo pasamos bien.
Como despedida uno de los soldados me regaló, yo no quería que lo hiciera, el
grueso cinturón con hebilla de latón y el escudo del yugo y las flechas grabado
que llevaba en su cintura. Todavía lo conservo, y cuando lo veo sonrío.
Además de las
actividades en el barrio estaban las que organizábamos en el centro de la
ciudad durante los fines de semana. Los Ateneos en el Palacio de Fuenclara eran
parte de esas actividades. Trabajadores, estudiantes, algún seminarista y
chicas de la Universidad Laboral del Barrio de Santa Isabel eran los
principales asistentes. Los libros ZYX y los trabajos especializados para uso
privado sobre temas actuales, nos daban pie para aquella máxima de “lee y discute”
de la HOAC. Todos nos lo tomábamos muy en serio.
(Nota: El palacio
de Fuenclara en Zaragoza (España) fue construido en la segunda mitad
del siglo XVI por encargo de don Antonio Agustín, padre del arzobispo de Tarragona
y eminente canonista, transformado en el siglo XVII por sus nuevos inquilinos, los
Condes de Fuenclara. Uno de ellos, Manuel, legó el Palacio al Arzobispo de
Zaragoza para que lo destinara al fomento y desarrollo de una Sociedad
Protectora de Jóvenes Obreros y Comerciantes. En cumplimiento de sus últimas
voluntades se fundaba el 22 de Julio de 1892 el Círculo Católico de Obreros).
(Más
información en: http://www.zaragoza.es/ciudad/urbanismo/arquitect/fuenclara.htm)
Pero además
cada uno de nosotros pertenecíamos a un Equipo HOAC distinto, cuyos componentes
se organizaban voluntariamente. Eran los
equipos de revisión de vida y de acción. Estos equipos eran fundamentales para
caminar al unísono según el Plan de Formación Cíclico de la HOAC. Nos sentíamos
unidos al resto de militantes, y cada cierto tiempo teníamos nuestras Asambleas
Plenarias. En toda España se hacía de una forma similar. Una vez al año se
tenían las Asambleas Nacionales de la HOAC.
En el año
1.964 nació en el barrio de Casablanca Mauricio
Aznar Müller. Por tanto en el tiempo que estamos haciendo estos recuerdos
tenía seis años. Mauricio fue un músico y un poeta aragonés, y como dice
WIKIPEDIA, era líder de las bandas Golden
Zippers, Más Birras y Almagato. Algunas de sus canciones, como
«Apuesta por el Rock and Roll», popularizada por Héroes del Silencio,
han pasado a formar parte del acervo cultural del rock hecho en Aragón. (4)
Murió el 2 de
Octubre del año 2.000.
En la margen
izquierda del canal se encuentra el paseo dedicado a su memoria. Entre el canal
y la calle Embarcadero. (Ver más información
aquí:
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