Nuevos
libros.
El escritor José Luis Borges llegaría a decir: “uno no es por lo
que escribe, sino por lo que ha leído”. Nos quería dar a entender que
somos lo que leemos.
La vida se
ensanchaba, la cultura también. Los libros que se traían de Francia, Italia y
Alemania principalmente causaban gran impacto. ¿Quien no recuerda los libros de
Ruedo Ibérico? Radio Pirenaica nos "machacaba" constantemente
nuestros oídos y nuestras mentes. En el Seminario llegamos a construir nuestros
propios receptores de radio. Era imparable.
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Los libros
educativos, la teología "humanizada", la nueva traducción de la
Biblia de Jerusalén, revistas y libros franceses e italianos aportaban a
nuestro deseo intelectual, un matíz un tanto de rebelión y de morbosidad o
deseo no contenido ya que la mayoría de los textos se traían clandestinamente.
Mis viajes anuales a Francia se emplearían en estos menesteres.
"El
Señor", de Romano Guardini (Patmos 1954), nos entusiasmaba en su
lectura. Jesús se percibía como algo cercano y no algo "impuesto por la
liturgia en latín y de espaldas al pueblo".
Dos novelas de
Carmen Laforet comenzaban a correr entre nuestras manos: "Nada"
(Premio Nadal 1944), y "La Mujer Nueva", (1955.
Edic. Destino). Y también las de José Mª Gironella, premio Nadal igualmente:
"Un hombre" (1946), y "Los cipreses
creen en Dios" (1953).
Creo que aquí debo
de hacer un homenaje, por lo que supuso en nuestro acerbo cultural, a la Editorial
Espasa Calpe, S.A. con su Colección Austral. Los
temas que editaba eran muy variados y su precio muy asequible. El que tengo en
estos momentos en mis manos de 1957, costaba 13 Pts. De la solapa de este
libro tomo lo que la misma Editorial dice como presentación de la colección:
"Los libros de que se habla; los libros
de éxito permanente; los libros que usted deseaba leer; los libros que usted
aún no había leído porque eran caros o circulaban en malas condiciones y sin
ninguna garantía; los libros de cuyo conocimiento ninguna persona culta puede
prescindir; los libros que marcan una fecha capital en la historia de la
literatura y del pensamiento; los libros que son actuales ayer, hoy y siempre.
La Colección Austral, ofrece ediciones íntegras autorizadas, bellamente presentadas,
muy económicas. La Colección Austral publica libros para todos los lectores y
un libro para el gusto de cada lector".
&
Comenzamos a leer
"Un libro sobre Platón", de Antonio Tovar (1956).
"El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha", de
D. Miguel de Cervantes Saavedra que sería releído varias veces, "Un
Pueblecito, Riofrío de Ávila", de Azorín, etc., etc., etc.
Naturalmente de la Colección Austral.
Azorín (José
Martínez Ruiz) sería uno de los autores que más influiría en nuestros comienzos
literarios. A ello nos empujaría nuestro buen profesor José Mª Díaz, gallego él
y recién ordenado sacerdote. Posteriormente recibiríamos otro empujón del
tafalles José Mª Cabodevilla, también sacerdote joven y recientemente venido a
Zaragoza.
Se nos recomendaba
Azorín por su forma sencilla y directa de decir las cosas. Él mismo dirá en su
libro Un Pueblecito, Riofrío de Ávila, página 43: "El
estilo es claro si lleva al instante al oyente a las cosas, sin detenerle en
las palabras". "Retengamos esa máxima fundamental: Derechamente
a las cosas". "Si el estilo explica fielmente y con
propiedad lo que se siente, es bueno". Y página 47: "Todo debe de ser
sacrificado a la claridad". "Más vale ser censurado de un gramático
que no ser entendido". "No basta hacerse entender; es necesario
aspirar a no poder dejar de ser entendido". "Cuando el estilo es
oscuro, hay motivos para creer que el entendimiento no es neto". "Estilo
oscuro, pensamiento oscuro". La sencillez, la dificilísima
sencillez, es una cuestión de método". "Haced lo siguiente y habréis
alcanzado de un golpe el gran estilo: colocad una cosa después de otra".
"Las cosas deben colocarse... según el orden en que se piensan, y darles
la debida extensión". Y, "El encanto de un estilo literario es su
variedad, su multiplicidad".
¿Por qué he
recordado este texto? Porque influyó extraordinariamente en nuestra educación y
aun quizás en nuestro carácter. Empezamos a decir las cosas claras y sin
tapujos, aunque ello nos acarreó algunos problemas como después veremos.
En mi etapa de Educador de Discapacitados Psíquicos este texto sería el fondo de mi forma de tratar a los alumnos. A un minusválido psíquico hay que decirle las cosas según la Regla de las Tres CCC: Claras, Cortas y Concisas. Si se cumple, te entienden a la primera, y lo agradecen sinceramente. Entender pronto para ellos, - como para todos los demás-, es sinónimo de inteligencia. Quizás hay más inteligencia de lo que parece en estas personas. Es cuestión de "no poder dejar de ser entendido".
En mi etapa de Educador de Discapacitados Psíquicos este texto sería el fondo de mi forma de tratar a los alumnos. A un minusválido psíquico hay que decirle las cosas según la Regla de las Tres CCC: Claras, Cortas y Concisas. Si se cumple, te entienden a la primera, y lo agradecen sinceramente. Entender pronto para ellos, - como para todos los demás-, es sinónimo de inteligencia. Quizás hay más inteligencia de lo que parece en estas personas. Es cuestión de "no poder dejar de ser entendido".
El orgullo de los
hombres es lo que hace que todo se complique. Porque complicado es entender a
los teólogos; lo es también a los juristas; y especialmente también es
complicado entender a los médicos con su lenguaje y su escritura.
"No dejarnos
ser entendidos podría constituir otra forma de minusvalía social". O en el
mejor de los casos puede que sea "el miedo a ser arrebatados de lo que se
considera propiedad intelectual privada". Este es el problema.
Salón de Actos del Seminario de Zaragoza.
Foto de 2009.
En esta etapa se
puso muy de moda el "Cineforum". Se veía una
película y se comentaba y discutía posteriormente. Los domingos por las tardes
en el seminario de Zaragoza se dedicaba a ello. Se pasaban películas del
neorrealismo italiano como "La Strada", "El
ladrón de bicicletas"; o como las francesas "Mon
oncle", "Los cuatrocientos golpes", el
cortometraje "Le poisson rouge"; y otras como "La
escalera de caracol"; "Doce hombres sin piedad";
"La Ley del Silencio" (1954), interpretada por
Marlon Brando, nacido el 3-04-1924 en Omaha (Nebraska - EEUU.). Era la lucha
social y la lucha contra las mafias. Y "Un tranvía llamado deseo"
(1947). Causó mucho impacto "Las sandalias del Pescador":
"elegido un nuevo Papa venido de los campos de trabajo de la Siberia Rusa
y ante la presión ejercida por el poder de China Comunista, enfrentada a Rusia,
y defensora de los pobres del mundo entero, decide subastar su Tiara en el
mismo día de su coronación y embargar todos los bienes del Vaticano para paliar
el hambre en el mundo y dar ejemplo a todos los países del "Occidente Civilizado".
Plácido Fernández
García en su libro El Seminario de Zaragoza, Siglo XX, página
202 trae una lista bastante completa de las películas proyectadas en el
seminario. En teatro se hacía que se implicase el público como lo que ocurría
en la representación de "El proceso a Jesús". De
entre los espectadores aparecía un actor, para el público no conocido,
contestando a lo que se estaba representando en el escenario. Vivíamos todo, lo
discutíamos todo, lo escudriñábamos todo. Y también lo compartíamos en alguna
ocasión con los colegios mayores universitarios y en algún tema con los cadetes
de la Academia General Militar. Novelas como "La Peste"
de Albert Camus (Edic Gallimard, París 1958); "Entre la vida y el
sueño" de André Mauriac, (Plaza y janés,1958), etc., nos
introducían en la literatura del Siglo XX y en el existencialismo en pleno auge
después del sufrimiento de la guerra. "Le Petit Prince"
de Antoine De Saint-Exupery, (Gallimard, París 1959) causó gran impacto
emocional y reflexivo. A ello se añadían reflexiones como la que nos aportaba
Teillard de Chardín, en su "La aparición del hombre",
(Taurus 1958); nuestro "Platero y yo" de Juan Ramón
Jiménez (Lasada S.A. 1959); el "Lazarillo de Tormes",
Anónimo (Austral 1958); los "Diálogos" de Platón,
preparados por Juan Bergua (Edic. Ibéricas).
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En 1958 apareció
el libro sobre la Virgen, escrito por José Mª Cabodevilla "Señora
Nuestra", que con todo cariño nos dedicó a todos sus alumnos que
éramos, imprimiendo en su dedicatoria algo característico de cada uno. A mí,
por ejemplo, se me puso: "A Laureano, deseándole todas las laureadas, pues
el valor como en los castillos medievales se le supone"... Se empezaba a
hablar sobre la Virgen de una forma más atrayente, actualizada, e incluso con
el lenguaje literario tan exquisito que tenía Cabodevilla.
Recuerdo que por
aquel entonces leí una "historia novelada" escrita por Navarro
Villoslada, titulada "Amaya" o "el País de los
Vascos". Me gustó muchísimo, porque además por aquel entonces,
una vez al año, atravesaba en tren el país vasco para ir a Burdeos. Mi admiración
por los vascos siempre fue en aumento. En los años de pertenencia a la HOAC me
relacionaba con los hoacistas vascos, y de ellos percibí la situación que se
estaba produciendo en ellos con el silencio informativo de la prensa del
Régimen de Franco. Me sentí hermanado con ellos y todavía sigo con los mismos
sentimientos. Por eso, los acontecimientos actuales, los sigo comprendiendo
desde aquella perspectiva. Pero de esto hablaremos en su capítulo propio.
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