miércoles, 16 de marzo de 2016

NUEVOS LIBROS



Nuevos libros.
 El escritor José Luis Borges llegaría a decir: “uno no es por lo que escribe, sino por lo que ha leído”. Nos quería dar a entender que somos lo que leemos. 
La vida se ensanchaba, la cultura también. Los libros que se traían de Francia, Italia y Alemania principalmente causaban gran impacto. ¿Quien no recuerda los libros de Ruedo Ibérico? Radio Pirenaica nos "machacaba" constantemente nuestros oídos y nuestras mentes. En el Seminario llegamos a construir nuestros propios receptores de radio. Era imparable.
La liturgia se empezó a "humanizar" con la entrada de los Salmos del Padre Gelineau que se cantaban, con una música y un ritmo nuevo tocado con guitarras, proveniente de Francia principalmente. Más tarde nos llegarían los ritmos que aportaban nuestros misioneros en África e Hispanoamérica. Música joven y ritmos alegres que lograban que, a nuestra mente y a nuestros sentimientos, se unieran instintivamente los movimientos corporales propios de nuestra juventud. Llegarían canciones semireligiosas o semiprofanas, según se mire, del Padre dominico Cocagnac. Gelineau era jesuita. El padre Alejandro con su "Señor no tienen vino"... Que indicaba la aproximación a los problemas cotidianos de la gente. El Padre Duval cantando, entre otras muchas canciones de testimonio y sentimiento religioso, su famosa "¿Qui à crié cette nuit?". Era el grito desgarrador del individuo existencialista en medio de una "noche oscura", como dirían nuestros místicos San Juán de la Cruz y Santa Teresa de Jesús. Son los nubarrones negros que se ciernen muchas veces sobre nuestras vidas. Son las crisis depresivas, el acoso psicológico y moral, con toda la violencia que lleva consigo tanto de un signo como de otro, individual o colectivo, que tanto prolifera en nuestros días como repetición de la misma historia. Quizás por primera vez intervenían las mujeres como "Soeur Sourire", la Hermana Alegría como se le traduciría en España con su "Dominique, nique, niq"., la "Flor de Cactus", flor hermosa, chiquita, rodeada de espinos. A ellos se unirían el catalán P. Ladislau D´Easo en su "Cançons Espirituals" ¿"Que saps tu de l´Amor"?: "el amor no es una "jugina", el amor es cosa divina"; y Kiko Argüello con "El Siervo de Yavé" y su famosa "Resucitó", himnos para las comunidades cristianas; "Misa de la Juventus" de Cristobal Halffter, cantada por el coro de Dominicos de la Facultad de Santo Tomás de Ávila; la "Misa Luba" de Joachim Ngoi y Los Trovadores del Rey Balduino. La HOAC también aportaría sus canciones y al cantautor Javier R. Sotuela con su "Romper las cadenas", y "Por eso lo mataron" (a Jesús de Nazaret), "Ya vienen los segadores", etc, Canciones de liberación y de lucha por la libertad, y no solo en España sino en todo el mundo oprimido. Con la convocatoria por el Papa Juan XXIII del Concilio Vaticano II, el tema se dispararía plenamente más tarde.
Los libros educativos, la teología "humanizada", la nueva traducción de la Biblia de Jerusalén, revistas y libros franceses e italianos aportaban a nuestro deseo intelectual, un matíz un tanto de rebelión y de morbosidad o deseo no contenido ya que la mayoría de los textos se traían clandestinamente. Mis viajes anuales a Francia se emplearían en estos menesteres.
"El Señor", de Romano Guardini (Patmos 1954), nos entusiasmaba en su lectura. Jesús se percibía como algo cercano y no algo "impuesto por la liturgia en latín y de espaldas al pueblo".
Dos novelas de Carmen Laforet comenzaban a correr entre nuestras manos: "Nada" (Premio Nadal 1944), y "La Mujer Nueva", (1955. Edic. Destino). Y también las de José Mª Gironella, premio Nadal igualmente: "Un hombre" (1946), y "Los cipreses creen en Dios" (1953).
Creo que aquí debo de hacer un homenaje, por lo que supuso en nuestro acerbo cultural, a la Editorial Espasa Calpe, S.A. con su Colección Austral. Los temas que editaba eran muy variados y su precio muy asequible. El que tengo en estos momentos en mis manos de 1957, costaba 13 Pts. De la solapa de este libro tomo lo que la misma Editorial dice como presentación de la colección:
"Los libros de que se habla; los libros de éxito permanente; los libros que usted deseaba leer; los libros que usted aún no había leído porque eran caros o circulaban en malas condiciones y sin ninguna garantía; los libros de cuyo conocimiento ninguna persona culta puede prescindir; los libros que marcan una fecha capital en la historia de la literatura y del pensamiento; los libros que son actuales ayer, hoy y siempre. La Colección Austral, ofrece ediciones íntegras autorizadas, bellamente presentadas, muy económicas. La Colección Austral publica libros para todos los lectores y un libro para el gusto de cada lector".
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Comenzamos a leer "Un libro sobre Platón", de Antonio Tovar (1956). "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha", de D. Miguel de Cervantes Saavedra que sería releído varias veces, "Un Pueblecito, Riofrío de Ávila", de Azorín, etc., etc., etc. Naturalmente de la Colección Austral.
Azorín (José Martínez Ruiz) sería uno de los autores que más influiría en nuestros comienzos literarios. A ello nos empujaría nuestro buen profesor José Mª Díaz, gallego él y recién ordenado sacerdote. Posteriormente recibiríamos otro empujón del tafalles José Mª Cabodevilla, también sacerdote joven y recientemente venido a Zaragoza.
Se nos recomendaba Azorín por su forma sencilla y directa de decir las cosas. Él mismo dirá en su libro Un Pueblecito, Riofrío de Ávila, página 43: "El estilo es claro si lleva al instante al oyente a las cosas, sin detenerle en las palabras". "Retengamos esa máxima fundamental: Derechamente a las cosas". "Si el estilo explica fielmente y con propiedad lo que se siente, es bueno". Y página 47: "Todo debe de ser sacrificado a la claridad". "Más vale ser censurado de un gramático que no ser entendido". "No basta hacerse entender; es necesario aspirar a no poder dejar de ser entendido". "Cuando el estilo es oscuro, hay motivos para creer que el entendimiento no es neto". "Estilo oscuro, pensamiento oscuro". La sencillez, la dificilísima sencillez, es una cuestión de método". "Haced lo siguiente y habréis alcanzado de un golpe el gran estilo: colocad una cosa después de otra". "Las cosas deben colocarse... según el orden en que se piensan, y darles la debida extensión". Y, "El encanto de un estilo literario es su variedad, su multiplicidad".
¿Por qué he recordado este texto? Porque influyó extraordinariamente en nuestra educación y aun quizás en nuestro carácter. Empezamos a decir las cosas claras y sin tapujos, aunque ello nos acarreó algunos problemas como después veremos.

En mi etapa de Educador de Discapacitados Psíquicos este texto sería el fondo de mi forma de tratar a los alumnos. A un minusválido psíquico hay que decirle las cosas según la Regla de las Tres CCC: Claras, Cortas y Concisas. Si se cumple, te entienden a la primera, y lo agradecen sinceramente. Entender pronto para ellos, - como para todos los demás-, es sinónimo de inteligencia. Quizás hay más inteligencia de lo que parece en estas personas. Es cuestión de "no poder dejar de ser entendido".
El orgullo de los hombres es lo que hace que todo se complique. Porque complicado es entender a los teólogos; lo es también a los juristas; y especialmente también es complicado entender a los médicos con su lenguaje y su escritura.
"No dejarnos ser entendidos podría constituir otra forma de minusvalía social". O en el mejor de los casos puede que sea "el miedo a ser arrebatados de lo que se considera propiedad intelectual privada". Este es el problema.
Salón de Actos del Seminario de Zaragoza. Foto de 2009.
En esta etapa se puso muy de moda el "Cineforum". Se veía una película y se comentaba y discutía posteriormente. Los domingos por las tardes en el seminario de Zaragoza se dedicaba a ello. Se pasaban películas del neorrealismo italiano como "La Strada", "El ladrón de bicicletas"; o como las francesas "Mon oncle", "Los cuatrocientos golpes", el cortometraje "Le poisson rouge"; y otras como "La escalera de caracol"; "Doce hombres sin piedad"; "La Ley del Silencio" (1954), interpretada por Marlon Brando, nacido el 3-04-1924 en Omaha (Nebraska - EEUU.). Era la lucha social y la lucha contra las mafias. Y "Un tranvía llamado deseo" (1947). Causó mucho impacto "Las sandalias del Pescador": "elegido un nuevo Papa venido de los campos de trabajo de la Siberia Rusa y ante la presión ejercida por el poder de China Comunista, enfrentada a Rusia, y defensora de los pobres del mundo entero, decide subastar su Tiara en el mismo día de su coronación y embargar todos los bienes del Vaticano para paliar el hambre en el mundo y dar ejemplo a todos los países del "Occidente Civilizado". Plácido Fernández García en su libro El Seminario de Zaragoza, Siglo XX, página 202 trae una lista bastante completa de las películas proyectadas en el seminario. En teatro se hacía que se implicase el público como lo que ocurría en la representación de "El proceso a Jesús". De entre los espectadores aparecía un actor, para el público no conocido, contestando a lo que se estaba representando en el escenario. Vivíamos todo, lo discutíamos todo, lo escudriñábamos todo. Y también lo compartíamos en alguna ocasión con los colegios mayores universitarios y en algún tema con los cadetes de la Academia General Militar. Novelas como "La Peste" de Albert Camus (Edic Gallimard, París 1958); "Entre la vida y el sueño" de André Mauriac, (Plaza y janés,1958), etc., nos introducían en la literatura del Siglo XX y en el existencialismo en pleno auge después del sufrimiento de la guerra. "Le Petit Prince" de Antoine De Saint-Exupery, (Gallimard, París 1959) causó gran impacto emocional y reflexivo. A ello se añadían reflexiones como la que nos aportaba Teillard de Chardín, en su "La aparición del hombre", (Taurus 1958); nuestro "Platero y yo" de Juan Ramón Jiménez (Lasada S.A. 1959); el "Lazarillo de Tormes", Anónimo (Austral 1958); los "Diálogos" de Platón, preparados por Juan Bergua (Edic. Ibéricas).
En 1958 apareció el libro sobre la Virgen, escrito por José Mª Cabodevilla "Señora Nuestra", que con todo cariño nos dedicó a todos sus alumnos que éramos, imprimiendo en su dedicatoria algo característico de cada uno. A mí, por ejemplo, se me puso: "A Laureano, deseándole todas las laureadas, pues el valor como en los castillos medievales se le supone"... Se empezaba a hablar sobre la Virgen de una forma más atrayente, actualizada, e incluso con el lenguaje literario tan exquisito que tenía Cabodevilla.
Recuerdo que por aquel entonces leí una "historia novelada" escrita por Navarro Villoslada, titulada "Amaya" o "el País de los Vascos". Me gustó muchísimo, porque además por aquel entonces, una vez al año, atravesaba en tren el país vasco para ir a Burdeos. Mi admiración por los vascos siempre fue en aumento. En los años de pertenencia a la HOAC me relacionaba con los hoacistas vascos, y de ellos percibí la situación que se estaba produciendo en ellos con el silencio informativo de la prensa del Régimen de Franco. Me sentí hermanado con ellos y todavía sigo con los mismos sentimientos. Por eso, los acontecimientos actuales, los sigo comprendiendo desde aquella perspectiva. Pero de esto hablaremos en su capítulo propio.

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