martes, 29 de mayo de 2018

El Mensaje de Jesús de Nazaret


6.- EL MENSAJE DE JESÚS DE NAZA-RET Y EL MENSAJE DE JESUCRISTO REDENTOR Y SALVADOR
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DOS MENSAJES DIFERENTES
Es una verdad hoy incontrovertible que el mensaje central de Jesús de Nazaret fue y es la proclamación del Reino de Dios en nuestra historia, el anuncio de una vida digna y justa para todos y todas, a realizar no en el futuro, sino en el presente de nuestra sociedad. Una vida regi-da por el amor como mandamiento principal y único, generador de una sociedad fraterna y solidaria, la humanización de nuestra sociedad. Un Reino dirigido principalmente a los últimos y marginados de nuestro mundo. Mensaje que orienta la actividad y la misión de los seguidores de Jesús de cara al presente y al futuro, como tarea siempre nueva y creativa. En una sociedad de cambio profundo y constante como la nuestra el mensaje debe dar respuesta a los desafíos concretos y constantes que plantea la sociedad. Aun-que el mensaje es la implantación del Reino de Dios, debe concretarse en el momento presente. Debe tener en cuenta los descubrimientos que está realizando la ciencia. Es por ello un mensaje en continua evolución y creación, al compás de los cambios constantes que se realizan en nuestras sociedades.
Muy distinto es el mensaje que nos transmite continuamente la Iglesia, como institución jerárquica: Jesucristo, Salvador del hombre. Es siempre el mismo, porque se trata de conservar el depósito de verdades reveladas y de los dogmas que tienen validez universal. Es necesario guardar el mensaje que la religión cristiana ha ido enriqueciendo a través de los siglos hasta el momento presente. Nada está por descubrir. Está todo concluido. Es cuestión de recordar el mensaje terminado en cada momento de la historia. Es siempre más de lo mismo. Habrá que cambiar los medios técnicos, pero sin variar el contenido del mensaje cristiano. Mensaje que mira sobre todo al futuro, a la otra vida, a la vida eterna. Los grandes temas del cristianismo: Sagrada Escritura, creación, pecado, encarnación, redención, resurrección y vida eterna `permanecen intocables en su esencia. Por más que los descubrimientos científicos nos inviten a cambiar sobre aspectos importantes de estos temas. Los cristianos y cristianas de a pie tenemos este convencimiento de inmovilismo del mensaje de la Iglesia jerárquica. 




EL CRISTIANISMO ORIGINARIO Y LA RELIGIÓN CRISTIANA
Creo que es necesario distinguir el cristianismo como movimiento impulsado por Jesús de Nazaret y que funcionó en sus orígenes, siguiendo los testimonios y datos históricos sobre la vida y enseñan-zas de Jesús, aportados por los primeros evangelios (Marcos, Mateo y Lucas); del cristianismo como religión que se instauró oficialmente en el siglo cuarto, al ser proclamado como religión del Imperio, y basado en el pensamiento de Pablo sobre Cristo resucitado, manifestado en sus cartas (J.M.Castillo. La humanidad de Jesús).
Jesús de Nazaret no fundó ninguna religión, sino un movimiento constituido por sus seguidores, en torno al mensaje del Reino de Dios, un mensaje laico que intenta establecer en el mundo una sociedad justa, fraterna, solidaria, que promociona una vida digna para todas las personas, especialmente para los más necesita-dos y excluidos de la sociedad. Este fue el cristianismo originario.
La religión cristiana se establece oficial-mente en el siglo cuarto, a iniciativa de Constantino y su hijo Teodosio, junto con los obispos asistentes a los primeros con-cilios cristológicos, Nicea y Constantino-pla. Religión que comenzó a organizarse como institución religiosa, fundamentada en las verdades reveladas dimanantes de la lectura literal del sagrado libro, la Bi-blia. Para ello se dotó de una estructura organizativa jerárquica, con unos minis-tros consagrados, dispensadores de lo sagrado; con unos templos como lugares de encuentro con el Dios de las alturas; y con unos mandamientos a cumplir, nece-sarios para conseguir la vida eterna, como premio a los cumplidores de estos man-datos. 

EL RELATO FUNDAMENTAL DEL CRIS-TIANISMO
El compendio doctrinal del cristianismo está constituido por el Misterio de la Salvación, que es el relato fundamental: Un Dios Padre, creador del mundo de una modo definitivo y concluso y de la prime-ra pareja humana, de la que nace el resto de la humanidad. El primer hombre y la primera mujer son colocados en el Paraíso Terrenal y caen en el pecado original de desobediencia al mandato de Dios. Un Jesucristo, Ungido e Hijo de Dios Padre, encarnación de Dios, mediante el nacimiento de María Virgen, y salvador de la humanidad, a través de su muerte redentora, su resurrección gloriosa y su ascensión a los cielos, morada de Dios Padre. Desde allí nos envía al Espíritu Santo, Dios presente en nuestra historia. Los cristianos están llamados a conseguir la vida eterna, que consiste en la contemplación de la esencia divina en los cielos. Este es el contenido fundamental de la fe cristiana, siendo la Iglesia encargada de cuidarlo y proclamarlo incesantemente, sin errores y desviaciones.
LOS INTERROGANTES DE LA CIENCIA
Pero este mensaje se ve hoy interrogado por los descubrimientos de las ciencias (biología, física, cosmología, antropología, astronomía, arqueología,…), cuyos resulta-dos contradicen algunos enunciados y dogmas de la religión cristiana. ¿Podemos seguir considerando la Biblia como libro inspirado por Dios, libro histórico y su lectura literal? ¿El proceso creativo de Dios está concluido, si admitimos la teoría científica de la evolución? ¿Es razonable aceptar como histórico el relato del Paraíso y del peca-do original, que es transmitido a toda la humanidad? ¿Es congruente considerar a Jesús de Nazaret como Dios encarnado, nacido de María Virgen? ¿Seguiremos ha-blando de la muerte de Jesús como reden-tora del pecado de la humanidad? ¿La resurrección de Jesús es un hecho histórico y físicamente constatable? ¿Continuaremos admitiendo que la vida eterna, contemplación eterna de Dios, es el premio que Dios concede a los fieles cumplidores de los mandatos de la religión cristiana? Son algunos de los interrogantes que las ciencias plantean al relato básico del cristianismo.
DOS RESPUESTAS DISTINTAS
Ante esta situación caben dos posturas diferentes: la apertura a los interrogantes que los descubrimientos científicos plan-tean a las afirmación básica del relato y los dogmas de la religión cristiana; o encerrar-nos en la repetición de las mismas verdades consideradas reveladas y por ello inamovibles. Este es el pluralismo presente hoy en las iglesias cristianas. Por más que la jerarquía de la Iglesia se empeñe, no existe un pensamiento único entre los que se consideran creyentes en Jesús de Nazaret. 

FE Y CIENCIA
Todos estos enunciados manifiestan a las claras la postura que adopta la jerarquía respecto a los interrogantes que la ciencia plantea al cristianismo. La fe está por encima de la ciencia. Las verdades reveladas y los dogmas superan a los descubrimientos científicos Pero si tenemos en cuenta las conclusiones a las que está llegando la ciencia no podemos seguir manteniendo algunas de las verdades proclamadas por la tradición cristiana y reafirmadas hoy por la Iglesia jerárquica española. Dos posturas claramente diferenciadas y presentes hoy en las Iglesias cristianas. 

UN NUEVO PARADIGMA CRISTIANO
Un nuevo paradigma cristiano está surgiendo en el interior del cristianismo. Un paradigma que quiere ser coherente y tener en cuenta lo que la ciencia aporta a nuestra sociedad de cambio. Un para-digma que supone un desafío a la tradición cristiana. Vivimos en unas sociedades de cambio permanente. La religión surgió como respuesta a los interrogan-tes formulados por la sociedad agrícola. 

Hoy son otros los desafíos que se plantea la sociedad de cambios científicos, que hacen inviables, por poco razonables, las respuestas tradicionales imbuidas por la religiosidad ambiental. Hoy vivimos en una sociedad secularizada en la que la religión tiene poca influencia. Un nueva teología, postreligional, está surgiendo, acorde a los descubrimientos científicos de las sociedades de cambio (M. Corbí). Este nuevo paradigma está basado en dos pilares fundamentales: el cristianismo originario, el comienzo del movimiento iniciado por Jesús de Nazaret y sus seguidores y que se desarrolló en los primeros siglos; y las conclusiones de los descubrimientos científicos de los últimos siglos. Nace como respuesta a los desafíos de estas dos realidades. No pretende sustituir a ninguna verdad, como absoluta u exclusiva, sino ser un inicio de res-puesta a estos dos desafíos de la socie-dad moderna. Pero ahí está presente en nuestras iglesias cristianas para su reflexión y profundización.
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7.- EL NUEVO PARADIGMA CRISTIANO ES POSTRELIGIONAL
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La religión es una construcción humana que nace en el periodo Neolítico como res-puesta al deseo de la persona de alcanzar lo divino y trascendente, y como antídoto al miedo e inseguridad ante lo desconocido y carente de explicación. Nace cuando el ser humano pasa de ser nómada y vivir de la caza a asentarse en un territorio y dedicarse a la agricultura. Por eso la religión se relaciona con los periodos agrícolas y celebra sus fiestas en torno a las diversas tareas agrícolas.
Pero nuestras sociedades han dejado de ser agrícolas. Han pasado en las últi-mas décadas a ser industriales y posindustriales. Hoy las sociedades se caracterizan por sufrir cambios continuos y rápi-dos a todos los niveles. Son “sociedades de conocimiento” (M. Corbí), La dimensión agrícola de las religiones ha dejado de tener vigencia Tendrán que adaptarse a las nuevas circunstancias o desaparecer por falta de sentido y no responder a los interrogantes de la modernidad.
El nuevo paradigma cristiano es postreligional por tener en cuenta los continuos descubrimientos científicos de la arqueología, de la física y la química, de la cosmología, de la astronomía, de la biología y del resto de ciencias de la modernidad. Es postreligional no por oponerse a la religión, sino por ir más allá de la religión. 

LAS RELIGIONES
Las religiones son construcciones hu-manas que se han absolutizado, atribuyendo su origen a Dios. Se han formado en la época neolítica. Desde el neolítico hasta nuestros días las sociedades han sido religiosas, pero no son de siempre, no acompañan necesariamente al ser humano. No son por naturaleza eternas, sino producto de una época concreta de la humanidad. La religión es una expre-sión colectiva de una cosmovisión que ve a todas las cosas como dependientes de unos poderes como los humanos, pero radicados en un mundo invisible (R. Lenaers) Llamamos técnicamente religión a la configuración socio-institucionalizada que la religiosidad (espiritualidad), constitutiva del ser humano, adoptó en la edad agraria (Comisión EATWOT) y que se ha desarrollado hasta nuestros días, permaneciendo todavía en vigencia en nuestras sociedades.
Normalmente tienen un líder, a cuya persona y mensaje se sigue. Líder que es ensalzado por su importancia e influencia, y que tiene un poder especial sobre el mundo y el ser humano, dado su carácter divino. La religión pretende tener el poder sobre las conciencias de las personas e influir en las sociedades, en su organización y sobre todo en la moral.
Tiene unos elementos comunes a toda expresión religiosa: Toda religión posee un culto y unos ritos a través de los cuales la persona se comunica con la divinidad, se reconcilia con ella, le ofrece dones y sacrificios para tenerla aplacada y contenta. El templo es el lugar de encuentro con Dios ya que es su mansión en la tierra; y es el lugar sagrado, de conversación con Dios a través de las oraciones y plegarias. Existen unas personas encargadas de lo sagrado, normalmente hombres consagrados, intermediarios entre la persona humana y Dios, y dedicados a guardar el templo. La mayoría de las religiones poseen un libro sagrado, escrito por Dios, en el que se expresa la voluntad de la divinidad y el mensaje fundamental de Dios. Cada religión tiene unas normas y mandatos, que proceden directamente de Dios y entregados al líder religioso, como norma de conducta de los correligionarios. La teología de cada religión, como reflexión sobre Dios, sus profetas y su mensaje es otro elemento integrante de toda religión, en la que se exponen las verdades y creencias propias. En definitiva, la religión maneja lo sagrado, a fin de que sea cercano al ser humano y pueda poseerlo a su servicio, a través de un ritual característico que intenta congraciarse con la divinidad. 

LA RELIGIÓN CRISTIANA
El cristianismo que comenzó como un movimiento de seguidores de la persona de Jesús de Nazaret y de su mensaje del Reino de Dios, una vida digna y justa para todas las personas, se fue convirtiendo en religión hasta proclamarse oficialmente como religión del imperio en el siglo IV. El cristianismo esencialmente no es una religión. Ha sido en el transcurso del tiempo que se ha vuelto una religión, asumiendo todos los elementos que caracterizan a las religiones: los sacerdotes, los sacramentos, los libros sagrados, los templos, las promesas y las oraciones (R. Lenaers).
La religión cristiana se fue constituyen-do en los primeros siglos del cristianismo hasta oficializarse en los concilios del siglo IV, siguiendo las huellas de Pablo y no el mensaje del Jesús histórico (J. M, Castillo) Está centrada en el Misterio de la Salvación y no en el Reino de Dios, men-saje fundamental de Jesús de Nazaret.
El relato de la creación redención, salvación, resurrección y consecución de la vida eterna, es el contenido básico de la teología cristiana hasta el momento ac-tual, y lo que constituye el depósito de la fe guardado y proclamado por las iglesias cristianas. Este relato contienen los elementos siguientes: Dios crea el cosmos y en último lugar al ser humano, varón y hembra, Adán y Eva. Crea a la mujer de una costilla del hombre. Al séptimo día Dios descansa y queda concluida la creación. Dios coloca a la primera pareja, de la que desciende todo el género humano, en el Paraíso Terrenal con la prohibición de que coma del árbol de la ciencia del bien y del mal. Adán y Eva desobedecen el mandato divino y caen en pecado, el llamado pecado original, que se trasmite a todos los seres huma-nos. En esta situación se hace necesario un Redentor que rescate a la humanidad del pecado. Dada la categoría divina del ofendido, el Redentor debe gozar de ese rango. El Redentor es Jesucristo, el Hijo de Dios, que con su muerte redentora salva a la humanidad del peca-do original. Cristo resucita a una vida nueva y destina al ser humano a la vida eterna en el cielo, gozando para siempre de la presencia divina,(la visión beatífica). Este es el Misterio de Salvación, fundamento de la religión cristiana, vigente hasta nuestros días.
La religión cristiana, como toda religión, goza de los elementos comunes a toda religión, como es natural. Queda institucionalizada en la estructura de la Iglesia Católica, formada jerárquica-mente por el Papa como Sumo Pontífice, por los obispos como responsables de las diócesis, los sacerdotes como hombres consagrados para regir las parroquias, y los laicos, como base de la estructura eclesiástica. Su lugar de culto lo constituye el templo y, de modo ejemplar, las catedrales esparcidas por todo el mundo cristiano. En ellas tienen lugar solemnes y ampulosas celebraciones en las distintas festividades de la Iglesia cristiana. Este culto está dirigido por personas consagradas, todas ellas del sexo masculino, quienes manejan lo sagrado y constituyen los mediadores entre Dios y la persona humana. El libro sagrado es la Biblia, que contiene la revelación de Dios a la humanidad e inspirado a los escritores por el mismo Dios. La religión cristiana se rige por unos mandamientos escritos por Dios y entregados al pueblo por medio de Moisés, normas que deben ser guarda-das por el ser humano para conseguir la vida eterna en el cielo. La teología cristiana constituye la reflexión de los estudiosos de este Misterio de Salvación y su concreción a cada uno de los momentos históricos de la Iglesia. Y este es el depósito que debe ser guardado y proclamado por la jerarquía de la Iglesia.
Ahora bien, ¿es sostenible este relato en el momento actual de la historia humana, teniendo en cuenta los descubrimientos científicos de la modernidad? El mencionado relato hoy no se sostiene. ¿No es contrario, acaso, a las conclusiones de la ciencia? Pensamos que el nuevo paradigma cristiano debe transcurrir más allá de la religión. En este sentido decimos que es postreligional.




MÁS ALLÁ DE LA RELIGIÓN
Vivimos una época de grandes y continuos cambios. Durante el siglo XX y XXI se han producido descubrimientos que han obligado a la cosmovisión a cambiar de rumbo. Asistimos a un cambio epocal. La era industrial y pos-industrial ha acabado. Las actuales son “sociedades de conoci-miento” que avanzan con una rapidez inusual. Estos cambios afectan clara-mente a las religiones. Muchas de las verdades que sustentan a las religiones son hoy insostenibles. Este fenómeno también afecta a la religión cristiana. La cosmovisión sobre la que se ha edificado el relato de la creación-redención-salvación hoy no se puede defender. Por ello el Misterio de Salvación que constituye el eje de la religión cristiana es hoy insostenible por la razón moderna. Se impone un nuevo paradigma cristiano. Un paradigma no basado en la religión, sino en la espiritualidad en cuanto “cualidad humana profunda” (M. Corbí). Una espiritualidad laica, sustentada en una ética humanista, y basada en la defensa de los derechos y valores huma-nos, así como en los derechos de la Naturaleza. Un paradigma postreligional en cuanto forma de vivir la dimensión pro-funda del ser humano que se libera y supera los mecanismos propios de las religiones agrario-monolíticas (Comisión EATWOT). 

Por otra parte, Jesús de Nazaret, inicia-dor del cristianismo, no quiso fundar ninguna religión. No fue un hombre religioso, sino un laico en contradicción permanente con los hombres piadosos y sagrados de su tiempo (María L. Vigil). No tuvo intención de fundar una nueva religión separada del judaísmo (J. Hick). Si queremos llegar a los orígenes del cristianismo hemos de decir que Jesús inició un movimiento de seguidores en torno a su persona y a su mensaje liberador. Por ello hemos de concluir que en la mentalidad de Jesús no estuvo la religión cristiana diferente de la religión judaica.
El nuevo paradigma cristiano va más allá de la religión. Es postreligional en cuanto que la ética humana es el sustituto de la religión. La religión se está reconduciendo hacia una profundización de lo humano (S. Villamayor). Esta es la espiritualidad laica que promueve el nuevo paradigma, una espiritualidad que pretende la consecución de una sociedad humanista, promotora de la plena hu-manización de las sociedades.
En esta tarea de reconstruir el cristianismo estamos empeñados como comunidad creyente. En esta dirección, y siguiendo las sugerencias del obispo Spong, nos hemos presentado un nuevo credo, que va en esta dirección postreligional como compendio del trabajo de profundización creyente que se nos impone en el presente
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8.- EL DESAFÍO DEL NUEVO PARA-DIGMA
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La descripción del nuevo paradigma cristiano implica un desafío a la fe cristiana en su formulación tradicional. La teología cristiana está fundamentada básicamente en los dogmas, en cuanto verdades absolutas, ausentes de un posible error. Pero estas verdades ya no se sostienen hoy en la modernidad, porque contradicen a la razón científica y exigen el milagro como explicación de lo irracional. La ciencia nuevamente pone en aprietos a la fe. Lo evidente no puede estar supeditado a lo creíble. Todo ello supone un replanteamiento de la fe teniendo en cuenta los hallazgos científicos y la vuelta al cristianismo original, ausente de dogmas y verdades absolutas. El movimiento inicial del cristianismo está centrado fundamentalmente en el seguimiento de la persona y el mensa-je de Jesús de Nazaret, y basado en el único mandamiento, el amor desinteresado y gratuito, incluso a los enemigos. El mensaje del Reino de Dios que Jesús proclama es el anuncio de la liberación de toda esclavitud a los pobres, margina-dos y refugiados de nuestra sociedad. Un mensaje laico, la consecución de una sociedad digna y justa para todas y todos, en la que son iguales varón y mujer, fuera de todo dominio y autoridad, y en la que tenga vigencia la cultura del cuidado sobre todos los seres de la Naturaleza. 



BIBLIOGRAFÍA

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Blog Reto 10: Google: redesreto10. blogspot.com

Documentos del Ocote Encendido: El Nuevo paradigma arqueológico – bíblico n. 88. Comités Óscar Romero. Zaragoza, 2016.

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