Subvertores
de conciencias.
Al terminar mi
jornada escolar y especialmente los fines de semana lo dedicábamos a la
distribución de los libros ZYX, después ZERO. Unos cuantos militantes de la
HOAC, teníamos como compromiso temporal la extensión de aquella tarea
socio-cultural, la difusión de los libros de la editorial, de la mano del
coordinador-delegado, Damián Velásquez Vaos. El amigo Damián.
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De su padre heredó un radical
amor a la verdad. Estas dos cosas marcarían la vida de Rovirosa hasta
el final. (1.897-1.964) http://www.guillermorovirosa.com/noticias110.htm
Los libros
sobre: “formación social”, “historia”, “temas de actualidad”, “literatura y
arte”, y en especial la “colección lee y discute”, “promoción del pueblo”, “se
hace camino al andar”, y “pueblo de Dios”, nos los quitaban de las manos por el
interés que despertaban los temas y por lo asequibles que eran sus precios. La
gente tenía ganas de “comer pan blanco”; es decir, de leer libros sin pasar por
la censura previa. (4)
Por otra parte
empezaban a entrar en España clandestinamente los libros de Ruedo Ibérico.
(RUEDO
IBÉRICO. Editorial fundada en 1961 en París por cinco refugiados españoles de
horizontes políticos diversos con clara orientación antifranquista.
Publicó libros de historia, economía, sociología y política
prohibidos por la censura en España. En 1977 se trasladó a España y en
1982 cerró. Publicó también la revista Cuadernos
Ruedo Ibérico (1965-1979)
en la que colaboraron J. Goytisolo, Joaquín Leguina, Jorge Semprún, Pasqual
Maragall, F. Claudín y otros).
Veamos
algunos primeros títulos de las diversas colecciones de la ZYX a modo de
ejemplo: ¿De quién es la empresa?-G.Rovirosa;
Pablo Iglesias, de su vida y de su obra-Julián
de Zugazagoitia; Fugger, banquero del
emperador-J.Ruiz Carnal; El primer
traidor cristiano, Judas el Apóstol-G.Rovirosa; Personalismo obrero-Carlos Díaz; La miseria de los zapatos-H.G.Wells-El mercado-E.Bellamy; El
Apocalipsis-J.Gómez Casas; Las dos
vías de la teología-B.Lambert; (4)
Aquel
movimiento socio-cultural de “anarquistas de corte cristiano”, como diría en su
día el historiador Manuel Tuñón de Lara, era calificado por el ministerio de la
Gobernación de Franco como “subvertores de conciencias”. (5) Para nosotros era
el mejor piropo que nos podían echar. Jesús de Nazaret llamaba a la gente a ser
“levadura en la masa” (Lucas, 13, 21), “fermento”, “semilla de mostaza que es
chiquita cuando se siembra pero que después viene a ser un árbol grande”,
“grano de trigo oculto bajo tierra que después dará mucho fruto”, etc.
Cuando la
gente que me conocía me veía vender libros en una pobre mesa en la plaza de
Aragón, donde estaban entonces las estatuas de la “Bella durmiente” y la “Mujer
pobre”, unos se admiraban, y se escandalizaban otros. Más de una vez los
“Guerrilleros de Cristo Rey” me rodearon mofándose de mí. Pero nunca pasó nada
porque nuestro permiso de vendedor ambulante estaba siempre en regla, y los
libros habían pasado la censura establecida por el Señor Fraga Iribarne.
Llegó un
momento que el Gobierno de la Nación se cargó la Editorial ZYX para cortar
“aquella mancha de aceite que se iba extendiendo”. Al día siguiente aparecía la
Editorial ZERO, cuya documentación legal, y con nombres nuevos, permanecía
archivada en un cajón por “si algún día hacía falta”. ZERO era hija de la
anterior, y ZYX quedaba como distribuidora en exclusiva de todos sus libros. Si
la primera tenía su sede en Madrid, la segunda la tendría en Bilbao. Pero todo
era lo mismo. Todo continuaba igual. Seguimos distribuyendo los libros en todo
tiempo y lugar.
Un día
decidimos llevarle un buen muestrario de libros ZYX al sacerdote Félix Cardiel
que estaba de cura párroco en Azuara. Se quedó unos cuantos. No había pasado un
año cuando después de pedir su traslado a Zaragoza se le destinó a la parroquia
de Ntra. Sra. de Nazaret en el Picarral. Al poco tiempo Cardiel se hizo cura obrero
trabajando de peón de Albañil.
Con los libros ZYX-ZERO nos pateábamos todo
Aragón. Los barrios, las fábricas y la universidad, eran nuestro campo de
trabajo preferido en Zaragoza. (4)
Las reuniones
de los equipos de revisión de vida y acción, tanto de la HOAC como de la JOC,
nos empujaban constantemente. Aquel “ver, juzgar y actuar” era un cocedero de
militantes cristianos. Había apoyo humano, reflexión constante, corrección
fraterna, iluminación de las propias ideas con las ideas de los demás y todo
visto a la luz del Evangelio.
Eran personas
como Angel Liso y su esposa María, Dionisio Santolaria y Tita Bravo, Fermín
Ezpeleta y su mujer Dioni, Enrique Subiza y María, Torrecilla, Ángel Pelét,
Jesús Arcusa, Daniel Aldana, José del barrio de La Paz, Arellano, las hermanas
Montalbán, Agustina, Julia y María José, Marisa Sanjuán, el consiliario de la
HOAC Gregorio Forniés, Javier Bolsa, el Consiliario de la JOC Vicente Rins,
José Luis García Remiro y D. José Bosquet que les dejaba plena libertad para actuar
en el barrio de Oliver. Igualmente ocurría en la Parroquia de San Eugenio Papa
en Torrero con los sacerdotes Fermín Sanz, Ignacio Zamboray; en Nuestra Señora
de La Paz con Cesar Royo y Miguel Lozano; en el barrio de las Delicias con
Daniel Ortega y en el Centro CODEF con José Luis Cuartero; en el Picarral en la
Parroquia de Ntra. Sra. de Belén con los jesuitas Luis Anoro, Carmelo Martínez,
Álvaro Alemany, el Padre Juan Acha; y tanta gente que trabajaba en la sombra,
silenciosamente, calladamente, en el más estricto anonimato, pero no menos
eficaces en los objetivos que nos marcábamos, eran gentes instaladas
permanentemente en una labor de “intendencia” y de apoyo “subversivo”,
necesario, fundamental, y cristiano.
Compromiso
cristiano, cultural, político y sindical que desembocaba en una USO (Unión
Sindical Obrera) clandestina, campo directo de trabajo de cara a todos los
trabajadores. El trabajo codo con codo con los partidos clandestinos que
actuaban en Aragón era obligado. Todos éramos “caminantes haciendo camino al
andar”.
Nosotros lo
teníamos claro, más que hacer una Iglesia hermosa y fuerte, deseábamos hacer un
mundo más justo, un “mundo mejor” como el predicado por el Padre Lombardi en
las décadas de los años 50 y 60, pero con mayor radicalidad, pues no solo iba
dirigido a la conversión personal del individuo, sino que denunciaba las
estructuras de poder y de abuso de los trabajadores, y causa de la pobreza en
el mundo, el Capitalismo. En definitiva deseábamos trabajar por la construcción
del Reino de Dios y su Justicia, meollo del Evangelio de Jesús de Nazaret.
Deseábamos una sociedad más justa.
Buscábamos la libertad para construir un
mundo más justo. Este principio era fundamental en la HOAC de Rovirosa.
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Tomás Malagón repetiría muchísimas
veces que lo importante era la plena disposición para el seguimiento de Jesús
de Nazaret y de su mensaje: “trabajar por el Reino de Dios y su Justicia que
comienza ya en nuestra historia”.
Pobreza,
castidad y obediencia para obrar con plena libertad. Y la libertad para
construir ese Reino de Dios y su Justicia para todos los hombres, en especial
para los más pobres.
La pobreza en sí misma es una desgracia. La
pobreza personal y voluntaria para ser más libre en el seguimiento de Jesús de
Nazaret y cumplir su mensaje construyendo un mundo más justo, por encima de
todo, es la “perla preciosa” de la que se habla en el Evangelio. (Mateo, 13, 44-52).
La castidad en sí misma es una limitación
de las posibilidades del hombre y de la mujer. Y una limitación por ser Eunucos
que “propter se castraverunt”, para satisfacción propia. La castidad adquiere
su pleno sentido cuando es para ser más libre en función de la construcción del
Reino. Entonces la castidad se convierte en un valor evangélico. (Mateo, 33, 1-2).
La obediencia a las personas suele
conducir al borreguismo, a la idolatría, a “castrarse” al servicio de otro
hombre. Es aquello de “estar al sol que más calienta”. No lo es aquello de: “Nunca
más servir a señor que se me pueda morir”, que decía San Francisco de Borja,
(1.510-572).
(Ver sobre él
en: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/f/francisco_de_borja.htm
).
Si a algo, o alguien, tiene que obedecer el
cristiano debe de ser al Mensaje de Jesús, a ese Reino de Dios y su Justicia
que empieza “hic et nunc”, aquí y ahora. Entonces esa obediencia se convierte
en un valor incalculable. (Mateo, 6,24 y Lucas,
16, 13).
En definitiva,
ser pobres para ser libres. Fuera
ataduras, fuera impedimentos, fuera excusas. Pobres para ser libres como “los
pájaros del cielo y las flores del campo” según decía el Nazareno. (Mateo, 6, 28).
Ser castos para ser libres. Castos con
pureza de alma y limpieza de corazón, como los niños. Sin ser esclavos de nada
ni de nadie. (Mateo, 18 3).
Y siendo pobres y castos ser obedientes,
no a persona alguna, sino al Mensaje de
Jesús de Nazaret que fue capaz de
jugarse la vida por el Reino que predicaba, Reino de Justicia y de Paz. (6)
En una
oportunidad, y ante el peligro de ser condenados por el poderoso Sanedrín, los
Apóstoles respondieron a la insistencia de aquellos señores: “Pedro, junto a
los Apóstoles, respondió:
“Hay que obedecer
a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres ha resucitado a
Jesús, al que ustedes hicieron morir suspendiéndolo del patíbulo”. (Hechos
5, 29-30).
“Es una
entrega total y solidaria en mejorar el mundo a favor de los más oprimidos”. (Tomás
Malagón).
(En el
sentido indicado, es decir obediencia al mensaje y no a personas, es muy
interesante leer un libro muy enjundioso del Centre d´Estudis Cristianisme i
Justícia, titulado Idolatrías de
Occidente, de José I. González Faus, Xavier Alegre, Joan Carrera, Albert
Florensa, Alfons Banda, Jordi Armadans, Dolors Oller, y F. Javier Vitoria
Cormenzana. Barcelona, octubre, 2.004).
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